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Daniel Montesdeoca, en una imagen de archivo. C7
«Los retratos femeninos esconden códigos que se convierten en alegatos ocultos»

«Los retratos femeninos esconden códigos que se convierten en alegatos ocultos»

El director del Museo Néstor, Daniel Montesdeoca, comisaria la muestra 'Mujeres de otra época', en la Casa-Museo Pérez Galdós

GABRIELA VICENT

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 18 de febrero 2023

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Las mujeres artistas de la Belle Époque se convirtieron, en su mayoría, en iconos de la emancipación y la libertad. En España, desde el último cuarto del siglo XIX, las mujeres que representaban distintos segmentos y roles, ya fueran el de madre, bailarina o distinguida dama, intentaron posicionarse en una sociedad que las relegaba a un segundo plano, para dar testimonio con su ejemplo de los nuevos retos que suponía la entrada al siglo XX. Sus posados en el retrato femenino de la época también empiezan a revelar este cambio trascendental.

La exposición 'Mujeres de aquella época: el retrato femenino en colecciones privadas (1888-1932)', que acoge la Casa-Museo Pérez Galdós, pretende reflejar la revolución violeta que barruntaba el cambio de siglo.

Comisariada por Daniel Montesdeoca García, historiador y director del Museo Néstor de la capital grancanaria, la muestra, recoge una buena parte de los estilos que se atienen al arco cronológico correspondiente al último cuarto del siglo XIX, y a los tres primeros decenios del XX, con especial hincapié hacia los movimientos modernista, Belle Époque y Art Déco. La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 31 de mayo.

Montesdeoca avanza que esta muestra tiene el interés de «dar a conocer cómo se estructuró el retrato femenino desde los últimos años del siglo XIX hasta más allá del primer cuarto del siglo XX, ya sea bajo los estilemas del Art Nouveau (Modernismo), la Belle Époque o el Art Déco. En gran medida se encuentran sujetos a un espacio cronológico que coincide con el de don Benito Pérez Galdós (fallecido en 1920), gran conocedor del arte de su época, además de contar con importantes amigos pintores y escultores, como Aureliano de Beruete o Arturo Mélida, con el que departía sobre el futuro de la plástica española y la de sus jóvenes representantes».

El comisario de la muestra señala que en total son 17 lienzos y una escultura, correspondientes a firmas muy conocidas, como la de Néstor, «del que mostramos el retrato de su madre, pintado cuando el artista contaba 16 años, y el de una pariente, Nieves Sagrera i Amat; además de un Julio Romero de Torres y otro de su hermano Enrique, obras que han permanecido inéditas hasta el momento. También se exponen otras obras de Beltrán Masses, Julio Moisés, Ismael Smith, Nin i Tudó, Moya Calvo, Brull i Vinyoles, Anselmo Miguel Nieto, Ángel de la Fuente, Eduard Jener, Eduardo Soria, Julio Borrell Pla, Carlos Vázquez Úbeda o Ismael Blat».

«Algunas de estas piezas cuentan una historia que se vincula con personajes canarios de un modo u otro. En su totalidad se encontraban adscritas a importantes colecciones españolas o hispanoamericanas, pero ahora conforman el acervo patrimonial de Canarias al ser parte de las colecciones de don José Antonio Casimiro y la familia Montesdeoca García-Sáenz. La sorpresa radica en que el 90% de ellas nunca se han expuesto al público», agrega.

El discurso de la exposición se sustenta en nombres representados en colecciones locales, haciendo hincapié en la manera de acercar al visitante la evolución en la moda, el estilo y la percepción de lo femenino desde el romanticismo a la modernidad. «Aquí encontraremos mujeres que desde cualquiera de los ámbitos en los que desarrollaron su actividad, ya fuera el de madre, bailarina o distinguida dama, intentaron posicionarse en una sociedad que las relegaba a un segundo plano, para dar testimonio de los nuevos retos que suponía la entrada al siglo XX con su ejemplo. Incluye esta singular galería a autores que, de algún modo, tienen conexión con Néstor o con las retratadas, entre los que aparecen el vallisoletano Anselmo Miguel Nieto, para el que posa Anita Delgado, futura maharaní de Kapurthala. También se incluye el boceto para la casa de perfumes 'Myrurgia', en la que la manola representada es la bailarina Tórtola Valencia, íntima amiga de Néstor», dice.

Para Daniel Montesdeoca el discurso subyacente femenino en los cuadros se manifiesta en cada retrato, «dan el metalenguaje que nos habla de singularidades, de un lenguaje simbólico que nos acercará a la personalidad de cada una de estas mujeres. Esta personal intrahistoria se desentrañará más detalladamente en las visitas guiadas que se programarán durante el intervalo que permanezca abierta al público la exposición. Es pertinente hacer una relectura, porque los retratos femeninos esconden códigos que van más allá de la expresión decorativa y que se convierten en verdaderos alegatos ocultos».

El comisario atisba una sociedad «que ha agotado sus recursos en pos de un cambiante y nuevo orden»

Daniel Montesdeoca explica cómo funciona la contextualización estética de los retratos de esta exposición en el marco temporal en el que están realizados, es decir, en la convulsa España de finales del XIX hasta la Guerra Civil. «En muchos de ellos se puede percibir la simbólica ensoñación de mujeres conectadas con la estética de lo hispano, tan de moda en el primer cuarto del siglo XX por la acción del cine mudo, donde triunfan personalidades como Dolores del Río, Raquel Meller o Conchita Montenegro, aunque también se aprecia el gusto por el estilo dieciochesco francés propio de la Belle Époque. Por regla general, estamos hablando de retratos conectados con personalidades de dispar procedencia social y económica. Son esposas e hijas de pintores, futuras maharanís, bailarinas, gitanas o de la alta burguesía, lo que nos remite a un espectro amplio de la sociedad de aquel tiempo».

El arte constituye una expresión sintomática de la sociedad de su tiempo y contribuye en la dinámica de transformación social. «Estamos en un momento convulso, propio de una sociedad que ha agotado sus recursos en pos de un complejo y cambiante nuevo orden, en la que todos debemos ajustarnos a retos de toda índole. Este proceso llevará a que nos replanteemos los sistemas educativos, la reorganización de instituciones culturales y museísticas, y hasta el valor y sentido del arte. En este pormenor parecen cobrar nuevo sentido las palabras de Tales de Mileto: 'Sea tu oráculo la mesura'. Aunque yo añadiría que unas gotas de audacia son necesarias para generar los cambios deseados, sin olvidar cierto equilibrio. Y ahí juegan un papel importante los nuevos movimientos y expresiones artísticas, porque, al fin y al cabo, son el reflejo del pensamiento de una generación que busca otras vías de comunicación», concluye.

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