El modelo Lanzarote
Oswaldo Betancort
Presidente del Cabildo de Lanzarote
Jueves, 29 de mayo 2025
En este Día de Canarias, celebramos con orgullo nuestra identidad canaria, lanzaroteña y graciosera. Una identidad forjada en la resistencia, la creatividad y el amor ... profundo a nuestra tierra. Hoy, esa alma colectiva sigue viva, pero también se enfrenta a grandes desafíos que debemos afrontar. Entre ellos, el reto demográfico que se hace especialmente patente en una isla como Lanzarote que en los últimos 25 años ha pasado de 95.000 habitantes a 163.000, de los cuales aproximadamente la mitad no ha nacido en la isla. Es cierto que somos un cruce de caminos, un pueblo de pueblos forjado históricamente en la riqueza que da la mezcla y en nuestro carácter hospitalario y acogedor, a la vez que resistente y acostumbrado a hacer frente a la adversidad y a la lejanía. Fruto de todo ello es la rica identidad canaria que hoy somos, labrada durante siglos por nuestros antepasados. Pero precisamente por ello, hoy más que nunca, debemos protegerla.
Preservar nuestra identidad no es un ejercicio de nostalgia, sino una necesidad de futuro. Es momento de reafirmar lo que nos hace únicos como canarios, desde la diversidad, pero también desde el arraigo. Debemos proteger aquello que nos identifica. Lo que nos emociona cuando escuchamos un timple rasgar una folía, lo que nos une en una agarrada de lucha canaria o en una partida de bola en el jable. Lo que nos transporta al pasado al saborear un potaje de «abuela», una jarea, o un buen sancocho.
Que para un lanzaroteño no hay aroma que despierte más memoria y pertenencia que el olor del gofio recién tostado, ni orgullo más profundo que contemplar la belleza inigualable de La Geria, fraguada por el ingenio y el esfuerzo del campesino conejero.
Esa es la herencia que nos dejaron nuestros mayores, y es nuestro deber realzarla y conservarla para las nuevas generaciones.
En este contexto, el modelo Lanzarote cobra un valor especial. No es una etiqueta. Es una forma de vivir, una manera de estar en el mundo. Es el legado visionario de César Manrique, que entendió como nadie lo que es el verdadero desarrollo sostenible. Gracias a su espíritu libre y creativo, hoy los lanzaroteños y gracioseros somos herederos de un modelo pionero y referente dentro y fuera de nuestras fronteras, cuyo mejor ejemplo son los Centros de Arte, Cultura y Turismo, espacios donde la arquitectura, el arte y el paisaje se funden con un objetivo: poner la belleza y los recursos generados al servicio de las personas, de forma que los beneficios revierten directamente en toda la sociedad lanzaroteña y graciosera.
Un modelo, el modelo Lanzarote, que desde el Cabildo estamos actualizando y fortaleciendo, apostando por un crecimiento ordenado, respetuoso y equilibrado. Tras algunas décadas de parálisis con un plan insular del 91, totalmente obsoleto, hemos impulsado en apenas dos años el nuevo Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT), una herramienta esencial que prevé la protección del 60% del suelo insular, triplica el espacio destinado al sector primario y elimina más de 100.000 metros cuadrados de suelo turístico, reclasificándolos como espacio natural protegido.
También desde el Cabildo hemos retirado cerca de 2.000 camas turísticas con licencias caducadas. Y somos pioneros en Canarias al haber iniciado la inspección de viviendas vacacionales, detectando, sólo en el ejercicio correspondiente a 2018, más de un centenar de casos irregulares, que no podrán ejercer la actividad.
Y continuamos en la labor de inspección desde el año 2019 hasta ahora, lo que permitirá seguir reduciendo la oferta de vivienda vacacional. Porque entendemos que el acceso a la vivienda es un derecho y una prioridad. Por eso, entre otras medidas, también hemos adquirido solares en Arrecife y Uga, y 42 viviendas en Playa Blanca para, junto con el ICAVI, destinarlas al alquiler asequible.
Además, estamos reforzando la protección de nuestro patrimonio ambiental. Hemos desplegado informantes de la Reserva de la Biosfera por nuestros espacios naturales para concienciar a visitantes y residentes sobre la fragilidad de nuestro ecosistema insular.
Hemos implementado una experiencia piloto de guaguas lanzadera en zonas de alta afluencia como el Parque Natural de Los Volcanes. Y, al igual que ya se está haciendo a nivel municipal en el Monumento Natural de Los Ajaches, seguimos avanzando en la línea de implantar de tasas en enclaves protegidos, cuyos ingresos sean destinados íntegramente a la conservación del entorno. Porque quien visita, también debe contribuir a cuidar.
Todo esto forma parte del modelo Lanzarote. Un modelo que escucha a la población de Lanzarote y La Graciosa, que protege lo nuestro y que, en definitiva, mejore la calidad de vida. Porque Lanzarote no puede esperar. Porque, al final, gobernar no es otra cosa que trabajar por la felicidad de las personas. Esa es mi convicción más profunda. Que quienes han nacido aquí o han hecho de esta tierra su hogar, tengan una vida digna y feliz. ¿Qué otra mayor aspiración puede tener un servidor público?
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