Silvia Sánchez: «Busco espacio para la ternura en un mundo lleno de ruido y prejuicios»
La bilbaína exhibe en la Biblioteca Insular una singular propuesta plástica conformada por ocho cuadros animados con Realidad Aumentada
Hasta el día 28 de noviembre se exhibe en la Biblioteca Insular de Gran Canaria la muestra titulada 'Arte, Emociones, Realidad Aumentada y Neurociencia' de la artista bilbaína Silvia Sánchez. Se trata de una exposición que permite ver cómo el arte tradicional evoluciona mediante la tecnología a través de ocho cuadros físicos originales de la artista que han sido animados en la Realidad Aumentada.
La creadora estima que «los jóvenes/nativos digitales están desencantados con las maneras tradicionales de mostrar el arte. Lo tradicional y lo digital pueden convivir ya que un formato nutre al otro y viceversa. Soy una artista plástica que le gusta trabajar con las texturas, con las acuarelas, con los pinceles… sin embargo, veo a la tecnología como una aliada que me aporta y que me lleva a otras disciplinas como lo ha hecho llevándome a la escultura hace dos años. Es necesario que haya ese dialogo entre el arte tradicional y el digital».
Algunos ensayistas estiman que el arte actual se ha convertido en un asunto político y de bienes tangibles, donde todos los criterios se conforman por variables como el contexto, la localización geográfica o el acceso a los medios y al beneplácito de las instituciones. Según avanza la creadora bilbaína «el arte está y ha estado siempre influenciado por la política, por las circunstancias de cada momento en la historia. Siempre he pensado que el arte es un archivo emocional e histórico (espejo de sentires provenientes del artista y de su receptor). El arte siempre se utiliza (y se ha utilizado) por las instituciones como medio para contar lo que le interesa a unos y a otros con todas las variables mencionadas. El público recibe ese arte y a su vez de forma subjetiva lo interpreta también, dependiendo de su ubicación geográfica, de su cultura y de sus vivencias».
Empoderamiento femenino
La obra de Silvia Sánchez se lee como una oda al empoderamiento femenino. «La mujer es la figura central de mi obra. Utilizo el cuerpo de la mujer en mis pinturas como lenguaje para contar una historia, huyendo de la perfección y de los cánones de belleza que se nos exige. No sé hasta cuándo será necesario reclamar ese espacio legitimo para las mujeres. Esto no va de lucha de géneros, va de perspectiva de género, que es lo que yo defiendo. De conectar mi obra desde mi mundo femenino con la gente independientemente del género, edad, cultura e ideología. No me interesa la política ni de donde provienes, me interesa que la sociedad sienta sin sentirse culpable de ser mujer, hombre. De buscar espacio para la ternura en un mundo lleno de ruido y prejuicios», agrega.
En la muestra que se exhibe en la Biblioteca Insular el público puede contemplar ocho cuadros físicos originales que han sido animados en la realidad aumentada. El visitante se puede descargar una App gratuita a través de un código QR y orientar con la cámara del móvil a las piezas, pudiendo de esta manera interactuar con sus elementos animados que cobran vida en su móvil invadiendo la sala, mezclando el mundo real y el virtual. En esta exposición además se muestran los resultados de un experimento pionero de arte y neurociencia realizado con Tecnalia, que mide el espectro emocional que detona la obra de Sánchez descubriendo el territorio emocional predominante en la misma. «Con este experimento, no hay trampa ni cartón, no es lo que yo diga de mi obra, es lo que los datos objetivos y fehacientes dicen acerca de lo que detona mi obra, cómo mueve a las personas, qué deriva emocional provoca al visualizar mi trabajo».
«Mi obra mayoritariamente detona emociones placenteras de alegría, confianza, curiosidad y sorpresa. Sin embargo, el estudio de arte y neurociencia con la visualización de mis obras, ha demostrado que, dependiendo del bagaje emocional que tiene cada individuo y de sus vivencias, mi obra puede provocar otras emociones no tan placenteras como puede ser tensión o incomodidad, sobre todo para el género masculino cuando quien les habla sobre las emociones, la fragilidad o de expresar el dolor o la tristeza e incluso la alegría es una mujer artista. Que un hombre se muestre frágil, se emocione, que exprese su tristeza y que llore, es un símbolo de debilidad y no esta aceptado socialmente», subraya la creadora. «Mi filosofía o el propósito de mi arte es siempre es el mismo, evolucionamos como seres imperfectos, no para conseguir ser perfectos, si no para aceptar que somos maravillosamente imperfectos».
No a la IA
A Silvia Sánchez no le interesa el uso de la IA. «Soy fiel a lo físico tanto en mi obra pictórica como escultórica, y solo utilizo la ciencia y la tecnología si es al servicio de mi obra física. Todo nace y parte de mi trabajo plástico y físico. No me interesa profesionalmente la utilización de la IA», expresa tajantemente la artista que vincula en su propuesta arte y neurociencia.
Sin embargo, no considera que su trabajo pueda ser definido como neuroarte. «No considero mi trabajo como neuroarte, me considero artista de las emociones pero yo no soy científica, solo soy un artista que narra ese mundo de las emociones a través de su obra».
Para Sánchez propuestas como la suya o inspiradas en la ilustración «todavía es difícil de sean aceptadas en colecciones de museos de arte contemporáneo. Los museos consideran contemporáneo el arte de nuestro tiempo creado por artistas vivos y actuales con diversidad de estilos y temas. Deberían estar menos encorsetado y abrirse a nuevas perspectivas de creatividad», concluye.