La productora canaria El viaje y Mauro Herce vuelven a Locarno
El idilio entre el Festival de Locarno y el trabajo del realizador Mauro Herce, respaldado por la productora canaria El viaje, continúa. La 72 edición del prestigioso certamen suizo ha programado en la sección Fuori Concorso la última obra del cineasta catalán, el cortometraje Lonely Rivers. Un trabajo de 27 minutos, coproducido junto a Bocalupo Films, que ha contado con el respaldo financiero de Tenerife Espacio de las Artes (TEA).
«Locarno siempre nos ha tratado bien», asegura el productor canario José Ángel Alayón, acerca de la proyección de esta obra en la próxima edición del festival que se desarrollará en la pequeña ciudad suiza entre los días 7 y 17 de agosto.
La pieza, según cuenta Alayón, es, en cierto modo, una continuación de Dead Slow Ahead, el largometraje de Mauro Herce, producido por El viaje Films, Nanouk Films, Televisió de Catalunya y Bocalupo Films, que se alzó en 2015 con el Premio Especial del Jurado del prestigioso certamen cinematográfico europeo. «Herce ha utilizado material filmado en esa película y algunas cosas más para ofrecer una especie de reinterpretación de la película y mostrar la otra vertiente de ese barco. La película se desarrollaba en un barco deshumanizado, una gran máquina, en este corto se puede ver el lado más humano de esa travesía».
De hecho, explica Alayón, el escenario principal de Lonely Rivers es un karaoke en el que los marineros tienen su momento de ocio y diversión. «Lo interesante de esta obra es que permite ver el lado humano de aquella máquina. El largo transmitía la idea de que el barco era una máquina que no para, esta obra es más distendida y con un humor que la hacen interesante», sostiene Alayón que ya ha confirmado la participación de este corto documental en otros importantes certámenes internacionales que aún no han dado a conocer sus contenidos. «Locarno es una plaza importante. Varios festivales nos lo han pedido. Es un escaparate en el que nos miran. No podemos contarlo porque aún no es oficial», abunda el productor, muy satisfecho por la repercusión de este trabajo.
Musical.
En una nota de prensa, Herce explica que mientras montaba su anterior película Dead Slow Ahead, con la que pasó tres meses en un barco mercante, surgió el germen de este trabajo. «La idea actual es posicionarme justamente desde el lugar opuesto al de mi película anterior, si bien en Dead Slow Ahead evitamos mostrar al hombre hasta muy avanzados en el metraje, y cuando aparece, lo hace de un modo descorporeizado, ahora buscamos partir del hombre, su cuerpo, su voz y su rostro desde el principio y hasta el final, y mostrarlo siempre de un modo extremadamente tangible y concreto. También desde la forma y el estilo nos situamos en las antípodas del trabajo anterior. Si entonces fuimos extremadamente precisos y pulcros en los encuadres, cortes, duraciones de cada plano, con el ánimo de construir una pieza en la que apenas circulase el aire, esta nueva película es deliberadamente más sucia, libre, imperfecta, para revelar mejor lo inasible de estos hombres y de sus vidas. Y si en el filme anterior nos adentramos en la idea aparentemente paradójica de documental sensorial de ciencia ficción, en ésta coqueteamos con la noción de documental-musical».
Herce ha contado con el trabajo de Manuel Muñoz Rivas en el guion y el montaje y con los ingenieros de sonido Daniel Fernandez y Jonathan Darch.