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El dúo Mwangi Hutter explora la relación entre Berlín y Kenia en su obra. Nacho González Oramas / CAAM
Un diálogo que nos interpela

Un diálogo que nos interpela

El CAAM hace convivir las muestras temporales de Dagoberto Rodríguez y Mwangi Hutter con las obras de su colección en un debate entre todos esos mundos

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 18 de septiembre 2020, 01:00

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Las salas del CAAM estimulan el diálogo a través de la conversación entre las obras de su colección y las exposiciones temporales de Dagoberto Rodríguez y del dúo Mwangi Hutter, muestras personales y concebidas en los entornos de maduración de cada uno de los artistas pero que encuentran enseguida trazabilidad por los caminos comunes del mundo global. Los diálogos que se establecen en la Calle de los Balcones interpelan a los visitantes de las muestras de distintas formas y enfrentándoles a temáticas a las que se creen ajenos.

Es lo que expresa Dagoberto Guerra. Cubano e hijo de la Revolución, el artista expone en el CAAM Guerra interior. La muestra comisariada por la chilena Andrea Pacheco nace de las «obsesiones» de sus años formativos, antes incluso de engrosar el colectivo artístico Los Carpinteros. Rodríguez nació y creció con la Guerra Fría. «Fuimos educados con la convicción de que iba a estallar un conflicto que nunca llegó con Estados Unidos», sintetizaba en un intercambio oral con la comisaria de su muestra, que le secundaba para vincular esos orígenes distantes y en realidad muy próximos. «Yo crecí en la dictadura de Pinochet, en un capitalismo que era todo lo contrario del comunismo en Cuba pero que al final era básicamente lo mismo», indicaba.

Dagoberto Rodríguez disfruta de crear con materiales orgánicos. En su obra hay muchos objetos, pero también usa la acuarela. «Provengo de una formación académica totalmente analógica. La acuarela es algo que se realiza completamente con tus manos. Me interesa esa relación de las personas con lo que pueden hacer con sus manos. Es lo que pueden hacer las mujeres jubiladas en su casa», indicó como ejemplo de que los nos puede llegar a igualar a todos.

Por eso concibe Guerra interior como un pasillo en el que nos encontramos con aquellos problemas a los que damos la espalda porque creemos que no tienen nada que ver con la realidad de nuestro entorno. Asuntos que hoy nos competen, limitados por una pandemia, y atrapados en el interminable debate migratorio. «Cuando comenzamos a preparar esta exposición no sospechábamos que estas ideas tan distópicas que vivimos ahora pudieran suceder. Pero sí que Europa estaba empezando a recibir oleadas de migrantes expulsados de sus países por estos conflictos. Hemos tenido una posición residual ante ellos pero son conflictos que nos atañen. Esto es un asunto que nos toca de cerca, es como cuando los cubanos concebimos el mundo como en la Guerra Fría, como si hubiera dos bloques enfrentados», dijo.

Dagoberto Rodríguez ante parte de su obra.
Dagoberto Rodríguez ante parte de su obra. Nacho González Oramas

Junto a Guerra interior, estos diálogos evocados por el Centro Atlántico de Arte Moderno expone Close by between us, un trabajo del dúo artístico alemán integrado por la artista keniata Ingrid Mwangi y el alemán Robert Hutter que firman bajo el nombre de Mwangi Hutter.

La pretensión de está asociación artística es la de confrontar esos conflictos políticos y raciales presentes aún en nuestros días, en un impulso creativo que es fragmentado en 31 piezas que quedan expuestas a través de objetos y miradas.

Simon Najmi, comisario de esta muestra, entiende que los acontecimientos de estos meses, la explosión del coronavirus que ha afectado también a la exposición de la muestra, hace todavía más pertinente el discurso narrativo de Mwangi Hutter. «El título ha adquirido un nuevo significado que no tenía al principio. Un espacio entre nosotros. Desde que comenzó la pandemia hemos estado hablando de los espacios y nuestra relación con los objetos. La posibilidad de este diálogo imposible en el que nos vemos obligados a participar. Puede que estemos cerca pero no importa porque siempre habrá un espacio entre nosotros y eso no siempre constituye una negación», dijo.

Dentro de los diálogos que se establecen en las muestra del CAAM, en la obra de Mwangi Hutter hay también un parlamento interior que tienen que ver con las realidades individuales de cada uno y con su espacio en el mundo. Así lo resume Ingrid Mwangi. «Es una exposición que nos permite demostrar la evolución de nuestro trabajo. Ha sido muy interesante para nosotros porque nos ha permitido comprobar la evolución de las obras. Nosotros lo que intentamos es ver este trabajo como una especie de viaje. Que empezó con dos personas que de criaron en dos sitios muy distintos, Kenia y Alemania, y recoge las similitudes en muchos espacios geográficos entre los dos. Desde el punto de vista de Kenia hay mucha belleza y mucho contraste. Se da mucha desigualdad y falta de equilibro...».

Para Najmi, desde su posición de comisario, la exposición del CAAM «encaja porque aborda estos tiempos en la medida de que el arte siempre responde a las preguntas que nos hacemos».

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