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Javirroyo forma parte de la iniciativa 'Vacuna contra el machismo', que arranca en el CCA Gran Canaria Centro de Cultura Audiovisual. C7
Javirroyo: «Los hombres tenemos que asomarnos más al balcón de la igualdad»

Javirroyo: «Los hombres tenemos que asomarnos más al balcón de la igualdad»

El popular ilustrador presenta en Gran Canaria su último libro 'Laborachismo', en el marco de 'Vacuna contra el machismo'

FRANCESC ZANETTI

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 1 de marzo 2022

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El ilustrador zaragozano Javier Royo (1972), conocido como Javirroyo, ofrece este jueves, a partir de las 19.00 horas, en el CCA Gran Canaria Centro de Cultura Audiovisual, en el barrio de Schamann de la capital grancanaria, la charla titulada 'De animales a hombres: humor y reflexión para extinguir al homo machus', en el contexto de la iniciativa 'Vacuna contra el machismo'. El creador que también impartirá un taller de ilustración el día 4 alrededor de conceptos ilustrados sobre nuevas masculinidades, aprovechará la ocasión para presentar su último libro editado por Lumen, 'Laborachismo', en el que analiza los efectos de la pandemia en la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, así como la urgencia de repensar el trabajo y los cuidados.

Royo, que formó parte del equipo de redacción de la revista satírica 'El Virus Mutante'  junto a Forges, Gallego y Rey, El Roto, Peridis o Pablo Carbonell, entre otros, y es fundador, editor y autor de 'El Estafador', la publicación semanal 'online' sobre humor gráfico en lengua española más conocida y con más lectores del mundo, que cuenta con colaboradores de toda Hispanoamérica, estuvo amenazado de muerte en varias redes sociales cuando elaboró unas viñetas en las que aludía al Islam tras producirse el atentado en 2005 a la parisina sala Bataclan.

«Desde el 2020 vengo articulando un discurso contra el machismo a través de mi trabajo creativo que oriento a otros hombres responsables que desean posicionarse ante la posibilidad de un cambio ante los roles tradicionales y persistentes del patriarcado. El mundo del trabajo tiene que tener en cuenta el ámbito de los cuidados como un instrumento sostenible más de la economía», señala Javirroyo. «Por el hecho de nacer con un pene entre las piernas los hombres tenemos muchos más privilegios que las mujeres. A la hora de hablar de feminismo e igualdad con las mujeres hablas de una lucha por el empoderamiento, mientras que cuando lo haces con los hombres tu discurso se interpreta desde la pérdida de unos privilegios y la concesión de espacios de poder. De niños nos dijeron: ponte estos pantalones y corre a comerte el mundo. A las niñas les entregamos una faldita para que estuvieran monas y el consejo de que tuvieran cuidado de que no se les viera las bragas. Existen discursos que están muy integrados históricamente en la cultura y por ello es tan difícil para los hombres ceder privilegios», denuncia Javirroyo.

«Debemos pensar de forma colectiva: si el 50 por ciento de la sociedad son mujeres en situación de desigualdad, estamos literalmente desaprovechando la mitad de la capacidad potencial del mundo. Esto es muy bestia, y mientras no se contemple como una posibilidad de mejora colectiva que seamos iguales todos y todas, no entenderemos que el mundo podrá ir el doble de mejor si ejercitáramos la empatía con las mujeres. Tenemos que asomarnos más al balcón de la igualdad», reclama.

El ilustrador, cuyas viñetas en redes sociales cuentan con más de 170.000 seguidores señala que, sobrecogido por el suceso de la violación múltiple de La Manada y el posterior proceso que ponía en tela de juicio la dimensión de la víctima, empezó a realizar una serie de ilustraciones que acabarían siendo el germen de sus dos últimos libros, 'Homo machus' y 'Laborachismo'. Su hiperactividad creativa es notable y diversa con muchos registros que van desde colaboraciones en ediciones de gastronomía con cocineros como Martín Berasategui y David de Jorge a literarias como la formulada en 'Liquidación por derribo', con la escritora Lucía Etxebarría. «A mí me divierte dibujar y contar historias. Escribo con dibujos», confiesa el creador para quien el humor «resulta ser una muleta en la que te apoyas para relativizar el drama y la tragedia. El humor es una expresión cultural».

Sobre los límites éticos del trabajo de los ilustradores y viñetistas, apunta que «cada uno debe ponerse responsablemente sus cuotas. Existen temas muy sensibles e intocables para abordar desde la creación con tintes satíricos como es el islam, las grandes corporaciones y la consiguiente autocensura que se imponen las empresas editoras a cambio de seguir manteniendo sus suculentas cuentas publicitarias, los símbolos religiosos o los equipos de fútbol (que son otra religión también), por el contrario, la monarquía se ha vuelto muy recurrente y fácil ahora porque han conseguido hacer una caricatura de ellos mismos. No podemos juzgar con la moral la creación libre. Nunca podríamos leer un libro con el que no estemos de acuerdo. Las obras que no nos gustan tienen derecho a existir, y si no nos gustan siempre tendremos la opción de no leerlas, contemplarlas o escucharlas. No tenemos por qué estar de acuerdo con todo, pero sí tiene que existir la posibilidad de poder escribir, pintar y hacer música sobre todo. Esas expresiones también forman parte del mundo de la cultura. Hay que preservar siempre la libertad de expresión, aunque no nos gusten muchos de los productos creativos que se amparan en ella».

El ilustrador Javirroyo. c7

«Las redes sociales son para mí una gran fuente de inspiración porque hay gente brillante»

De los atributos de la cultura contemporánea Javier Royo adopta una actitud abierta y tolerante. «Las redes sociales son para mí una gran fuente de inspiración en donde existe mucha gente brillante en todos los ámbitos. Yo provengo de muchas fuentes y muy heterogéneas. Me fascina la cultura de la calle, sentarme en un rincón y observar y escuchar escrupulosamente las historias de la gente anónima. Soy muy cotilla. Los que escribimos y dibujamos inspirándonos en las realidades circundantes somos unos vampiros que nos alimentamos de las historias domésticas», añade el creador zaragozano.

Le preocupa e inquieta el auge de la ultraderecha en España y la exhibición de su testosterona machista. «Siempre estuvo ahí, lo que sucede es que ahora se expresan sin tapujos. Los que antes votaban al Partido Popular han radicalizado su manera de pensar y ahora votan a Vox. Lo paradójico es que su fin último sea finiquitar el sistema de libertades, la democracia, la misma que les ha concedido a través de las urnas la posibilidad de sentirse legitimados. El actual proceso de involución al que asistimos es muy peligroso y debemos ser conscientes de que las conquistas sociales que hemos logrado hay que defenderlas cada día, porque la libertad alguien te la puede arrebatar el día menos insospechado», admite el ilustrador maño.

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