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«Cuando yo tenía doce años mi madre secuestró a un niño». Con esta contundente frase arranca la novela 'Una mujer furiosa' (editorial Siruela), que el escritor malagueño Antonio Fontana presenta este jueves, a partir de las 18.00 horas, dentro de la carpa Alexis Ravelo en el parque de San Telmo, como parte de la 35ª edición de la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, que se desarrolla hasta el domingo.
El periodista y escritor vuelve a revolotear en esta novela en torno a cuestiones ya abordadas en sus anteriores volúmenes pero desde una perspectiva diferente. «Es una novela, como todas las mías, sobre la memoria, la culpa, la muerte, la traición, la mentira, la incomunicación», apunta por teléfono antes de viajar a Gran Canaria, isla cuyo interior le cautivó en su anterior visita.
«La novela es una continuación de todo. Soy como un perro haciendo pipí en torno a la misma manzana donde está mi casa. Si lo prefieres, soy como una vaca rumiando siempre en torno a la familia, la memoria, la muerte... En algún momento, la policía va a venir a casa a detenerme y me dirá: 'Es que usted se plagia a sí mismo'. Y les responderé que sí que lo hago», apunta entre risas.
Ese humor que destila por teléfono el autor malagueño también figura en 'Una mujer furiosa', aunque tiene claro que se trata de un elemento 'delicado' en estos tiempos donde predomina lo políticamente correcto. «Utilizo el humor no para que la realidad que cuento sea más creíble, sino para que sea más digerible. Si cuentas cosas demasiado negras y dramáticas, tienes que dejar al lector que respire un poco, que tome aliento. No puedes ir dándole zascas uno detrás de otro. Hay que dulcificar un poco la realidad. La realidad tiene muchas aristas, hay que darla a veces un poco masticada», explica Antonio Fontana.
Reconoce que en su «día a día» es de «mucho humor negro, ya que me parece una gran defensa contra la realidad que nos rodea».
Ese humor que trasciende en algunos pasajes de 'Una mujer furiosa' viene acompañado de mucha ironía, otro elemento 'peligroso'. «La ironía ya no se entiende. Ha muerto. El humor tampoco se entiende. En seguida salen los ofendiditos. La forma de hablar y escribir es muy rica y autocensurarnos es lo peor. Nos sale de forma inconsciente y lo entiendo como un gran error», defiende el escritor.
En esta ficción, Antonio Fontana retoma el ámbito familiar como punto central por una cuestión muy clara. «Me interesa mucho la familia, la utilizo siempre. A veces creo que es la tercera guerra mundial. Es interesantísimo y creo que un tema muy cercano e inagotable. Todo está en los pequeños detalles y cuanto más cerca lo tienes, mejor lo cuentas», apunta el ganador del Premio de Novela Café Gijón 2020 con 'Hasta aquí hemos llegado'.
Reconoce que la historia de 'Una mujer furiosa' la tenía en la cabeza desde hacía tiempo. Pero no daba con un camino que le convenciera para escribirla. «Esta novela lleva en mi cabeza muchísimos años. Desde que escribí la segunda novela y esta es la séptima. Esta historia la tenía, pero centrada en los dos hermanos. Pero tal y como la tenía en la cabeza no me acababa de gustar. Hasta que 'vi' a Martina, el personaje de la madre. Eso lo recompuso todo y fue el momento de sentarme a escribirla», confiesa.
«La novela transcurre en los años de la Transición. Para hablar del papel de la mujer, hay que mirar a una mujer en su casa y con la pata quebrada. No estamos hoy en el mejor de los mundos posibles, porque queda mucho por hacer, en cosas como la igualdad de sueldos o los derechos de los colectivos LGTBI. España está en la vanguardia, pero queda mucho camino por recorrer. No hay que mirar lo que tenemos, sino lo que nos falta», comenta a la vez que alerta sobre lo fácil que puede resultar perder los logros de los últimos años.
«Estamos en la vanguardia, pero podemos perder mucho de lo que tenemos. Estamos con los pelos de punta. El monstruo ha venido a vernos y se ha quedado en la puerta y está metiendo la patita. Incomprensiblemente ha llegado para quedarse. Espero que no volvamos a los tiempos de Martina», subraya en una clara alusión al auge de la extrema derecha tras el 28M.
La novela que protagoniza Santi Alarcón fue fruto de la constancia y la disciplina con la que Antonio Fontana afronta su oficio de escritor. «Trabajo a pico y pala, poniendo los cimientos y los ladrillos de la novela. Busco que la mentira que levanto sea sólida y parezca tan verdad que no se vean las costuras», explica el autor andaluz.
«Estoy siempre trabajando. Aunque sea 25 o 31 de diciembre, siempre saco aunque sea un ratito. No quiero enfriarme. Tengo que trabajar todos los días, aunque haya días sin nada en el folio. Necesito estar siempre alerta, porque en la inspiración creo muy poco. La literatura es un trabajo y te tiene que pillar trabajando. Soy muy disciplinado y un enfermo de la escritura. Si no saco un rato durante el día, me siento culpable», confiesa el autor de 'Una mujer furiosa', novela que «incluye una intriga, aunque no es un libro de intriga».
Ya tiene empezada la que será su octava novela y reconoce que le encantaría que la última se adaptara al cine. «Soñar es gratis, pero no depende de mí», dice.
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