«Mi corto es una metáfora poética del pueblo saharaui»
La 13ª edición de la Muestra de cortometrajes San Rafael en Corto empieza este sábado en el teatro Víctor Jara de Vecindario, en el municipio de Santa Lucía, y tiene como uno de los platos fuertes de su primera jornada la proyección de Palabras de caramelo, del extremeño Juan Antonio Moreno.
«Desde la poesía, desde la tradición oral y desde la mejor cara de su cultura, Palabras de caramelo pone en valor a este pueblo olvidado». Con estas palabras define el cineasta extremeño Juan Antonio Moreno la producción que se proyecta este sábado, a partir de las 20.30 horas, durante la puesta de largo de la 13ª edición de la Muestra de cortometrajes San Rafael en Corto, en Vecindario, en el municipio grancanario de Santa Lucía.
Palabras de caramelo, que estuvo nominado al Goya al mejor cortometraje de este año, cuenta la historia de un niño saharaui sordo y se inspira en un cuento homónimo de Gonzalo Moure.
«Me atrajo la idea de contar una historia que fuera una metáfora del pueblo saharaui. Quise hacerlo desde un punto de vista muy poético», asegura el director apenas dos horas después de aterrizar en Gran Canaria.
Además de la poderosa historia que narra, Moreno reconoce que este cortometraje, que ya se ha proyecto en más de 70 festivales, ofrece una rica visión de «un micropueblo», pequeño en tamaño pero «de una gran riqueza» espiritual y humana.
Palabras de caramelo nació hace ya tres años. «Surgió de mi primera visita a los campamentos saharauis. Fui a visitar a uno de los niños que participaba en el programa Vacaciones en Paz. Durante cinco veranos lo acogió mi familia y ese verano no pudo ir. Fuimos mis hermanas y yo a ver a mi hermano saharaui, tal y como lo consideramos nosotros», explica el cineasta.
En la wilaya del Aaiún, Juan Antonio Moreno acudió al colegio donde estudia este joven y su hermano. Éste segundo es sordo, al igual que su profesor.
«Me ofreció el libro de Palabras de caramelo. Lo compré y por la tarde visité el corral de camellos. Al leer por la noche el libro, me sorprendió tanto la historia, por su magia, que tuve claro que tenía que contactar con el autor. Éste me dijo que se había inspirado en la historia real de una niña sorda. Me pareció muy interesante llevarlo al cine», rememora.
Tuvo claro desde el principio que se trataría de un cortometraje que transitara entre la ficción y el documental. «Supuso un reto mayúsculo. El corto aborda muchas cuestiones, pero la principal es la comunicación y la incomunicación. Queda claro que no necesitamos idiomas para comunicarnos, sino los ojos y el corazón», afirma sobre un filme que se rodó, en 13 días, en Bujador.
Su protagonista es un niño sordo que vive en este campamento. «Es un niño muy especial e inteligente. Vivía la misma experiencia que interpretaba, sobre todo el deseo de aprender a escribir. Nos dio una lección de sencillez e intuición. Le estoy muy agradecido», asegura.
La fotografía y, sobre todo el sonido, son dos elementos determinantes de Palabras de caramelo. «Con el sonido hemos intentado que el público empatice con el protagonista y que se ponga en el lugar de los sordos», apunta Juan Antonio Moreno.