

Secciones
Servicios
Destacamos
Mali, su enigmática y milenaria ciudad de Tombuctú y las mujeres que la habitan llevan cautivando a la pintora Irene López de Castro desde finales de los años 80, cuando viajó por primera vez a este país africano. Desde este jueves y hasta el próximo 2 de mayo, la sede en Gran Canaria de Casa África acoge la muestra 'Tombuctú es nombre de mujer', donde plasma esta fascinación con un amplio recorrido por su producción pictórica.
Cuando se le cuestiona sobre el peso de la mujer en este enclave mítico, cruce de caminos milenario en medio del imponente desierto y a escasos siete kilómetros del río Níger, Irene López de Castro se muestra muy clara. «Las mujeres son el corazón de Mali. Son la esperanza, la generosidad, la hospitalidad, la creatividad... son el mejor equipo de trabajo local posible. En mis exposiciones he tratado de dar visibilidad a sus proyectos, como el de reciclaje de plástico. Es una asociación en la que fabrican esculturas y también baldosas con las que resuelven el problema de las montañas de plástico gracias a toda la arena de la que disponen. Desde aquí quiero hacer un llamamiento por si algunas empresas españolas quieren ayudar en este proyecto», señaló este miércoles la artista.
Reconoce que la mujer tiene bastante peso en la sociedad de Mali, aunque aún le falta abandonar el segundo plano en el que lleva situada desde hace siglos. «La mujer es muy importante y respetada en la sociedad de Mali. Tienen un rol histórico e influyen mucho a hijos y maridos, aunque están siempre en un segundo plano. Recuerdo una anécdota. Los hombres en Tombuctú, cuando tienen una reunión, no la resuelven el mismo día. Dicen siempre que tienen que consultarlo con la noche, que son las mujeres. Es al día siguiente cuando comunican su decisión, tras hablarlo con ellas», subrayó la pintora madrileña.
«Es el momento de que salgan de ese segundo plano. Ellas están dispuestas. El mundo necesita de ese lado femenino para igualarse. Y es que las mujeres son las guardianas de la experiencia, la paz y la vida», añade.
La fuerza, resistencia y belleza de las féminas malienses queda patente en las pinturas que integran 'Tombuctú es nombre de Mujer', una muestra en la que planea en todo momento un tono amable y de admiración hacia quienes protagonizan las distintas pinturas.
López de Castro reconoce que esta exposición es el nuevo fruto de un trabajo que viene de lejos. La fuente original se encuentra en su primer viaje a este enclave africano. «Empecé a viajar a Mali muy joven, en 1989. Yo era una estudiante de Bellas Artes. Me intentaron quitar la idea de viajar a Mali diciéndome que no había nada, salvo arena y pobreza. Lo que me encontré fue un país con una belleza impresionante y una población maravillosa. Quise hacer de puente con mi pintura entre Mali y España. Llevo haciéndolo todos estos años, ya que me he especializado en la pintura del Sahel», reconoció la creadora junto a varias de sus piezas en Casa África.
«Esta es la quinta exposición que le dedico a las mujeres de allí. Empecé con una en el Museo de Bellas Artes de Córdoba, siguió por el Reial Cercle Artistic de Barcelona, Casa Árabe de Madrid, el Instituto Cervantes de Roma y ahora en Casa África, que para mí es un sueño cumplido. Llevo muchos años queriendo exponer aquí y ha llegado de una manera fácil y en el momento adecuado», apuntó este miércoles junto a José Segura, director de Casa África que no duda en calificar a esta artista como parte de «esa casa».
Desde el primer viaje, la pintora reconoce que se sintió impresionada al conocer de primera mano la realidad de las malienses. Hasta tal punto que necesitó escribir para retratar toda la fascinación que le han generado. «Lo cuento en el libro 'Memorias del río Níger, el sueño de Tombuctú', que figura en la exposición. A través de los cuadros se cuentan una serie de vivencias, pero tenía que añadir una serie de palabras para completarlas», asegura en torno a un volumen que en su edición francesa, traducida por Joëlle Guatelli Tedeschi acaba de ser presentada en el Museo Nacional de Mali, gracias a la embajada española en este país, según informa Casa África.
El «magnetismo» de Tombuctú como «meca viajera» también emerge en la muestra. «Tiene que ver también con las mujeres, porque Tombuctú es un nombre de mujer. Buctú era una anciana que acogía a los viajeros en un campamento y tuvo que ser tan hospitalaria y maravillosa que muchos decidieron quedarse. Allí hay una herencia cultural española, porque la arquitectura sudanesa comenzó en el siglo XIV con el arquitecto andalusí Abu Haq Es Saheli, que era granadino, con el emperador Mansa Musa y construyeron la primera mezquita de estilo sudanés. Se cumple este año 700 años de su construcción», explica.
En las pinturas que exhibe en Casa África conviven, principalmente, dos técnicas. «Llevo trabajando con una técnica personal, que desarrollé muy joven, en la que combino el acrílico artesanal con toques de óleos, con tierra de fondo y pigmentos. También he traído cuatro obras realizada con la técnica del bogolán, en la que se emplea el barro. Fue la protagonista de mi anterior exposición en Casa África, titulada 'La herencia del bologanfini, el legado de la mujer de Mali'. Es una técnica pictórica igual que el acrílico, el óleo o la témpera. Se suele pensar en ella como artesanía, que también lo es», comenta la creadora.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.