Hito en la genética: logran óvulos fecundables a partir de células de la piel
«Se trata de una prueba de concepto que tiene como objetivo que todas las mujeres puedan tener sus propios óvulos», subrayan los autores del revolucionario trabajo
El escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke afirmó en 1962 que cualquier tecnología lo suficientemente avanzada se confunde con la magia. Algo de eso ... ocurre, a ojos de los legos en genética, con un estudio científico publicado este martes en la revista 'Nature Communications'. En él se abre la posibilidad de obtener óvulos a partir de las células de la piel, una alternativa a la fecundación in vitro y otras técnicas de reproducción asistida. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado hace dos años aseguró que una de cada seis personas en el mundo sufrirá algún problema de infertilidad a lo largo de su vida.
«Es una prueba de concepto. El objetivo es que todas las mujeres puedan tener sus propios óvulos cuando no es posible por la edad, ya que los ovocitos son las primeras células que suelen 'fallar' por este motivo, o por tratamientos contra el cáncer», explica Nuria Martí Gutiérrez, una genetista madrileña que ha participado en el trabajo, dirigido por el biólogo norteamericano de origen kazajo Shoukhrat Mitapilov. Lo han conseguido gracias a una técnica llamada transferencia nuclear de células somáticas (SCNT, por sus siglas en inglés). «Primero quitamos el núcleo del ovocito donante, cogemos una célula de la piel cultivada previamente en el laboratorio y se introduce en el ovocito», describe una científica que se incorporó al grupo de Mitapilov tras ser despedida del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia tras un ERE en 2011. Poco después, en 2013, participó en la investigación que logró por primera vez células embrionarias humanas -las que puede desempeñar cualquier función, de ahí su importancia- por clonación.
Una de las dificultades que han tenido que superar es detener el proceso de desarrollo de las células cutáneas -se utilizan estas porque «son las de más fácil acceso», precisa Martí-. Se puede hacer de dos maneras, según Ana María Zubiaga, catedrática de genética en la Universidad del País Vasco. Una es en el laboratorio. «Lo demostró Shin'ya Yamanaka, premio Nobel de Fisiología. Dio marcha atrás en la especialización de una célula ya especializada en células madre. Lo logró añadiendo solo cuatro genes». La otra es que sea el propio óvulo el que reprograma el núcleo que recibe, que es la estrategia ideada por Mitalipov, «una referencia en este campo. Su centro es top a nivel mundial», destaca la profesora de la UPV/EHU. No en vano, al citado hito de la clonación de embriones humanos le sumó en 2017 el de la primera edición genética de estas células.
Anomalías genéticas
Otra dificultad, la principal porque no han logrado resolverla del todo, ha sido la del número de cromosomas. Un gameto -tanto el óvulo como el espermatozoide- tiene 23 cromosomas frente a los 46 de una célula normal -los propios de cualquier célula 'normal' (diploide, en términos técnicos)-, el resultado de la suma de los procedentes de la madre y del padre. El óvulo manipulado recibiría un núcleo con 46 cromosomas. Lo solucionaron induciendo un proceso denominado mitomeiosis, que imita la división celular natural y provoca el descarte de un juego de cromosomas, dejando un gameto funcional.
Martí insiste en que se trata de una «prueba de concepto» con varias limitaciones. De los 82 óvulos que lograron producir con esta técnica, solo el 9% se desarrolló hasta la llamada etapa de blastocito -un embrión con unos cinco o seis días de desarrollo-, momento en el que sería transferidos al útero en la técnica de fecundación in vitro. También detectaron anomalías cromosómicas. En concreto, que en los pocos casos que lograron reducir a 23 el número de cromosomas «no eran los que homólogos, los que se emparejan correctamente. Esto se ha conseguido en ratones. En humanos todavía está lejos, diez años como mínimo».
No obstante, se ha abierto una puerta frente a la infertilidad. «Muchas mujeres no pueden formar una familia debido a la pérdida de sus óvulos, lo que puede ocurrir por diversas razones. La capacidad de generar nuevos óvulos representaría un gran avance. Hay importantes preocupaciones de seguridad, pero este estudio es un paso para ayudar a muchas mujeres a tener sus propios hijos», subraya el profesor de la universidad de Edimburgo Richard Anderson al portal SMC. «El proceso supone mucha manipulación celular. Es un paso más pero no se puede esperar que se lleve a cabo mañana en las clínicas de fertilidad. Requerirá de tiempo», concluye Zubiaga.
La misma técnica que la utilizada para clonar a la oveja Dolly
«La transferencia nuclear de células somáticas es la misma que se utilizó para clonar a la oveja Dolly en 1996», explica Ana María Zubiaga. «En este caso se empleó una célula mamaria», describe la especialista vasca. Años después, en 2018, un grupo de científicos chinos logró clonar por primera vez dos macacos, la primera vez que se conseguía con primates. «El proceso es el mismo que el llevado a cabo para obtener los óvulos, pero para la clonación no hace falta reducir el número de cromosomas», precisa Nuria Martí Gutiérrez, ya que se necesitan células diploides (las que tienen 46 cromosomas) y no haploides (23 cromosomas, como los óvulos y los espermatozoides). Además de para la clonación, esta tecnología se puede emplear con fines terapéuticos ya que se pueden obtener células madre embrionarias, capaces de convertirse en cualquier tipo celular. Como queda dicho, el grupo de Mitapilov logró en 2013 clonar estas células, que podrían emplearse en el futuro para un injerto de piel o para trasplante de órganos.
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