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Naia, la gata desaparecida en el aeropuerto de Tenerife. C7
Desaparece Naia en el aeropuerto de Tenerife: pierden a la gata antes de meterla en bodega

Desaparece Naia en el aeropuerto de Tenerife: pierden a la gata antes de meterla en bodega

La compañía aérea Iberia ha perdido a una mascota en el aeropuerto Tenerife Norte antes de trasladarla a la bodega de un avión | La empresa lamenta lo sucedido y asegura que siguen buscando

Bárbara Blanco

Santa Cruz de Tenerife

Jueves, 4 de abril 2024

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La compañía aérea Iberia ha perdido a una gata en el aeropuerto de Tenerife Norte que debería haber volado el pasado domingo en un avión hasta Madrid. Todavía no hay noticias de su paradero, así lo ha denunciado Rocío Bienert, la hermana del dueño del felino y quien estuvo presente junto a él durante el suceso.

La joven ha explicado que en el aeropuerto no tuvieron problemas a la hora de llevar a los gatos en el transportín. Destaca que la gata, Naia, estuvo «tranquila» durante el trayecto en coche de camino a la terminal y en todos los controles realizados en el aeropuerto antes de entrar el animal en la bodega.

El caos comenzó en el avión. Un trabajador de la compañía les advirtió «bastante nervioso» de que el transportín no cumplía con los requisitos aptos para incluir a Naia en la bodega. Según señala Rocío, propusieron varias opciones para solventar el problema, una de ellas era que la gata volara con ellos en cabina. Sin embargo, otro empleado subió al avión para negarles esta alternativa y, momentos después, les alertaron de que la gata «se había escapado del transportín».

La joven narra que salió del avión y que estuvo «dos horas y media dando vueltas por el patio». El patio es la pista de despegue y aterrizaje, donde el rudio de los motores de los aviones convertía la búsqueda en una misión imposible: «Yo llamaba a la gata porque ella siempre viene cuando la llamas, pero allí seguro que no era capaz de escucharme por ningún lado».

«Dos personas aseguraron ver a la gata corriendo por la torre de control. Fuimos hasta allí y no estaba. Para mi sorpresa, lo que vi fue al otro gato que también viajaba con nosotros en el patio del aeropuerto. Lo dejaron en tierra pese haber pagado su traslado. Tras dos horas y media de búsqueda sin resultado, ese gato sí pudo volar conmigo en cabina», ha dicho.

En ese momento, Iberia justificó el escape de Naia con que «se puso nerviosa y al proceder a meter el transportín en la bodega, la gata comenzó a morder y arañar el compartimento hasta abrir la puerta y salir con rapidez». Rocío le sacó una foto al transportín, el cual, según confirma, tiene un golpe seco por donde pudo salir pero sin rastro del nivel de daño que le explicaron en el aeropuerto.

Iberia responde

Iberia contactó hace unos días con un familiar de Tenerife para informarle de que habían encontrado un gato en el aeropuerto. No obstante, era una falsa alarma ya que ese gato no era Naia. Tras cuatro días de incertidumbre, la compañía ha compartido un mensaje sobre lo sucedido:

«Desde el momento en que el animal se escapó de su contenedor, estamos haciendo todo lo posible por recuperarlo. La desaparición de Naia se detectó cuando iba a ser trasladado al avión y por eso, antes de despegar, se pidió a uno de los clientes que permaneciera en Tenerife para colaborar en las tareas de la búsqueda. El domingo se acompañó a su dueña por las instalaciones del aeropuerto para que pudiera localizarlo. Para la búsqueda se ha pedido también la colaboración de la protectora SOS FELINA especializada en gatos, y todos los trabajadores del aeropuerto están avisados para que estén atentos por si apareciera. De hecho, durante estos días se encontró otra gata que luego resultó no ser Naia. También se han desplegado varios dispositivos en el patio de equipajes para intentar recuperar al animal durante la noche, cuando el aeropuerto está cerrado y la ausencia de ruido hace más probable que Naia pueda aparecer. Y, nada más, solo decirte que nuestro compromiso es continuar con la búsqueda el tiempo que sea necesario.»

El comunicado no ha logrado apaciguar las aguas ya que el gato aún no se ha encontrado. «Yo solo quiero que encuentren a la gata. Si no lo consiguen entonces sí tendremos que hacer algo, tomar alguna represalia», sentencia Rocío.

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