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El artista José Luis Luzardo. C7
La revista que siempre propone sorpresas

La revista que siempre propone sorpresas

Fundada por los artistas Macarena Nieves, Jerónimo Maldonado y José Luis Luzardo, 'Al-harafish' lanza la edición limitada de su número 36

Martha Lucía Suárez

Las Palmas de Canaria

Domingo, 20 de octubre 2024

La revista independiente 'Al-harafish' nació de la necesidad de un grupo de artistas y poetas visuales que contaban con pocos espacios en Canarias para exhibir sus creaciones a través de un formato editorial muy singular que les permitiera explorar todo tipo de ideas y formas artísticas. Lo que empezó como un juego se ha convertido en un ejemplo de la historia de la edición artística en Canarias, ya que el 80% de los creadores de las islas han colaborado con esta revista.

«Todo surgió en medio de un taller multimedia alrededor del que nos reuníamos para hablar de arte. Nos regimos por el ideario del movimiento dadaísta desde el principio y todo surge de la mano de los creadores Jero Maldonado, Macarena Nieves y José Luis Luzardo», avanza este último. El sugerente nombre de la revista surge por azar, tal como explica el pintor, «al abrir el libro de Antonio Escohotado titulado 'Fenomenología de la droga' y señalar al azar con el dedo un concepto cualquiera de una de sus páginas. Allí estaba la palabra Al-harafish, que en árabe significa los truhanes de la droga». La revista estaba bautizada.

En aquel espacio alternativo donde se fue gestando la revista, a su vez, sirvió para albergar las primeras reuniones que propiciarían la creación de la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales (AICAV), creada en 1999.

Con el tiempo, más y más personas se fueron uniendo a este proyecto cuyo impacto se ha extendido más allá de las fronteras locales, porque la publicación ha recibido a lo largo de sus 36 números de existencia aportes creativos de más de 300 colaboradores, muchos de los cuales han vuelto a participar en algunas de sus sucesivas ediciones.

«La edición ha sido muy complicada porque todo su contenido ha requerido siempre un proceso de complicado trabajo manual. Ahora cada coordinador lleva el proyecto de cada edición, que mantiene una tirada corta de 50 ejemplares», comenta Luzardo.

Para consulta

Para entender la historia de la revista hay que verla y tocarla, y para esto, tanto en el Centro de Documentación del CAAM como en el del Centro de Arte La Regenta pueden consultarse los ejemplares lanzados hasta la fecha. «La revista se ha mantenido a flote, aunque su periodicidad ha sido irregular. Siempre aparece alguna persona que desea colaborar y coordinar un número de manera altruista y sin presupuesto alguno. Todo sale del voluntariado de los artistas y de las habilidades artesanas de los mismos. Incluso la propia maquetación de este número 36 se ha realizado a mano», puntualiza el creador canario.

El nuevo número de la revista. C7

El último número de la revista está coordinado por el también artista Augusto Vives y está dedicado íntegramente al arte de la escritura. «La necesidad era exponer el trabajo de escritores y artistas visuales del panorama local para otorgarles espacio y voz a creadores diferentes y no, a los de siempre. El objetivo era también romper con la idea de la clásica revista. Hay una contemplación para que pase a ser objeto y no una simple revista», aclara Luzardo.

Sujeta a formatos muy originales utilizando desde cuadernillos a cajas de cartón de camisas, pizzas, hasta cajas de madera de puros, recipientes de comida para llevar o bolsas de plástico, cada número de Al-harafish se considera un verdadero festín de creatividad y sorpresa. «La revista en realidad se considera un objeto, una obra de arte independiente, aunque no se trate de un cuadro o una escultura. La definimos como una revista objetual», añade José Luis Luzardo.

«La historia de las revistas en Canarias data desde 1917, y es muy complicado mantener viva una publicación en esta zona geográfica y más con una temática tan específica, dirigida a todos, pero elegida por unos pocos. Es sorprendente que todavía salgan números de 'Al-harafish'. Es un trueque, los artistas proporcionan una pieza de cualquier tipo y a cambio le damos un ejemplar», dice.

Objetivo cincuenta

El coordinador del número 36 que acaba de presentarse, Augusto Vives, explica que «todos los escritores invitados han tenido que escribir a mano las 40 publicaciones que se han realizado. No se ha permitido ejecutar nada con tecnología. Una autora incluso escribió 40 veces con la mano izquierda siendo diestra. Es un ejemplo de cómo la escritura puede conllevar todo un proceso artístico», subraya Vives.

El creador Augusto Vives. C7

El número 36 cuesta 60 euros, aunque poner precio al arte es complicado. «Todas las láminas van en A5 y se presentan 30 originales en cada caja. Hay revistas que cuestan 2.000 euros cada ejemplar», advierte.

«Limitamos el número de participantes dependiendo del formato del contenedor. Sin duda, lo que nos limita es el contenedor. El tipo de contenedor surge como criterio artístico alternativo, no hay una razón específica. El sentido es romper la estética de la revista tradicional y romper con todo lo preestablecido en este tipo de formatos», expresa Vives.

«El nombre de este número surge por las ganas de recuperar el grafismo y por la pérdida incipiente de la escritura a mano. Escribir es dibujar y eso es lo que queremos mostrar en este número, todo ello en un mundo lleno de tecnología que ha hecho que perdamos la tradición de la escritura a mano», añade Vives.

«Nuestro objetivo es matarla en el número 50, pero todo depende de la predisposición de los artistas. Todo depende de los coordinadores que estén dispuestos a colaborar. Hay números previstos, pero todo siempre está en el aire a la espera de que un creador voluntario esté dispuesto a realizar todo el trabajo que esta revista conlleva», comenta Vives.

«Somos la generación del salto, generamos espacios de creatividad y ruptura y estamos seguros de que vendrán próximos artistas jóvenes que quieran continuar, porque al contrario de lo que la gente piensa, hay muchas mentes nuevas con ganas de seguir generando espacios de creatividad, cambio y protesta», concluye José Luis Luzardo.

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