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Aitana Sánchez-Gijón, al fondo, y Marta Poveda, en una escena de 'Malvivir', montaje que llega al Cuyás este viernes y sábado. DAVID RUIZ
Aitana Sánchez-Gijón: «No tengo miedo al ridículo ni a exponerme, el riesgo es un aliciente»

Aitana Sánchez-Gijón: «No tengo miedo al ridículo ni a exponerme, el riesgo es un aliciente»

La actriz protagoniza 'Malvivir' con Marta Poveda y el músico Bruno Tambascio, este viernes y sábado en el Teatro Cuyás de la capital grancanaria

Victoriano Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 6 de abril 2022

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Aitana Sánchez-Gijón decide zambullirse en un proyecto siempre que detecte una dosis significativa de «riesgo». Si se trata de una producción teatral, su primera lectura debe atraparla de tal manera que esa noche le sea imposible caer en los brazos de Morfeo. 'Malvivir', el montaje con el que este viernes y sábado, siempre a las 19.30 horas, regresa al Teatro Cuyás de la capital grancanaria cuenta con estos ingredientes que la actriz nacida en Roma considera capitales.

«'Malvivir' es un espectáculo que tiene el sello absoluto de Álvaro Tato, que firma la dramaturgia, y de Yayo Cáceres, que es el director. Se trata del sello de los 25 años que lleva la compañía Ron Lalá poniendo el foco en el Siglo de Oro español. Se trata de una producción de Ay Teatro, que es como la hermana gemela de Ron Lalá. El montaje sigue las pautas de ese teatro que ellos defienden, que consiste en revisitar los clásicos acercándolos al público actual. En este caso lo hacen con una tragicomedia trepidante, donde la música es un factor muy importante», avanza.

Sobre el escenario está acompañada por la actriz Marta Poveda y el músico Bruno Tambascio. «Además de nosotras dos tenemos a un juglar, Bruno Tambascio, que canta y toca varios instrumentos en directo. La música es un factor muy importante en la obra, porque crea el espacio sonoro y genera las atmósferas donde se desenvuelven las dos pícaras. Es un montaje casi circense por lo que tiene de malabarismo con dos actrices haciendo casi quince personajes. Requiere un trabajo físico y vocal muy importante. 'Malvivir' está hecho desde el juego y la poesía, con un contraste entre la comedia y la parte más dura de lo que le pasa a Elena de Paz. Crea un cóctel perfecto», defiende.

Sobre el escenario Aitana Sánchez Gijón da vida a la pícara Elena de Paz. «El personaje brota de varias pícaras de textos del Siglo de Oro. Álvaro Tato ha bebido de varias fuentes, como la pícara Justina, la Niña de los Embustes y la hija de la Celestina para construir un solo personaje a partir de las peripecias que se cuentan en esas historias. Elena es una superviviente que por origen tiene todos los estigmas para tener una vida miserable. Enarbola como bandera las ganas de vivir. Es una mujer golpeada constantemente pero no se resigna a su suerte, siempre sigue en pie, caminando y tirando tretas, embustes y artimañas para salir adelante», comenta uno de los rostros más respetados del panorama interpretativo nacional.

El hecho de que Yayo Cáceres dirigiera 'Malvivir' fue clave para aceptar el proyecto, reconoce. «Tiene una manera de trabajar muy personal y distinta a las que yo había conocido. Por eso me interesaba trabajar con él. Hasta ahora había hecho trabajos más psicologistas, tirando más al naturalismo y al realismo, salvo en 'Los cuentos de la peste'. Yayo es más de composición de la acción, sin detenerse tanto en el análisis del texto. Es muy interesante y los actores se tienen que adaptar a esa forma de trabajar. Me ha resultado muy placentero», dice.

Y es que subraya que concibe el trabajo «como un ejercicio continuo de riesgo, tanto en el escenario como frente a la cámara». «No tengo miedo al ridículo ni a exponerme. Al revés, el riesgo es uno de los alicientes mayores en este trabajo. Sí que es cierto que sobre el escenario, el intérprete tiene más las riendas sobre lo que hace. Una vez que estás ante el público, de ti depende todo. Claro que es fruto de un trabajo previo, de una dirección y de una partitura que había que habitar. Pero siempre queda en manos del actor y eso hace fascinante el hecho teatral», asegura.

Cuando llega hasta sus manos un proyecto teatral, la primera impresión es determinante para Aitana Sánchez-Gijón. «Lo que me lleva a decantarme por un proyecto teatral es que no pueda dormir de la excitación tras leerlo. Que no pueda quitármelo de la cabeza. Hay algo intuitivo, de tripas, que me dice que tiene que ser ese texto y no otro el que tengo que hacer. Y eso sucede porque tiene algo que me arrebata. Pueden ser cosas de muy distinta naturaleza». 'Malvivir' lo tenía, apunta sobre un montaje que además sumaba como añadidos el poder trabajar por tercera vez junto a la actriz Marta Poveda y que le permitía descubrir en primera persona la forma de trabajar de Álvaro Tato y Yayo Cáceres.

Marta Poveda y Aitana Sánchez-Gijón, en 'Malvivir'. c7

«La experiencia con Pedro Almodóvar fue maravillosa, siempre estuvo abierto al diálogo»

Teresa, el personaje al que Aitana Sánchez-Gijón da vida en 'Madres paralelas', la última película de Pedro Almodóvar, permitió a la actriz «disfrutar como una niña».

«La experiencia con Pedro Almodóvar fue extraordinaria. Ni en mis mejores sueños me habría imaginado trabajar con él y que el trabajo pudiera ser tan placentero. Pedro impone. Es alguien mítico al que admiro desde siempre. Lo había fantaseado, pero no me imaginaba que podría suceder. Cuando sucedió, lo viví con naturalidad y agradecimiento, encontrando a un Pedro muy abierto al diálogo y al trabajo conjunto. Esa Teresa que me ha regalado es uno de esos bombones que quedan en la memoria de los espectadores. Es de esos secundarios de Pedro que quedan», apunta entusiasmada.

Una vez culmine la gira de 'Malvivir', que tras su paso por el Cuyás se extenderá hasta el 31 de julio, Aitana Sánchez-Gijón se tomará «un descanso escénico». «He enlazado un proyecto teatral con otro y estar de gira es muy sacrificado», subraya.

A nivel audiovisual, está culminando el rodaje de 'Que nadie duerma', largometraje dirigido por Antonio Méndez Esparza, que se inspira en una novela de Juan José Millás y que protagoniza Malena Alterio. «El 29 de abril se estrena en Netflix 'La jefa', dirigida por Fran Torres y que rodé tras 'Madres paralelas' el año pasado», avanza.

Reconoce que desde que cumplió 35 años ha transitado por menos proyectos cinematográficos que antes porque no le han llegado proyectos. «No me han buscado excesivamente y lo que me llegaba no me entusiasmaba. Eso me permitió estar casi cuatro años con 'Velvet' y ese maravilloso personaje de doña Blanca. Ahora parece que mi presencia en el cine se está reactivando», confiesa risueña.

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