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«Empecé con la gimnasia a los cinco años». Xavier Torres-Bacchetta
Gervasio Deferr, exgimnasta deportivo: «No me desinflaba por la presión, tenía otro punto débil»
Gervasio Deferr, exgimnasta deportivo

«No me desinflaba por la presión, tenía otro punto débil»

Ganador de dos oros y una plata en los Juegos Olímpicos, vivió un infierno de alcohol y drogas que detalla en el libro 'El gran salto'

isabel urrutia cabrera

Madrid

Domingo, 6 de marzo 2022, 00:08

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Reconoce que siempre ha tenido un punto exhibicionista: «Me encantaba competir para mostrar lo que sabía hacer a todo el mundo. Lo de entrenar me gustaba menos». Gervasio Deferr (Premiá de Mar, Barcelona, 1980) andaba sobrado de talento para ser el mejor gimnasta deportivo que ha dado España. Ganó dos medallas de oro en Sídney (2000) y Atenas (2004), y una de plata en Pekín (2008). A los 30 años se retiró y llegó el infierno: borracheras salvajes -salpicadas de cocaína, speed y pastillas- hasta que ingresó en un centro de desintoxicación. Lo cuenta en 'El gran salto' (ed. Península), un libro escrito a cuatro manos con el periodista Roger Pascual.

- De nuevo en la cresta de la ola. ¿Cómo lo lleva?

- Bien, bien. Sobre todo, me emociona comprobar que hay gente a la que puede serle de ayuda conocer mi experiencia. Estoy tranquilo. No tengo que demostrar nada. Sigo con mi trabajo, en un gimnasio que tengo en el barrio barcelonés de La Mina. Es una zona marginal y cumplimos un poco con una labor social. Allí encuentro la estabilidad necesaria para seguir adelante.

- ¿No le preocupa la sobreexposición?

- A estas alturas no me voy a volver loco. Me limito a hablar del contenido de un libro. Es un trabajo ya hecho. No hay presiones para ganar y, además, puedo tomar distancia. He evolucionado y me siento fuerte. No me da miedo dar la cara.

- ¿Hasta el punto de ser exhibicionista?

- Ja, ja. No voy a negar que siempre he tenido una personalidad algo vanidosa. Disfrutaba muchísimo cuando tenía que exponerme y demostrar que valía. ¡Me crecía delante de la gente! No era de los que se desinflaban en la competición por la presión. Yo tenía otro punto débil. Cuando dejé de competir, todo fue a peor. Me faltaba una meta. Primero competía y bebía. Luego, solo bebía.

- ¿Se puede saber qué le llevaba a beber sin medida y echar mano de la cocaína, el speed y las pastillas?

- No podía controlar mis pensamientos. Estaba intoxicado y no tomaba las decisiones correctas. Para romper con todo eso, solo tienes una salida: pedir ayuda a las personas que te quieren a pesar de tus defectos. Esa gente es la que cuenta, tu fortaleza.

- Quizás el deporte de alta competición le dejó tocado. Un mundo demasiado duro para alguien tan frágil, ¿no?

- Las cosas vinieron dadas. Empecé con la gimnasia a los cinco años. No conocía otra cosa. Me inculcaron un espíritu competitivo. Esa era la dinámica de mi vida.

- Y todo porque le dio por imitar las volteretas de Hugo Sánchez.

- Sí, sí. Así empezó todo.

- ¿También por eso se hizo del Real Madrid?

- También.

- Ahora, con motivo del procés, algunos le califican de 'español' como si fuera algo peyorativo.

- Siempre he recibido de un lado o de otro. Pero no voy a renunciar a decir lo que pienso. Me siento catalán y español, tan sencillo como eso. No entiendo qué sentido tiene complicar la existencia a la gente. Lo natural y normal es querer vivir en paz.

- ¿Eso también lo suscriben sus excolegas rusos y ucranianos?

- ¡Por supuesto! No se imagina lo mal que lo estoy pasando. Tengo amigos de ambos países.

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