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Jesús M. Castaño, ante la obra 'Cruxifición' (1958) de Antonio Saura, que se incluye en la exposición sobre El Paso. C7

Jesús María Castaño, director de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino

«La aportación de Chirino a la cultura es incuestionable, era un visionario»

El director de la Fundación hace balance del año del centenario del nacimiento del escultor y avanza los retos que la institución se plantea para el futuro

Diego F. Hernández

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 30 de junio 2025, 02:00

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El director de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino, Jesús M. Castaño, hace balance en esta entrevista de las distintas acciones, entre exposiciones, publicaciones y otros eventos emprendidos este año con motivo del centenario del nacimiento del escultor Martín Chirino. Una efeméride que coincide con el décimo aniversario de la Fundación del artista que tiene su sede en el Castillo la Luz.

-El centenario del nacimiento de Martín Chirino ha posicionado la obra y figura del escultor a nivel nacional e internacional con diversos proyectos expositivos, además del impacto que su legado tiene en su isla natal con producciones como 'Crónica del siglo', que exhibe el Centro Atlántico de Arte Moderno o 'El Paso. Vanguardia y Compromiso', que se puede visitar en el Castillo de La Luz, sede de la Fundación de Arte y Pensamiento MartínChirino. ¿Qué balance puede hacer de lo acontecido hasta la fecha en torno a la conmemoración del centenario?

-El año del centenario es, por supuesto, un período intenso de trabajo y mucho esfuerzo por parte de la familia de Martín Chirino, así como del equipo de trabajo que forma parte de la Fundación. Un año para celebrar el nacimiento de nuestro escultor hace justamente 100 años, todo lo que supuso su vida y obra y las repercusiones que tuvo en el panorama artístico nacional e internacional. Un año para agradecer a todas las instituciones públicas y privadas que nos han ayudado a sacar adelante la intensa y ambiciosa programación. Un homenaje, un reconocimiento, para el que Martín Chirino reunió a lo largo de toda su vida el mérito que hoy recibe, y que se está cumpliendo según proyectamos. Me gustaría destacar que todo este desarrollo de actividades se lleva planificando tres años ya con las diversas instituciones y espacios, lo que ha permitido desplegar tantos eventos con el equipo humano reducido con el que contamos en la Fundación. Resulta gratificante ver reconocida la deuda histórica que tenía esta ciudad con el artista de exponer en lo que fue un hito histórico para esta ciudad y su repercusión fuera de ella, como fue la creación del CAAM por parte de Chirino. Este centro se ha convertido en el mejor santuario para acoger la retrospectiva que acoge su legado, que comprende desde sus primeras esculturas a las últimas. Un centro de arte entregado en su totalidad a la obra y pensamiento de nuestro fundador. Al mismo tiempo, en la sede de su Fundación, en el Castillo de La Luz, acogemos una muestra 'El Paso. Vanguardia y Compromiso', que supone una oportunidad excepcional para acercar al público este capítulo esencial de la historia del arte español, que supuso una proyección internacional como pocas veces se ha visto entre nuestros artistas españoles. Además, en la sede de la Fundación se han celebrado eventos vinculados a Martín Chirino como la pieza coreográfica 'Forjando Vientos', de Anatol Yanowsky, o el mural de PSJM, homenaje plástico a la vida profesional de Chirino.

«En estos años nos hemos consolidado como una institución de referencia, tanto en Canarias como fuera del archipiélago»

-El legado de Martín Chirino ha tenido también una proyección nacional e internacional en el año del centenario.

-Ahora en el centro Niemeyer, en Asturias, contamos con una exposición que recorre la etapa americana, quizás la menos conocida del escultor por el público, y que tan fructífera resultó. Además, acabamos de clausurar en Roma, en el Instituto Cervantes, y en el rectorado de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria sendas exposiciones sobre Chirino. A la vuelta de verano inauguramos en Madrid dos exposiciones más, una en el Círculo de Bellas Artes y otra en la Galería Guillermo de Osma. Todas estas exposiciones trabajan diferentes aspectos dentro de la creación del escultor, y sus tesis corren a cargo de eminentes expertos en la materia. Es un análisis que revisa su figura desde diferentes ángulos, para construir una visión global de toda una vida dedicada a la escultura y gestión cultural. Un mérito que como intelectual y artista acompañó con su lucidez al desarrollo de la plástica de este país. La aportación de Chirino a la cultura es incuestionable, gracias en parte a su carácter polifacético y visionario. Es un artista inclasificable y su obra desborda los géneros de todas las escuelas por su singularidad. Los que tuvimos la suerte de compartir pequeños y grandes momentos con él sabemos de su calidad como persona y de su buen hacer. Un herrero que siempre forjó el contenido que iba y venía a su mente, respetando el lenguaje y su compromiso con la contemporaneidad. Una obra tras la que ocultaba una seria y profunda reflexión. Está siendo un año de buena recepción por el público y por la prensa especializada de todas las acciones que hemos llevado a cabo. Un año para celebrar.

-La exposición sobre El Paso, de la que es comisario, ofrece una selección de obra significativa de este grupo de artistas que fueron la vanguardia en su tiempo. ¿Qué supone este proyecto impulsado por la Fundación Martín Chirino en el contexto del centenario del escultor?

-Este año detuvimos la programación de las exposiciones que vengo diseñando durante estos años. En ellas hemos ido mostrando por series la obra de Chirino, acompañadas por sus correspondientes monografías, en la que intervienen diferentes expertos en diferentes disciplinas, alineadas con cada serie, y en la que se contextualiza la obra. Las vamos publicando para completar lo que venimos llamando la 'Enciclopedia Chirino'. Paré ese proyecto para presentar la participación de Martín Chirino en El Paso, en línea con lo que contaba antes de analizar diferentes facetas del artista y su proyección en el año del centenario de su nacimiento. Me siento orgulloso del trabajo y estudio realizado. Hemos conseguido que instituciones de primer orden y coleccionistas destacados nos presten obras significativas de este período. Supone una muy buena oportunidad de acercarse a este capítulo esencial en nuestra historia, algo que no se había podido ver en Canarias con anterioridad. Las salas del Castillo reproducen el espíritu de la época con mucha belleza, siempre gracias a la calidad de las obras expuestas. Igualmente hemos conseguido aunar casi todas las publicaciones originales del período breve que supuso la incursión de El Paso en la historia del arte español.

-Una conferencia suya sobre El Paso programada el 2 de julio es también una oportunidad para abundar en el papel que tuvo este movimiento en la España de entonces y en la historia del arte.

-Sí, en ella pretendo acercar al público que asista la repercusión e importancia que este colectivo tuvo en la Historia de Arte español y del que formó parte Martín Chirino desde 1958. Un grupo artístico cuyo cometido era, según establece su manifiesto fundacional, «vigorizar el arte contemporáneo español» al que se atribuía «estar falto de una crítica constructiva, de marchantes, de salas de exposiciones que orienten al público y de unos aficionados que apoyen toda actividad renovadora». Para ello, me apoyaré en una serie de obras de todos los participantes en el grupo, tanto las presentes en la exposición como otras que los artistas produjeron en las fechas en las que estuvo vigente el grupo. El Paso, en palabras de Saura, supuso «una aceptación común del informalismo». En este movimiento se acentúa el predominio de la gama sombría, del blanco y el negro, la ausencia del color, en el que permanecen las formas, el gesto expresivo, y donde se recalcó el tono «hispánico»: trágico y profundo. Un verdadero «grupo de acción», con una estrategia de ataque y autodefensa muy bien pensada, apoyado en un conjunto de críticos de arte, así como un nutrido grupo de intelectuales interesados por la propuesta. La presencia y actuación de El Paso fue decisiva para renovar el ambiente artístico en el país, removiendo aguas y provocando la difusión del debate alrededor de la polémica inserción del informalismo dentro de la dictadura española.

-La Fundación celebra este año su décimo aniversario. ¿Cómo ha sido el trabajo en estos años hasta llegar a la Fundación que hoy conocemos?

-Un trabajo intenso y fructífero. En estos años nos hemos consolidado como una institución de referencia, tanto en Canarias como fuera del archipiélago. Seguimos la senda que el propio Chirino se marcaba en su obra y pensamiento, que no es otra que «de Canarias al mundo. Desde lo particular a lo universal». Un trabajo que se ha visto reconocido en el año 2021, cuando El Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, nos otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, y este año, en el que el Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria nos han concedido la medalla de oro de la ciudad. Desde un primer momento, y trabajando codo con codo con Martín Chirino, planteamos un cuaderno de ruta que tenía tres frentes que cubrir. Por un lado, el trabajo por y para la excelencia, mejor pocas actividades y buenas que muchas y regulares. Somos un centro que se debe a un artista plástico, obviamente, pero en el que hacemos concesiones a otras disciplinas artísticas, sin que ello nos convierta en un teatro o auditorio. También otro frente abierto es la inmediatez del consumo cultural en la actualidad, y hemos planteado desde el principio una profundización en los temas que abarcamos, huyendo de la superficialidad en el análisis. Por último, la Fundación parte con la vocación de convertirse en un centro de difusión y debate en torno a la cultura, en el entorno privilegiado que proporciona el Castillo de la Luz. Soy consciente de las limitaciones que tenemos, tanto de personal como presupuestarias y espaciales, e intento adaptar esas propuestas a la realidad de la sede, sin pretender competir con otros espacios especializados, sino haciendo propuestas que casen con nuestra filosofía y vayan al encuentro de nuestro espacio arquitectónico y su historia. Conozco desde el año 96 a Martín Chirino, y hemos trabajado juntos desde entonces, suficientes años en los que hemos debatido y alcanzado un entendimiento mutuo del futuro de la institución y los valores que necesitaba transmitir a la sociedad.

-El décimo aniversario es una celebración que permite repensar en el papel de la Fundación como espacio de arte y pensamiento sobre el legado de Martín Chirino. Tras la amplia agenda de acciones por el centenario, ¿cuál será la hoja de ruta de la Fundación a partir del próximo año?

-La hoja de ruta es la de continuar consolidando los proyectos que venimos desarrollando como es ir completando la 'Biblioteca Chirino', posicionar a nivel internacional nuestra Residencia artística, retomar nuestro concurso internacional de Composición Martín Chirino, seguir con el estudio y contextualización de la obra de Chirino, su perfecta catalogación y digitalización de todo su legado documental para dejarlo visible y accesibles a las generaciones futuras. Es cierto que contamos con un presupuesto considerable, cuyo principal valedor es el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, pero una gran parte se destina al mantenimiento y servicios de la apertura del espacio al público, lo que nos deja con un presupuesto limitado para programación. A futuro, lo ideal sería contar con más apoyos, tanto institucionales como privados, para poder ampliar la oferta cultural y abrir más líneas de trabajo y aumentar la plantilla. Ya contamos con apoyos puntuales de instituciones públicas como el Ministerio de Cultura, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, así como de las instituciones privadas CaixaBank, Fundación Disa y Fundación Acuorum, y con todas mantengo una estrecha relación. Podría parecer suficiente, pero la voluntad es de crecer en el tiempo, y para eso es necesario más apoyo a la cultura por parte de las empresas, no solo a nuestra Fundación, sino al tejido cultural en general. Este es un cambio necesario, que espero ayudar a impulsar poco a poco.

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