Un espacio común para la cultura y la sostenibilidad
Las Jornadas del Bioceno aparecen como una apertura solemne del Aula Sostenible del CAAM, primer museo de España por abordar este aspecto de forma permanente
En su exigencia constante por abarcar las vanguardias en el mundo del arte, el Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria oficia con las Jornadas del Bioceno la simbólica apertura solemne de su Aula Sostenible. Con este nuevo movimiento este espacio cultural se consagra como la primera instalación de arte contemporáneo en todo el Estado que abordará de forma permanente en su programación esta problemática global.
Desde hoy y hasta el próximo jueves, el inmueble de la calle de Los Balcones será el escenario de un catalogo de actuaciones que, coordinados por Blanca de la Torre, a su vez responsable del Aula Sostenible, propiciará el ineludible encuentro entre la cultura y la sostenibilidad.
Las jornadas comienzan hoy. La propia Blanca de la Torre, avalada por más de dos décadas de trabajo sobre ecología y sostenibilidad como historiadora del arte, comisaria o ensayista, abrirá después de la inauguración a las 10.00 horas por parte de las autoridades un día de trabajo bautizado como 'Transformar problemas en posibilidades' con la ponencia 'Hacia una gestión cultural sostenible'.
Por discursos y contextos, la cultura y la sostenibilidad deberían compartir camarote de viaje. Pero De la Torre que todavía hay una tibia intencionalidad al respecto, claramente, en su juicio, insuficiente. «Lamentablemente el ámbito de la cultura va bastante a la cola. En contenidos es verdad que todo este planteamiento de hablar de sostenibilidad y ecología lleva muchos sobre la mesa, lo que alguien llama moda verde, pero no siempre va acompañado de una actitud y una coherencia que acompañe eso. Se ven a menudo exposiciones o conferencias que tratan sobre esos temas pero van acompañadas de ciertas incoherencias en las modos de realizarse. Y siempre con esa mirada cortoplacista que lamentablemente nos caracteriza y que hace imposible llevar a cabo cambios radicales y sistémicos como son necesarios en este momento en el que estamos tan cercanos al colapso», manifiesta.
Desde el punto de vista de la responsable de las Jornadas del Bioceno y del Aula Sostenible del CAAM el movimiento artístico tiene unas herramientas indispensables para articular una corriente de consciencia para una mejor relación con nuestro entorno natural. «Me gusta hablar de cómo el arte tiene ese poder mucho más sutil para interferir en las decisiones políticas. Y creo que el arte tiene ese carácter simbólico y una manera de apelar a la acción desde otras perspectivas que puede ser muy peligroso. Porque entender los datos científicos no es suficiente, y en relación al cambio climático nos dan muchos datos de carácter científico pero a veces algo tan abstracto como esto no se llega a visualizar en la mentalidad de la ciudadanía y ahí es donde creo que el arte puede jugar a un rol crucial», indica.
La primera fecha de las Jornadas del Bioceno del Centro Atlántico de Arte Moderno contarán, además, con una serie de ponencias breves de Aridane González, profesor de la ULPGC y miembro del Comité de Personas Expertas para el Estudio del Cambio Climático en Canarias; de Marta García Haro, directora de la Red Española de para el Desarrollo Sostenible, la artista grancanaria Luna Bengoechea, especializada a través de su obra en el arte y la alimentación, y José María Parreño, escritor y profesor de la Universidad Complutense.
Blanca de la Torre interpreta que esa combinación entre personas ubicadas habitualmente en la isla con personas de la península enriquece el punto de partida de estas sesiones. «Nos parecía muy importante, sobre todo en la sesión de arranque, contar con algunos nombres y figuras claves del tema en las islas. Que estarán el diálogo con personas de la península y ver qué sinergías se generan de ese diálogo. De todas formas, en todo el desarrollo del aula va a estar presente ese componente del diálogo entre lo local con lo nacional e internacional con tres ejes que estarán siempre comunicándose», dice.
Crear conciencia.
La responsable del nuevo Aula Sostenible del CAAM detalla que la vocación de las ponencias es poner en antecedentes de la actividad que se irá prolongado en el espacio pedagógico nacido en la sede del museo. «Una de las cosas a las que vamos a prestar especial atención es a todo el ecosistema canario, el natural y el social, y las particularidades de ser una isla. De hecho, el aula permanente del CAAM busca trabajar las problemáticas de manera transnacional donde se aborden problemas desde lo más global hasta lo más local. Y que conecten unas con otras. La mayor parte de los problemas ecológicos son globales, porque hay que entender que cualquier cosa que pase en un lugar afecta al resto del planeta. Y eso es básico para entender la ecología y como todo está conectado», indica.
A través den sus años de experiencia internacional, acaba de llegar a la isla desde los Balcanes, cree que hay espacio para convertir a los incrédulos. «Creo que hay dos tipos de negacionismo. El que conocemos, por ejemplo, típico de Trump, duro que es inconvencible. Pero hay otro tipo, que es muy abundante, que es el que yo llamaría el negacionismo ingenuo. Que es el de todas las personas que entienden que hablamos de algo importante pero no se dan cuenta de que le están afectando todos los días las decisiones que toman. Que ya está aquí el colapso, que no es algo del futuro que está por pasar. Ese tipo de negacionismo ingenuo es al que sí puede apelar el arte», subraya en su discurso.
Por eso celebra el cambio de inercia que espera que se imponga con este nuevo aula del CAAM. « Tenemos el cortoplacismo como manera de trabajar para todo, como si fuera algo electoralista. Igual que de manera política solo se trabaja durante los años que me va a tocar y esos brillo todo lo posible y luego me da lo mismo. Es cierto que hay que actuar ya, de manera inmediata, pero siempre pensando en el largo plazo. Porque las medidas no se van a ver de manera inmediata. Para eso hacen falta planes sistémicos como esto», concluye.