El vecino que se quedará para siempre

Si usted pregunta en la calle a cualquiera sobre las energías renovables, probablemente le dirá que «la energía eólica ....» y es que es la más popular entre los futuros consumidores. Hay muchas otras opciones y propuestas, pero la eólica es como el vecino que vino para quedarse.

Esos grandes molinos en unas islas con tantos kilómetros de costa y tanto viento se convierten en un producto apetecible para el cambio de hábito en nuestra de consumir energía.

Empecemos por el principio: ¿Qué es? La energía eólica es una fuente de energía renovable que se obtiene de la energía cinética del viento que mueve las palas de un aerogenerador el cual a su vez pone en funcionamiento una turbina que la convierte en energía eléctrica.

Es uno de los recursos energéticos más antiguos explotados por el ser humano y es a día de hoy la energía más madura y eficiente de todas las energías renovables. El término eólico proviene del latín aeolicus, perteneciente o relativo a Eolo, Dios de los vientos en la mitología griega.

Es importante destacar, según destacan los expertos de empresas de primer nivel mundial, que la energía eólica no emite sustancias tóxicas ni contaminantes del aire, que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente y el ser humano. Las sustancias tóxicas pueden acidificar los ecosistemas terrestres y acuáticos, y corroer edificios. Los contaminantes de aire pueden desencadenar enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades respiratorias como el asma.

La energía eólica no genera residuos ni contaminación del agua, un factor importantísimo teniendo en cuenta la escasez de agua. A diferencia de los combustibles fósiles y las centrales nucleares, la energía eólica tiene una de las huellas de consumo de agua más bajas, lo que la convierte en clave para la preservación de los recursos hídricos.

¿Cómo se utiliza en los hogares? La energía eólica se emplea fundamentalmente para producir electricidad. ... La instalación de estas máquinas, cuando son de baja o muy baja potencia, está indicada para viviendas aisladas, que además se encuentren en zonas de vientos.

La energía eólica suministra, con datos del verano de 2020, más del seis por ciento del consumo mundial de electricidad y se espera que para el año 2025 se supere el ocho por ciento. A más largo plazo (2040), la Agencia Internacional de la Energía prevé que la energía del viento pueda cubrir el doce de la demanda eléctrica mundial y las expectativas más halagüeñas indican que más del 23 por ciento en el continente europeo.

España fue uno de los países pioneros y líderes en el aprovechamiento del viento para producir electricidad. Cuarenta años después de instalarse el primer aerogenerador en el país, España consiguió ser el primer país del mundo en el que la energía eólica fuese la principal fuente de generación eléctrica durante un año entero (en 2013, con el 20,9% de la producción total), lo que le sitúa también como muy avanzado en las soluciones tecnológicas que permiten su integración en red, según recoge un estudio de la firma Acciona.

Un ciudadano de a pie, Cristóbal Castro, alérgico a las fotografías personales, lo tiene claro, con respecto al momento actual de la implantación y el conocimiento de las renovables. Así se expresaba esta misma semana: Desafortunadamente, creo que en nuestras islas estamos a años luz, ¡qué cara está la luz ahora! de otros lugares del mundo en todo lo que se refiere a la implantación de las energías renovables. He residido en diversas ocasiones en un país como Suecia unos meses, visitando a la familia de mi hijo mayor, y a pesar de las características tan distintas de su climatología allí están mucho mas avanzados. Considero que es una fuente de riqueza y bienestar que debemos aprovechar aquí».