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Sean Connery, en 2013, viendo un partido de tenis de Rafael Nadal AFP
Sean Connery en España: una relación de treinta años con Marbella

Sean Connery en España: una relación de treinta años con Marbella

El actor escocés mantuvo una casa en la Costa del Sol cuya venta le llevó a estar investigado por la justicia española

Sábado, 31 de octubre 2020, 17:21

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La relación de Sean Connery con España alcanzó un enorme relieve -para los círculos futboleros- en los primeros años ochenta, cuando puso voz a «G'olé», el documental oficial del Mundial de Fútbol de 1982, el del Naranjito. Italia venció a Alemania en la final de aquella competición, pero la España democrática se presentaba al mundo, en inglés y con la narración del primer y más insigne agente 007.

Éste es sólo un pequeño hito de una vinculación mucho más estrecha del actor escocés con un país en el que llegó a tener una casa, 'Finca Malibú', durante prácticamente tres décadas. Connery escogió Marbella como lugar de vacaciones y de retiro durante los huecos libres que le dejaban los rodajes. Era la época dorada -aunque también un poco hortera- de fiestas desde el anochecer hasta el amanecer en la Costa del Sol y que de tantas fotos alimentaron a la prensa rosa de los tiempos de Jaime de Mora y Aragón o Gunilla Von Bismarck como personajes más icónicos, aunque por allí se pasearon todos los famosos nacionales e internacionales.

La historia de Sean Connery en Marbella fue prácticamente paralela a la de la propia localidad. Fue uno de los protagonistas de su despertar como gran lugar de vacaciones para la 'jet set' global en los años setenta (se compró 'Malibú' justo en esa década), jugó al golf, fue a fiestas -sin casi gota de alcohol, dada la vida sana de la que hizo gala el escocés-, disfrutó del brillo y aportó glamour y elegancia. Y fue también partícipe de refilón del declive final con la corrupción como sello más negro al término del siglo XX y principios del XXI, cuya sombra aún se cierne sobre aquel lugar privilegiado y todavía, pese a todo, exclusivo.

El actor pasó del champán con la alta sociedad de Marbella y de los paseos y las cenas con su esposa, Micheline Roquebrune, a orillas del Mediterráneo, a ver su nombre en los papeles ligado a los de los exalcaldes Jesús Gil y Julián Muñoz, al del exasesor urbanístico Juan Antonio Roca y a la Operación Malaya a cuenta de la venta presuntamente fraudulenta de los terrenos en los que se ubicaba su finca 'Malibú' que luego se recalificaron y donde ahora se levanta una urbanización de lujo de 72 inmuebles.

La causa que se abrió en 2010 contra Sean Connery -que nunca se presentó ante la justicia alegando una salud delicada- fue archivada, pero continuó contra su mujer, a quien luego tampoco se procesó. En el juicio, que se celebró en 2016, Julián Muñoz fue condenado a un año de prisión y Juan Antonio Roca fue absuelto. El nombre de la pieza separada era un guiño al eterno 007: 'Goldfinger', película filmada en 1964. Y, de hecho, el caso tuvo hasta tintes un poco peliculeros: en 2013 se llegó a emitir una resolución de 200 folios en la que se amenazaba con el dictado de una orden internacional de búsqueda y detención del matrimonio, al que se achacaba haber realizado «todo tipo de impedimentos» para la recogida de sus declaraciones.

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