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Naranjo incita al misticismo en el museo Antonio Padrón

Naranjo incita al misticismo en el museo Antonio Padrón

En 2014, Francis Naranjo viajó al palacio Iñak Uyu en el lago Titicaca, en Bolivia. De allí se llevó una de las piedras que la gente ofrendaba, a pesar de que le advirtieron de que esa acción le provocaría sueños. Esta anécdota le invitó a indagar en la capacidad humana para otorgar poderes místicos a cosas y espacios.

Jueves, 16 de julio 2020, 19:39

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El próximo 2 de febrero, Francis Naranjo (Gran Canaria, 1961) inaugurará en el Museo Antonio Padrón de Gáldar su propuesta Estás entrando en la luz de tus ojos; cuatro instalaciones, una intervención en el espacio y un vídeo con los que procurará despertar el lado más espiritual del espectador. «Con este trabajo trato de relacionar lo extraterrenal con lo terrenal. Tiene que ver con ese lado místico que todos poseemos y que, en muchos casos, está marcado por la necesidad de establecer un orden en un sistema social», comenta el creador que se percató del poder de la sugestión cuando, tras llevarse una de aquellas ofrendas del santuario boliviano, atribuyó sus sueños a la piedra.

Este trabajo incide en cuestiones ya tratadas en los proyectos exhibidos en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile: Las piedras sueñan (2015) y La coleccionista de luces (2012). En esta última serie, el artista manipuló imágenes del desierto de Atacama, insertando soles blancos y sobrenaturales, para forzar al espectador a realizar una lectura espiritual de esas escenas.

En concreto, además del políptico fotográfico Luz de Atacama, el artista presenta tres instalaciones que giran en torno al poder evocador de las piedras; Osmosis (Shungita), Melancolía y Mística forzada (meteorito); una pieza en la que relaciona un fragmento de meteorito con imágenes del desierto que incluyen elementos espirituales como una animita –pequeños santuarios para recordar a un difunto–, una cruz en medio de un paraje yermo o un montón de matrículas de vehículos de personas fallecidas en accidentes de tráfico en esa zona del desierto.

«Hay elementos relacionados con el paisaje del desierto y otros donde se incorpora la mano del hombre para unir lo terrenal y lo celestial», explica el artista que, con esta propuesta, intentará envolver al espectador en un ambiente propicio para que «viva una experiencia».

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