El Cabildo apoya que la torre de control de Guacimeta pase a Enaire
La demanda se elevará al Parlamento de Canarias y al Estado, tras la reunión de Oswaldo Betancort con una representación del personal aéreo
José R. Sánchez López
Arrecife
Jueves, 14 de agosto 2025, 11:46
La gestión cotidiana de la torre de control del aeropuerto de Lanzarote César Manrique está bajo mínimos, según quedó patente en el encuentro mantenido por el presidente insular, Oswaldo Betancort, con una representación de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA). Para poner remedio, desde la primera Corporación se contemplan medidas, a bien de que la empresa pública Enaire tenga presencia en la isla.
En la actualidad depende la torre de control de Guacimeta de la mercantil Saerco, entidad que ha reconocido su imposibilidad de cumplir con las condiciones laborales establecidas por un laudo arbitral obligatorio reciente, alegando que ello comprometería su viabilidad económica; según se ha trasladado desde el Cabildo. Como consecuencia, se ve implicado el personal, viéndose afectada la operativa cotidiana.
En versión sindical, esta situación vulnera los requisitos legales de sostenibilidad económica imprescindibles para prestar un servicio público; añadiéndose que se está llegando a poner en riesgo tanto la seguridad operacional, como los derechos laborales de los controladores; se trasladó al presidente cabildicio.
USCA, como sindicato mayoritario del colectivo de controladores aéreos, denuncia que las condiciones laborales son cada vez más precarias y solicitan al Ministerio de Transporte que suspenda cautelarmente la certificación de Saerco y se encomiende temporalmente la gestión del servicio a Enaire, la entidad pública que ya controla la mayor parte del espacio aéreo español, caso de Gran Canaria o Tenerife.
«Volar no es un lujo»
Con estos fundamentos, Betancort anunció este jueves que trasladará la reivindicación a la Federación Canaria de Islas (Fecai), para que se eleve al Parlamento de Canarias y también al Estado.
«Voy a proponer a la Fecai que instemos conjuntamente a nuestras instituciones a actuar con rapidez y responsabilidad», según Betancort, matizando que «en las islas, volar no es un lujo, es una necesidad; la presión y la precariedad laboral que soportan los controladores no sólo les afecta a ellos, sino también a miles de personas que deben desplazarse entre islas o a la península, para acudir al médico, estudiar o recibir atención social».
El aeropuerto lanzaroteño registra una media de 200 operaciones diarias, «lo que exige un control aéreo seguro, estable y con condiciones laborales dignas para los profesionales que lo hacen posible», sostiene el presidente. En julio, para dar servicio a una operativa con cerca de 800.000 viajeros, se contó con 13 controladores para todos los turnos.