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La Villa de Teguise volvió a recuperar ayer una de las tradiciones mas ancestrales de cuantas se conservan en las islas con su Misa del Gallo y su Rancho Viejo o Rancho de Ánimas para celebrar el nacimiento y adoración al niño Jesús.
De nuevo, un año más, y como viene repitiéndose desde hace casi quinientos años, la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, acogió a cientos de vecinos para vivir esta singular tradición, que se conserva prácticamente intacta a lo largo de generaciones y que ha sabido transmitirse de padres a hijos, sin que haya perdido su esencia.
La tradición consiste en que los niños escenifican el nacimiento de Jesús y, a continuación, el Rancho Viejo entra en el templo a adorar al niño con música y cánticos que se remontan al origen de esta celebración hacia 1455, con la conquista y la llegada de los primeros franciscanos y los primeros Rancho de Ánimas.
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