Absuelven al asesor de una empresa cuyo dueño vendía pisos a varias personas a la vez

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha absuelto del delito de estafa continuada al asesor legal de una empresa situada en un centro comercial de Arona, en Tenerife y cuyo propietario, que se encuentra huido de la justicia, está acusado de vender propiedades subastadas a varias personas a la vez.

En la sentencia se ratifica que el propietario de la sociedad actuó siempre de espaldas del acusado y que éste no tuvo conocimiento de lo que ocurría hasta que se quedó solo al frente de la compañía intentando arreglar los problemas generados.

La acusación particular pedía 4 años de cárcel y el pago de 78.000 euros al único representante de la sociedad que está en la isla pero que en realidad ahora se ratifica que siempre actuó como asesor legal y fue el primero en denunciar la huida del socio en el Juzgado a finales de 2017.

Por esta razón, la Fiscalía pidió el sobreseimiento de la causa mientras que la defensa mantuvo siempre la libre absolución.

La vista celebrada hace algunas semanas surgía a raíz de la denuncia presentada por un matrimonio dueño de un restaurante de comida china situado junto a la oficina de la inmobiliaria que entregó 88.000 euros, de los que fueron 78.000 en efectivo porque así se lo exigieron y el resto en dos transferencias de 5.000 euros cada una.

La sentencia respalda que el único acusado desconocía los entresijos de la empresa aunque lo convencieron para adquirir el 40% de las acciones, y que jamás firmó ningún contrato de compraventa.

Su labor, tal y como se refleja ahora, se limitaba a ejercer de asesor en cuestiones legales, hasta que un año después el propietario desapareció dejando a la sociedad totalmente descapitalizada.

El ahora absuelto tuvo que enfrentarse en solitario a las reclamaciones de medio centenar de personas que defendían ser propietarios de un mismo apartamento, para lo que habían adelantado diferentes cantidades de dinero.

En el caso de este matrimonio les habían prometido que iba a ser dueño de un ático que tenía un valor de 230.000 euros por 145.000 y para ello habían entregado ya más de la mitad.

Tras la huida del dueño, el ahora procesado declaró que estuvo un año de baja sin poder ejercer su profesión de abogado y con tratamiento psicológico al verse desbordado por las reclamaciones presentadas.

En la vista oral intervinieron los compradores quienes dijeron que conocieron al propietario de la sociedad y al asesor cuando comían en su restaurante y que allí se les ofreció la venta del ático a ese precio ventajoso porque había sido subastado.

Incidieron en que el propietario, ahora en paradero desconocido, era quien les exigía que ciertos pagos se hicieran en metálico y se los entregaban o bien a él o a una empleada.

Ésta última por su parte aseguró que únicamente el propietario de la sociedad era quien exigía el pago en efectivo, que cobraba y luego se hacía una factura.

Declaró que efectivamente en julio de 2017 desapareció por lo que se quedó sin trabajo y señala que vio pocas veces al denunciado en las oficinas y que, bajo su punto de vista, éste nunca tuvo ningún papel destacado a la hora de tomar decisiones.

En el turno de última palabra el acusado dijo que también se sentía estafado y engañado y que hizo todo lo posible para encontrar una salida a la situación pero resultó imposible dado que la sociedad había sido descapitalizada e incluso desaparecieron las tarjetas de crédito.

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