‘Baby Driver’: El oso hormiguero
Atención a la secuencia inicial, pero no tanto la persecución, sino la coreografía que acompaña el paseo del protagonista y el ensamblaje de la música. Y a las rimas de Spacey.
Francisco Suárez Álamo y / Las Palmas de Gran Canaria
Martes, 11 de julio 2017, 11:26
Llega Baby Driver a la taquilla española con vitola de película que sorprende, que aspira a marcar una época y que reinventa géneros. Los hay incluso que aseguran que será la película del verano, pero sin que eso sea necesariamente sinónimo de calidad, pues lo mismo cabría decir de Despacito, de Luis Fonsi, y no es desde luego la Quinta de Mahler.
Más que reiventar géneros, lo que hace Baby Driver es mezclarlos convenientemente en la coctelera y servirlos al espectador, dando como resultado un batido a medio camino entre lo explosivo, lo resultón y, sobre todo, lo facilón, pues la película busca claramente un público situado entre los 14 y los 21 años. ¿Qué debe hacer el que supere esa franja de edad?
Pues si hace calor porque es verano y el aire acondicionado de la sala funciona bien, pues pague la entrada y entreténgase. Porque de eso va Baby Driver: pasar un buen rato, tener la sensación de que eso mismo se ha visto en cinco o seis películas de diferentes géneros y en unas ocasiones concluir que aquello se pasa de infantil y en otras que roza, cuando menos, el atrevimiento.
Básicamente, Baby Driver es una historia a medio camino entre la acción sin más complicaciones y el suspense con la comedia y el musical. Y así como hay quien cree que el oso hormiguero es el fruto de una noche loca entre un oso y una hormiga, habrá quien concluya que Baby Driver tiene como padre a Fast & Furious y como madre a La La Land.
Pero hay muchas más referencias: el protagonista es un primo no muy lejano del que encarnaba Ryan Gosling en Drive, Kevin Spacey recuerda al Lex Luthor de los años 80 -no al que interpretó el propio Spacey- y, sobre todo, el filme tiene un aroma a Amor a quemarropa, tanto en la acción como en los diálogos -el intento de emular los monólogos de Tarantino es más que evidente-. ¡Ah!, y cuarto y mitad de Michael Mann, tanto en los tiroteos, la relación chica-chica y el recurso de la cámara lenta.
A fin de cuentas, el director, Edward Wright ha sido hasta la fecha un tipo de hacer comedias de acción que buscaban la complicidad de la taquilla (Hombre hormiga, El despertar de los muertos y Arma fatal, como las más conocidas) y aquí repite la fórmula de sobra. Lo hace con más presupuesto, con secundarios de lujo -sobre todo, el canalla de Jon Hamm, y con un montaje en el que hay que premiar al editor por encajar música e imagen a la perfección.
El resultado es veraniego a más no poder, entretenido en ocasiones, cargante en otras, naif con gotas de tequila de garrafón y, sobre todo, una oda al Ipod. En fin, como pedir una sangría en una terraza de verano: hay quien la saborea, hay quien acaba en el cuarto de baño al primer sorbo y hay quien se pregunta si no es mejor volver al vino de siempre.
Ficha
Director y guionista: Edgar Wright
Música compuesta por: Steven Price
Intérpretes: Ansel Elgort, Kevin Spacey, Lily James, Jon Bernthal, Eiza González, Jon Hamm y Jamie Foxx