El menor investigado por violar a su madre atacó sexualmente a una niña en Valle Tabares

Por este motivo, el agresor fue puesto a disposición de un órgano judicial de instrucción de Santa Cruz de Tenerife al ser ya adulto, a la vez que los responsables del centro activaron de inmediato el protocolo para este tipo de situaciones con el objetivo de proteger a la víctima.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de febrero. El menor se encontraba llevando a cabo una de las tantas actividades formativas que realizan bajo la supervisión de tutores en las que se unen chicos con chicas y aprovechó para agredir sexualmente a una interna. Gracias a la rápida reacción del servicio de seguridad de La Montañeta, los hechos no fueron más graves, según fuentes de la investigación.

Presuntamente, el autor de los hechos tocó a la víctima con ánimo libidinoso y por eso fue reducido por la seguridad del centro.

Estos hechos fueron puestos en conocimiento de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional por parte de la dirección, quien abrió diligencias y se está haciendo cargo de la investigación con la supervisión del juzgado de instrucción. De forma paralela, la víctima ha sido trasladada a otro centro mientras se instruye la causa que podría derivar en el ingreso del supuesto autor de los hechos en un centro penitenciario ya que ahora es adulto.

Hay que recordar que este menor está interno de forma cautelar en régimen cerrado dentro del Centro educativo para menores infractores Valle Tabares, después de que fuese detenido por –supuestamente– agredir sexualmente a su propia madre el 15 de junio de 2021.

El investigado, que tenía 16 años en el momento de los hechos, fue trasladado cautelarmente a Tenerife en régimen cerrado por orden de la titular del Juzgado de Menores número 2 de Las Palmas de Gran Canaria a instancias de la Fiscalía Provincial.

Según los datos recabados por este periódico, el adolescente fue detenido después de que su madre llamara a la Policía Nacional denunciando que la había agredido sexualmente. La denunciante narró que su hijo primero la amenazó con un cuchillo y también se masturbó delante de ella, todo ello antes de penetrarla vaginalmente, aunque cuando el joven compareció ante la magistrada Mercedes Martínez Sánchez, afirmó que no recordaba absolutamente nada de lo sucedido al estar, presuntamente, bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente.

El fiscal José Antonio Blanco fue el encargado de llevar este procedimiento y fue el que interesó la medida cautelar del internamiento en régimen cerrado, que en adultos sería similar a la prisión provisional. El menor pernoctó primero en el centro grancanario de La Montañeta, pero de forma inmediata fue trasladado a las instalaciones de Valle Tabares, en Tenerife, la única de régimen cerrado que hay en las islas.

Por el momento, el caso está siendo instruido por un presunto delito de agresión sexual con penetración sin perjuicio de otra calificación mientras vaya avanzando la investigación.

Además, se acordó en su momento también a petición del fiscal de la sección de Menores, que se activara el protocolo anti suicidio para este joven, atendiendo a las circunstancias especiales que expuso en su comparecencia en la que detalló que no recordaba nada de lo sucedido, por lo que, presuntamente, se enteró de lo ocurrido después de haber sido detenido por efectivos de la Policía Nacional.

Por otro lado, la Sala de Gobierno de TSJC, en su último pleno, acordó comunicar a la Dirección General de Relaciones con la Administración de Justicia del Gobierno de Canarias, la necesidad de que se cubran las plazas vacantes en los equipos técnicos adscritos a la Fiscalía de Menores de Las Palmas.

Según un informe realizado por la magistrada ponente Belén Sánchez Pérez de fecha 9 de noviembre, «la falta de personal» en el equipo técnico ha generado numerosos retrasos en la emisión de informes.

Por este motivo, el gobierno del TSJC interesó al Ejecutivo «que se cubran a la mayor brevedad posible todas las bajas y vacantes con la finalidad de garantizar tiempos razonables de respuesta, más exigibles aun en el ámbito de la jurisdicción de menores».