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José R. Sánchez López
Arrecife
Domingo, 24 de noviembre 2024, 23:05
Este año va camino de cerrarse en suelo lanzaroteño con menos natalicios que en 2023, vistas las atenciones prestadas hasta el pasado mes en materia de alumbramientos en el Hospital Doctor José Molina Orosa. Entre enero y octubre se dio asistencia en 843 partos, una quincena gemerales, con la consiguiente alegría de contar con 858 nuevas vidas. Así las cosas, la media se queda en 86 natalicios por mes.
De este modo, el año se completará con poco más de un millar de nacimientos, valor por debajo del alcanzado en 2023. Con todo, no obstante, quizás por el hecho de haberse dado un aumento de la población de cierta envergadura, se completará 2024 con un registro por encima de las estimaciones de 2022, cuando la media de natalicios apenas fue de 80 al mes, siendo la más reducida en lo que va de siglo.
Los números más espectaculares datan de 2007 y 2008, en un periodo de especial repunte de economía y gran asentamiento de parejas jóvenes en los siete municipios. Con hasta 120 nacimientos por mes, en cada uno de los años referidos se consiguió rebasar el extraordinario límite de 1.500 alumbramientos.
Llama la atención en la estadística de este año el cambio en la preponderancia del sexo de las criaturas nacidas en el primer recinto sanitario lanzaroteño. En 2024 mandan las niñas, tras varios ejercicios con predominio masculino y con cierta diferencia. Los números facilitados a este diario concretan que hasta el pasado mes se dio la bienvenida al mundo a 433 pequeñas, mientras que chinijos fueron 425.
Cabe añadir, por otro lado, que este año el uso de la técnica de la cesárea está siendo similar al de periodos precedentes. Se utilizó en justo 210 intervenciones entre enero y octubre. O lo que es lo mismo, en cerca de una cuarta de los intervenciones con parturientas hubo necesidad de esta práctica, que requiere de dar cuidados especiales a las madres tras la invasiva asistencia. Constan periodos en el tramo final del pasado siglo en que la cesárea se aplicó en el 30% de los partos.
Por último, hay que resaltar que con el paso del tiempo está siendo más frecuente el empleo de la anestesia epidural en las intervenciones, quedando así modulado el dolor que se genera en un alumbramiento. Se usó este elemento asistencial en 602 partos. O sea, la epidural estuvo presente en casi el 72% de los alumbramientos; cuando en los primeros diez meses de 2023 se empleó en el 65% de las asistencias.
Al empezar el milenio y en años previos, esta anestesia se aplicaba en la isla de modo excepcional.
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