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La pintora renacentista Sofonisba Anguissola (Italia, 1535-1625) brilló durante más de una década en la corte de Felipe II, después en Sicilia, hasta nuestros días como parte de los fondos del Museo Lázaro Galdiano, y ahora de forma temporal y como epicentro de una nueva exposición del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), en la capital grancanaria, dentro de un proyecto en el que 'convive' con seis piezas que forman parte de la colección del recinto artístico de Vegueta.
Este diálogo sin fronteras temporales entre el retrato que Sofonisba Anguissola realizó de una aristócrata, posiblemente Eleonora de Medici en 1580, y las piezas de Teresa Arozena, Claudia Casarino, Alicia Framis, María Gimeno, Kati Horna y Cristina Toledo no solo reivindica y exhibe el valor artístico de las mismas. Supone también una puesta en valor de la creatividad femenina en el mundo del arte, que durante siglos fue sepultado por el machismo.
Begoña Torres, directora del Museo Lázaro Galdiano, destaca la importancia que tuvo en su época Anguissola, ya que en un mundo de hombres logró hacerse con un hueco relevante, hasta el punto de ser una de las retratistas más admiradas por Anton van Dyck. «Este es uno de nuestros cuadros preferidos. Fue pintado por una mujer muy importante en su momento. En aquella época no había mujeres pintoras y solo podemos destacar a Lavinia Fontana, Artemisia Gentileschi y poco más. Pudieron pintar por su entorno, tenían padres pintores o pertenecían a familias de alto rango, como fue el caso de Sofonisba Anguissola», destacó este jueves durante la presentación de este proyecto expositivo.
Reconoció que en la colección del Museo de Lázaro Galdiano no abundan las piezas de artistas femeninas. «Ha sido interesante descubrir hace unos años un cuadro cuya autora es Michelina Wautier, que se atribuía a un pintor masculino», destacó.
Esta triste realidad acontecida con la obra de Wautier, dijo Begoña Torres, está muy extendida dentro de la historia del arte y, posiblemente Sofonisba Anguissola sea también una de las damnificadas, ya que fue una artista muy prolífica y seguramente muchos de sus retratos se atribuyeron a pintores masculinos.
De la biografía de Sofonisba Anguissola apuntó que estuvo «casi 12 años en la corte de Felipe II» y el propio rey «la mandó casar con el hermano del rey de Sicilia, lo que pone de manifiesto cómo era la época». Dejó la corte marcando una impronta «importantísima». Cuando enviudó, tuvo una relación «con un noble genovés» y murió muy mayor, «ejerciendo siempre mucha importancia», aseguró Torres.
En cuanto a la pieza seleccionada para esta muestra, la directora del Museo de Lázaro Galdiano destaca «su hondura psicológica», así como «una forma de pintar propia de la moda de los Austria de la época que resulta impresionante». «Esa pose fuerte de la protagonista del cuadro dialoga perfectamente con las piezas actuales que componen la exposición», señaló Begoña Torres sobre un proyecto de diálogo entre el arte de siglos anteriores y el actual que considera muy enriquecedor.
La conservadora del CAAM, Cristina Déniz, destacó que la mirada del retrato de esta artista renacentista preside la sala en la que se establece una especie de diálogo visual y conceptual con las seis piezas seleccionadas de la colección del recinto artístico del Cabildo de Gran Canaria.
Dos de las seleccionadas son las fotografías 'Sin título III' (serie 'Networkers', 2006), de la tinerfeña Teresa Arozena, y 'Barcelona (subida a la catedral)', de 1938, de la húngara Kati Horna. De la segunda apuntó que esta instantánea sobre papel la tomó durante la Guerra Civil española, focalizando su atención en «una mujer que nos mira desde las sombras».
El retrato renacentista cedido por el Museo de Lázaro Galdiano también comparte espacio con el óleo sobre lienzo 'Woman in Mourning', de la serie 'Una historia victoriana' (2018), de la grancanaria Cristina Toledo, que entró en contacto con el CAAM en la primera edición del proyecto 'Espacio CV'. «Esta obra se adquirió recientemente y hemos incluido este retrato porque a diferencia del retrato de Sofonisba, en el suyo la mujer protagonista esconde su rostro y genera un halo de duelo y nostalgia en el espectador», apuntó Cristina Déniz.
De la zamorana María Gimeno se exhibe 'Queridas Viejas' (2019), nacida dentro de una 'performance' que llevó a cabo en el CAAM y en otros museos a partir de un famoso libro de E.H. Gombrich, referente dentro de los estudios de Historia del Arte, donde su autor no incluye a ninguna artista femenina. «A golpe de cuchillo, María introduce en cada capítulo y época los nombres correspondientes que faltan y en este caso lo hemos abierto en la página de Sofonisba Anguissola», explicó la conservadora.
La muestra se completa con el aro reglamentario de baloncesto cubierto de cabello humano, titulado 'Sistershoop, Brunette' (2021), de Alicia Framis, y la fotografía 'Entre casa' (2011), de la paraguaya Claudia Casarino.
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