No son unas generales, pero casi
El color del mapa autonómico que salga del 28M probablemente será el que pinte las paredes de la Moncloa dentro de unos meses
No, el 28 de mayo no habrá ninguna papeleta en los colegios electorales para decidir quién gobierna en España. Eso ya tocará en diciembre, cuando ... apenas nos hayamos recuperado de la resaca de la formación del nuevo gobierno canario al calor del verano. El otoño quedará a la vuelta de la esquina y casi sin darnos cuenta tendremos otra campaña electoral colándose por la puerta sin llamar. Pero si atendemos a la actividad frenética que despliegan estos días los líderes nacionales de los partidos, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo a la cabeza -incluso Yolanda Díaz, pese a que su plataforma política no concurre a los comicios autonómicos-, diríase que les va la vida política en el resultado de esta inminente cita con las urnas.
Y es que no son unas elecciones generales, pero casi, porque el color mayoritario del mapa de las autonomías que salga del 28M va a ser muy probablemente el que pinte las paredes de la Moncloa dentro de unos meses. Su trascendencia es también estatal, para Sánchez porque se juega mantener o perder el poder autonómico y para Feijóo porque marcarán el nivel real de sus expectativas de convertirse en el próximo presidente del Gobierno de España, y ya siente el aliento de la inefable Isabel Díaz Ayuso en el cogote.
Hay mucho en juego y todos lo saben. En la trastienda de las sonrisas de cartón piedra y los eslóganes pretendidamente animosos -unos mas acertados que otros, hay que decirlo- se cuecen los nervios a fuego lento. Y todo se convierte en un maremagnum. Sánchez se pone a prometer viviendas a troche y moche, Feijóo no sabe ya cómo explicar que algunas de las medidas del Gobierno le parecen bien porque las propuso él antes, pero no le gustan cuando las propone el PSOE, la ministra portavoz aprovecha las ruedas de prensa del Consejo de Ministros para meter de matute alguna que otra cuña de partido -la Junta Electoral la ha expedientado por hacer campaña desde Moncloa-, y Unidas Podemos, que es socio del Gobierno aunque no lo parezca, acusa al PSOE de hacer electoralismo a golpe de BOE. Mientras, Yolanda Díaz hace equilibrios de acá para allá, apoyando a las formaciones que integran Sumar en un sitio y a los candidatos de Podemos en otro. No es de extrañar que a estas alturas Feijóo no sepa ni dónde está. Y esto, señoras y señores, no ha hecho más que empezar.
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