
«El creador tiene que ser libre y no preocuparse por el público»
entrevista a coque malla ·
El artista madrileño compone las canciones del montaje escénico 'Clara y el abismo', que se representará en septiembre en el Teatro Pérez GaldósSecciones
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El artista madrileño compone las canciones del montaje escénico 'Clara y el abismo', que se representará en septiembre en el Teatro Pérez GaldósCoque Malla (Madrid, 1969) responde a esta entrevista desde el paseo de la playa de Las Canteras, al día siguiente de disfrutar de un pase de la fase de 'Ensayo y error' de 'Clara y el abismo', montaje que dirige el grancanario Mario Vega y que protagonizan Ruth Sánchez y Marta Viera.
-¿Qué le pareció el 'Ensayo y error' de 'Clara y el abismo', que usted vio en la tarde de este jueves?
-Fantástico. Flipé con el montaje. Me parece un orgullo estar en este proyecto tan especial, tan cuidado, tan bien hecho y original. Además, me parece muy valiente. Estamos en tiempos de una corrección política, emocional y estética de cara al público que hacer una propuesta tan dura, real y emocionante me parece muy valiente y de agradecer. Sobre todo en estos tiempos de miedos a no agradar al público. Creo que el público no nos tiene que importar a los creadores a la hora de hacer nuestras obras, tenemos que ser absolutamente libres. Luego, cruzar los dedos para que el público lo entienda y le guste. Creo que hay que ser fiel a la historia y la emoción y esta obra de teatro lo hace.
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-Además, se trata de un proyecto que se abre en canal al público, con cosas como 'Ensayo y error', lo que transmite una gran seguridad en torno a lo que se hace y que se va puliendo frente al público. ¿Qué le parece?
-Sí, aunque creo que es una pregunta más para Mario Vega. Tienes razón en que demuestra seguridad. Al final, se trata de un experimento muy interesante. No creo que Mario termine cambiando su montaje por las opiniones del público, pero sí que genera una serie de pequeñas crisis que seguro que hace que mejoren cosas que tú, al estar dentro, eres incapaz de ver. Cuando yo me tiro tres meses encerrado en un estudio grabando un disco, llega un momento en el que los árboles no te dejan ver el bosque. El público sí ve el bosque, lo ve de lejos y te puede ayudar mucho.
-Una vez que compone sus nuevos temas y comienza a tocarlos, imagino que también los testa con personas cercanas, ¿no es así?
-Sí, siempre que hago un disco, la gente cercana es mi primer público. Son los más duros, porque no se impresionan fácilmente. Por un lado, da un vértigo tremendo. Por otro, la gente que te conoce y no te alaba gratuitamente te demuestra que vas por buen camino. Es lo que decía Mario, provocar pequeñas crisis es muy interesante.
-¿Le sorprendió el texto de 'Clara y el abismo', del dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, o era lo que Mario Vega le había advertido y ya esperaba?
-Me fascinó. Cuando Mario me contó la idea general del espectáculo, me gustó pero no me pareció, a priori, una idea absolutamente original. Una mujer, el cáncer y tal... dije que se podía hacer muy bien o muy topicazo, manido, sensiblero y políticamente correcto. Abordar una cosa como una mujer con cáncer puede llevar fácilmente a caer en la corrección política. Cuando leí el texto, aluciné. Es increíble, poético, duro de cojones, original y salvaje. Es una maravilla de texto. Estoy deseando conocer a Gabriel Calderón. Me hizo sentirme pequeñito. Yo estaba contento con mis canciones y cuando leí su texto dije que se trata de un escritor de verdad, no como yo, que soy compositor de canciones, que es otro oficio. Es un grande.
-Pero componer canciones para una obra así no tiene que resultar nada sencillo. Una cosa es componer las canciones que te apetecen y que nacen de tus propias inquietudes que hacerlo para una obra externa, como encargo. ¿Es así?
-A priori, lo que te sale es decir que no se trata de un encargo fácil. Si me vienen y me dicen que si me resulta sencillo componer canciones para una obra de teatro, mi respuesta es que no. Pero la magia y las sinergias escondidas de un proceso creativo han funcionado con 'Clara y el abismo'. Ha salido... no diría que fácil, pero sí que muy fluido. Muy de encontrar el corazón de la historia y entender lo que Mario me decía. A eso se suma que Mario es un fantástico director. Eso es lo que le hace fantástico, que transmite a la gente con la que trabaja el lugar al que quiere llegar. Lo hizo seguro con Gabriel Calderón y por eso el texto es tan bueno, al margen de que Gabriel es un dramaturgo excepcional. También con las actrices y conmigo. Ha sabido también a quién llamar. Personas que han tenido un compromiso muy serio con la obra. Seguro que Gabriel lo tiene, yo lo tengo con mis discos... Ha sido un proceso creativo que no ha sido fácil, pero sí que nos hemos entendido desde un primer momento. Lo que dices del encargo es interesante, porque es muy dual. Por un lado, parece que te resta libertad, porque estás dentro de un traje ya hecho, porque es un encargo y no puedes escribir sobre lo que quieras sino sobre lo que Mario quiere contar. Por otro lado, al no tener la responsabilidad de que sea tu disco, tu obra, se genera una libertad paralela que es muy interesante. Se generan las dos cosas. He estado muy cómodo y lo he disfrutado muchísimo. Un día me senté al piano y esa libertad generó que salieran seis o siete bocetos de los que después fui tirando y con las indicaciones de Mario y el texto de Gabriel salieron muy fluidas.
-¿Le ha sorprendido ver cómo han encajado sus canciones en este montaje escénico?
-Sí, mucho. A todos. Es, como te dije, fruto de esa magia de la creación que a veces se genera. El argumento se leía en una frase de ocho palabras: «una mujer se enfrenta a la muerte y tal...». Con eso yo escribí una serie de canciones, antes de leer el texto de Gabriel, que han encajado perfectamente. Es el misterio y la maravilla de la creación.
-¿Le han sorprendido las actrices Marta Viera y Ruth Sánchez?, porque imagino que no las conocía.
-¡Bueno! He alucinado en colores. De Marta había visto algunos vídeos. De Ruth, nada, pero es que, encima... ¡toca el piano y hace siete personajes! Las dos son fantásticas.
-Al final, ese encaje mágico del que habla conecta con uno de los temas de su último álbum, titulado 'Solo queda la música', que en muchos casos es como una salvación...
-Sí, para mí siempre ha sido una salvación. Ha dado sentido a mi vida. Escucharla, de la mano de los que han sido como mis maestros espirituales. Y componerla, trabajar y trabajar y liberarme de tristeza y dolor a través de las canciones. Y sobre el escenario. Sí, lógicamente, la música lo ha sido todo.
-¿Este montaje de 'Clara y el abismo' responde un poco a la pregunta que lanza el título de ese álbum, '¿Revolución?', como una pequeña revolución artística, reflexiva en estos tiempos donde manda lo políticamente correcto y es difícil que se cree algo que esté fuera de los cánones más extendidos y clásicos?
-Absolutamente. La revolución, que es algo que de alguna manera y de una forma poética se plantea en el disco, empieza con los pequeños gestos. No creo en una gran revolución guiada por el pueblo. Creo en una revolución personal y los pequeños gestos. Lo es, de repente, hacer una obrita como esta, aquí en Canarias, con esa fuerza y ese compromiso con lo que uno quiere contar y no con lo que se supone que quiere el público que le cuentes. El público es mucho más inteligente de lo que nos creemos en ocasiones. Es un error de las grandes compañías y grandes emporios mediáticos, que pierden el respeto al público. Se demuestra con pequeñas obras o proyectos que de repente arrasan porque el público las ha elegido. Hacer las cosas como uno las quiere hacer es una pequeña revolución.
-A esa idea de la que habla de las grandes compañías se suma el acoso y derribo que impera en las redes sociales, donde machacan a cualquiera por cualquier cosa. No sé si comparte la idea de que las redes ponen de manifiesto que la gente cada vez sabe leer menos, desconoce lo que es la ironía o una metáfora...
-Absolutamente. Hay que ser muy, muy firme con eso. La ficción es un universo y la realidad es otra. No podemos entrar con los parámetros ni legales, morales o estéticos con los que nos regimos en la vida para regular la ficción. Porque entonces nos cargamos la ficción y el arte. Hay que ser muy duro. Toda esa gente que intoxica las redes, que se ofende y se molesta por una broma o por cosas que pertenecen al mundo de la ficción no es tanta. No hay tanta gente que tenga Facebook y dentro de las que lo tienen, son pocos los 'retrasados mentales' que se ofenden por todo e intoxican. No pueden ser esos pocos, aunque parezcan ser muchos, los que determinen las normas de la creación artística. Hay que rebelarse contra la estupidez, porque es falta de cultura, de conocimiento y como dices tú, de sentido del humor, de entender lo que es la ironía. El arte debe ser un terreno salvaje y sin ley. Si no, no es arte. Cuando matas en una película, no le haces daño a nadie. Eso hay que entenderlo. Uno puede querer meterse en la piel de un asesino y escribir una novela. Eso es interesante y nos va a enseñar cosas. O no. El arte es bueno o malo, pero no es dañino para la vida real. Ninguna película, pintura, novela o canción han ejercido un mal sobre la sociedad. Son las personas y los gobiernos los que lo ejercen.
-Nada más salvaje que los argumentos de algunas de las obras de los clásicos griegos y romanos...
-Absolutamente. Si caemos en esa dinámica, acabaremos quemando libros, como en el nazismo. Parece una tontería pensar así, pero no lo es. Puede ser la semilla de algo nefasto.
-El tema 'Sí, sí, sí' de Los Ronaldos se vio envuelto por una polémica por su letra fruto de una denuncia por parte de unos colectivos feministas...
-Eso ya está superado, mejor no remover esas aguas...
-¿La sombra de Los Ronaldos sobre su carrera en solitario sigue siendo alargada o eso ya pasó?
-Creo que no. Desde hace mucho tiempo. No es una sombra, es un legado. Fue mi vida durante muchos años y es un repertorio que está ahí para utilizarlo cuando a uno le apetezca, pero creo que a partir de mi tercer disco en solitario, 'La hora de los gigantes', hubo un click que lo cambió todo que no ha hecho más que crecer. Quizás desde fuera se perciba menos. Pero los que desde hace cinco o seis años están agotando las entradas en mis conciertos no van por un ejercicio de nostalgia ni mucho menos. Van por 'La hora de los gigantes' o 'El último hombre en la Tierra'... son esas canciones las que me han puesto en un lugar desde hace unos años. Quizás alguien que pase por el paseo marítimo de Las Palmas de Gran Canaria y me vea quizás sí que dice: «¡Uy, el de 'Adiós papá!». Pero el que paga una entrada para ir a un teatro a verme un mes antes para un concierto para el que se agotan las localidades, no va por esa canción. Va porque se ha enamorado de los últimos discos.
-Su nueva gira está en marcha, ¿recalará por las islas?
-¡Ojalá! Me hace feliz venir a Las Palmas de Gran Canaria. Estoy ahora mismo en la playita de Las Canteras y me encanta. Pasé en esta ciudad una temporada muy larga. Los Ronaldos empezábamos a ser conocidos y yo tenía 18 años. Vine a pasarme unas vacaciones de Navidad con un amigo y me encontré con otros amigos gallegos que vivían aquí. Mi amigo se volvió y yo me quedé cinco meses viviendo aquí. Fui muy feliz, le tengo mucho cariño y cada vez que paseo por ella me vienen todos los recuerdos. ¡Es una ciudad que me encanta, es arrabalera, cosmopolita y con un rollazo que te mueres! Ojalá que vengamos a tocar aquí y a las islas, ya que, no sé qué pasa, pero todos los veranos tocamos aquí. Hemos tocado este año en Arucas, Fuerteventura y La Palma, con toda la banda. El año que viene, si todo mejora, como parece, seguro que vendremos unas cuantas veces.
Como sucediera en la edición anterior de la iniciativa Laboratorio Galdós, el público podrá volver a disfrutar de cerca del proceso de producción del montaje teatral titulado 'Clara y el abismo', que inaugura la temporada del Teatro Pérez Galdós de la capital grancanaria los días 16, 17 y 18 de septiembre.
La iniciativa denominada 'Ensayo y Error', que se celebra los días 7, 9 (ambos a las 20.00 horas), 11 (a las 12.30 horas) y 14 (a las 20.00 horas) de septiembre, permite a los espectadores conocer los entresijos de esta obra que dirige Mario Vega, quien mantendrá en el patio de butacas al finalizar la misma, un diálogo cruzado con los asistentes en el que explicará las claves dramatúrgicas y escénicas de esta primera producción incluida en la segunda entrega del 'Laboratorio Galdós', el ambicioso proyecto de experimentación iniciado en 2018 que tendrá lugar en esta ocasión hasta el año 2023. Las personas interesadas en acudir a esta actividad pueden inscribirse ya de manera gratuita a través del formulario que figura en la web laboratoriogaldos.es
'Ensayo y error' constituye una pieza clave en los procesos de producción de los montajes del 'Laboratorio Galdós', ya que supone la confrontación estimulante de la mirada del director Mario Vega con la del público asistente a la experiencia. De esta manera el público no solo podrá descubrir cómo se articula y cuece un espectáculo de la envergadura de 'Clara y el abismo', inspirado en un texto escrito por el emergente dramaturgo uruguayo Gabriel Calderón, sino plantear alternativas, dudas o sugerencias que podrían ser consideradas en la versión final del texto. El Teatro Cruce de las Culturas de Arinaga ha acogido tanto las primeras sesiones de 'Ensayo y Error' como los ensayos propiamente del montaje, cuya escenografía empieza a montarse en el coliseo capitalino el día 1 de septiembre.
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