
Secciones
Servicios
Destacamos
Carmelo Barrios Acosta llegó hace casi treinta años al viejo nido de ametralladoras, construido en los años 40 del pasado siglo como bastión para defender esta parte de la isla por los alemanes en plena guerra mundial. Cuando llegó se encontró un muladar de basura y desperdicios. Desde entonces ha dedicado tres décadas de su vida a acondicionar este viejo búnker en un auténtico hogar, adaptado a sus necesidades.
Han sido casi treinta años de trabajo, esfuerzo, sacrificio, y mucho dinero invertido para transformar este húmedo agujero de hormigón, construido en lo alto de la loma desde la que se divisa una de las playas más atractivas y exóticas de Lanzarote, de cerca más de 200 metros cuadrados, en su casa.
A su llegada, Carmelo se encontró un búnker abandonado, repleto de escombros e inmundicia, y con los años lo ha dotado de agua corriente y de electricidad, gracias a la instalación de placas fotovoltáicas que le proporcionan la energía necesaria para alimentar todos los electrodomésticos que hoy día necesita un hogar con todas las comodidades.
Y no ha sido fácil. Carmelo es discapacitado tras un accidente laboral que sufrió con apenas veinte años, y vive gracias a una pensión, pero con esfuerzo y sacrificio ha podido cumplir su sueño de vivir en un lugar privilegiado con unas vistas únicas al océano y a la espectacular playa de La Garita en Arrieta.
Los vecinos del municipio de Haría siempre la ayudaron en su empeño, quien más quien menos le prestaba un saco de cemento o sus propios amigos le ayudaban a ir acondicionando la que hoy es su morada.
Desde hace ya tres décadas está empadronado en el Ayuntamiento de Arrieta. Dice que jamás podría permitirse tener una casa como esta, de no ser porque un día pudo ocupar este búnker propiedad del Ministerio de Defensa, que nunca le ha exigido que se marche.
Es cierto que se ha visto envuelto en procesos judiciales por parte de otras personas que en su día intentaron y aún siguen queriendo echarlo de este lugar, pero hasta ahora todas las sentencias de los tribunales le han dado la razón, al señalar que el búnker pertenece al Ministerio de Defensa y sólo este puede exigirle que se vaya.
Él mismo se considera un «privilegiado» y explica que a diario se despierta con unos amaneceres increíbles, disfruta del silencio de este espacio, del mar, del viento y sueña con terminar aquí sus días.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.