Jorge Perdigón: «Para los conciertos más aparatosos será difícil encontrar entradas»

La 37ª edición del Festival de Música de Canarias será totalmente diferente a las anteriores y con suerte a las venideras. Será la primera que abandone el invierno para celebrarse en verano, en concreto entre el 27 de junio y el 1 de agosto, y con unos aforos limitados, todo por la pandemia de la Covid-19.

Pese a ello, su director, Jorge Perdigón, se muestra optimista con su desarrollo, que reconoce que será muy complejo.

Para empezar, los abonados, cuya campaña de renovación ha culminado, han respondido según lo esperado. «Han ido dentro de las previsiones. En Gran Canaria, estamos por encima del 60% y en Tenerife llegaremos al 60%. Influyen dos cosas. Primero, el miedo de los abonados. Muchos de los que no han renovado ha sido por esa razón, aún tienen miedo, a pesar de que muchos ya están vacunados. La otra razón es que hemos descubierto que existe una cantidad importante de abonados peninsulares y extranjeros que nos han dicho que no renuevan porque solo están en la islas entre octubre y marzo», apunta el gerente palmero y excantante lírico.

Ahora que ya se pueden adquirir las entradas sueltas para los conciertos en Gran Canaria y Tenerife -en el resto de islas a partir del 7 de junio-, Perdigón hace una advertencia para los más despistados. «Los aficionados, mejor que no dejen pasar mucho tiempo para adquirir las entradas que les interesan. Sobre todo para los conciertos más aparatosos será difícil encontrar entradas los últimos días. A día de hoy, en los auditorios Alfredo Kraus y de Santa Cruz de Tenerife, debido a las limitaciones de aforo por la pandemia, apenas quedan poco más de 200 entradas por vender. Hay que tener en cuenta que se permite un aforo del 55% en las actuales circunstancias, pero, neto, se queda en torno a un 45%, por el tema de mantener la distancia exigida», explica.

Si las cifras de contagios y de ingresos hospitalarios siguen a la baja como hasta ahora, Jorge Perdigón no descarta que las autoridades sanitarias permitan que a final de mes, cuando arranca el festival, los aforos puedan aumentar hasta un 75%. «Si eso sucede, podríamos sacar a la venta unas ciento y pico entradas más para cada concierto. Pero esas no son nuestras previsiones de inicio. Hemos querido ser muy conservadores con la previsión de ingresos, porque en las actuales circunstancias no nos podemos permitir un déficit económico importante», aclara.

«Lo importante es que se haga y se haga bien. Creo que tenemos un festival con muy buena calidad. Hemos recibido felicitaciones de otros festivales por nuestra apuesta, algo que antes no nos había pasado. El festival es un ejemplo de que lo más oscuro ya está pasando y con suerte le damos carpetazo», señala en alusión a la pandemia.

Reconoce que la seguridad sanitaria será una prioridad en esta 37ª edición. Todos los solistas, directores y músicos de las orquestas participantes estarán vacunados y los jóvenes que se pondrán a las órdenes de Gustavo Dudamel se someterán a un test rápido cada día y a una PCR semanal. «Con el festival En Paralelo, en enero y febrero, demostramos que se puede hacer, siempre que se sigan a rajatabla las directrices. Es lo que haremos de nuevo ahora. Por nuestra parte, no puede haber fallos. Será complejo y económicamente caro, pero es parte de nuestro servicio», subraya.

Tiene claro que la presencia de Dudamel ha sido un plus, ya que se trata de «una estrella mundial, tanto desde un punto de vista musical» como gracias a su impacto mediático. «Para los 60 músicos jóvenes, incluidos ocho de la Joven Orquesta de Canarias (Jocan) será una experiencia inolvidable. También para el público, tanto en los conciertos denominados 'Encuentros', como en los que dirigirá a la Mahler Chamber Orchestra», adelanta.

El fallecimiento la pasada semana de Cristóbal Halffter, dice, dotará de un especial significado al estreno de su composición Melancolía, a cargo de la Orquesta de Cámara de Basilea, dirigida por su hijo Pedro. También considera como «grandes acontecimientos» los recitales del pianista Grigory Sokolov, una leyenda aún en activo, y el 'Cosi fan tutte', de Mozart, a cargo de la Orquesta Barroca de Friburgo, dirigida por el veterano René Jacobs, «con instrumentos antiguos y con una versión distinta a la habitual, similar a la que Mozart escuchaba en su época».