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Arte femenino y feminista

Arte femenino y feminista

La sala de arte social Clara Muñoz, en el Gabinete Literario de la capital grancanaria, exhibe hasta el mes de julio la muestra titulada Sus formas, nuestro dolor, de las artistas Ana Laura Aláez (Bilbao, 1964), Sylvie Fleury (Ginebra, 1961), la italiana afincada en Berlín Monica Bonvicini (Venecia, 1965) y Cristina Toledo (Gran Canaria, 1986).Las formas de dominación física, impuestas o asumidas voluntariamente, y la contundencia de algunos discursos estéticos netamente masculinos son las dos vertientes principales de esta exposición comisariada por el dúo PSJM.

Jueves, 16 de julio 2020, 09:34

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La muestra, organizada con el apoyo de la Consejería de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, del Ministerio de Cultura y de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, señala algunas de las violencias, más o menos sutiles, que inciden en la población femenina, al tiempo que revisa la historia reciente del arte, explora la estética del dolor y ofrece un discurso feminista de última generación.

En total, la sala, ubicada en el sótano del Gabinete Literario, acoge cuatro piezas. La italiana Monica Bonvicini presenta Beltdecke (2017), un tapiz tejido con cinturones negros. Una obra que conecta un arte tan femenino como el textil y un elemento tan masculino y violento como el cinturón; herramienta básica del castigo patriarcal. «Crea una sensación extraña por su simplicidad y su fuerza», explica uno de los comisarios, Pablo San José, acerca de esta pieza que dialoga con el mural de la artista canaria afincada en Madrid, Cristina Toledo. Su pintura, extraída de su serie Sacrifice (2017), donde refleja los tratamientos de belleza a los que se sometían las mujeres en los años 50 que podrían considerarse auténticas sesiones de tortura.

Quizás más violencia encierra el vídeo de la suiza Sylvie Fleury titulado Walking on Carl Andre (1997), donde aparecen tacones femeninos caminando sobre el pavimento ideado por el destacado artista minimalista Carl Andre, sospechoso del asesinato de la que fuera su pareja, la creadora Ana Mendieta (Cuba, 1948- Nueva York, 1985). La absolución de Andre de los cargos que pesaban contra él es un asunto que aún suscita las protestas de las feministas del mundo del arte. Además, con esta pieza la creadora Suiza responde al intento del creador de censurar uno de sus trabajos.

Por su lado, la artista vasca afincada en las islas Baleares, Ana Laura Aláez, también recurre al minimalismo. En concreto, su pieza Culito alude a uno de sus principales referentes, Constantin Brancusi. La obra escultórica recuerda a las del artista rumano y encuentra el contrapunto de la rotundidad de las líneas curvas y el metal defendida por el autor minimalista en un corcho que, a modo de ano, rompe la consistencia del conjunto para transmitir la sensación de fragilidad y violencia. «Hay una transgresión y una perversión de la obra de Brancusi, un referente directo para el minimal. También esa escultura se refiere al postminimal de Eva Hesse, que tiene que más que ver con lo fluido, lo blando y lo femenino y menos con las aristas masculinas», abunda San José.

La tortura fetichista de los zapatos de tacón, la estética del cuero y el bondage, el sometimiento del cuerpo a sesiones dolorosas para embellecerlo y la fragilidad sexual son algunos de los asuntos que pone sobre la mesa el diálogo artístico que se establece entre las cuatro obras de la muestra.

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