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Imagen del volcán tomada por el equipo de Salvamar Alphard que vigila la zona de exclusión marítima en la costa de Tazacorte. SALVAMENTO MARÍTIMO

La lava y el mar, un destructivo choque que enriquecerá la costa a medio plazo

La lava arrasará con la vida marina que no pueda huir, pero a la larga aportará nuevos nutrientes a esta zona de la costa de Tazacorte

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 29 de septiembre 2021, 01:00

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Aún nadie puede asegurar si la lava del volcán de Cumbre Vieja llegará o no finalmente a la costa de Tazacorte. «Eso nadie lo puede saber. Es verdad que en erupciones anteriores la lava ha llegado al mar, pero el comportamiento del volcán es variable. Es un proceso dinámico», explica la geóloga de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria María del Carmen Cabrera.

Lo cierto es que no sería raro, porque buena parte de las erupciones ocurridas en La Palma en la etapa histórica llegaron a la costa, como las producidas por los volcanes Teneguía (1971), San Juan (1949), Nambroque (1949), El Charco (1712), San Antonio (1667) y Tehuya (1585).

Por si se diera el caso y para recoger datos el estado de las aguas y los fondos marinos antes de que puedan ser transformados por la violenta irrupción de la lava, equipos de oceanógrafos trabajan desde hace días en la zona de la costa de Tazacorte donde podría llegar la colada.

En estas tareas también participó el catedrático Melchor González Dávila, director del grupo de Química Marina (QUIMA) del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Hace unos días, el investigador y su equipo estaban recopilando datos del sistema del dióxido de carbono (CO2) en la costa de Fuencaliente cuando fueron reclamados por el Pevolca para hacer mediciones en la de Tazacorte a fin de comprobar si se había producido la acidificación del agua. «En estos casos la labor investigadora pasa a un segundo plano para contribuir a que se tomen decisiones científicas», comenta el oceanógrafo que contó con la ayuda del buque Salvamar Alphard.

Y es que la acidificación del agua es uno de los signos evidentes de la irrupción de la lava en el mar, además de la subida de la temperatura. «Encontramos valores normales», apunta el científico.

En el caso de que la lava llegue al mar, el choque térmico será brutal y provocará la inmediata vaporización del agua. «La lava no llega con la temperatura que tiene justo al salir de la boca del volcán. La temperatura que tiene en el frente de lava es de cerca de mil grados en el tramo inicial de la colada, pero se espera que el gradiente térmico sea de 700 o 600 grados a unos 25 grados, la temperatura que tiene el mar. Eso producirá la evaporación súbita del agua», explica el científico. Pero la reacción química del encuentro de la lava y el mar, además de vapor de agua, también provocará otros gases como ácido clorhídrico (HCl), originado por las sales marinas. Además, con el dióxido de carbono (CO2) aportado por la lava «disminuirá el pH en la zona de forma apreciable, aunque no tanto como en el volcán submarino de El Hierro donde el pH del mar bajó tres unidades, de 8 a 5, porque todos los gases de la lava se disolvían en el agua», explica González.

«Por otra parte, las especies que contiene la lava reaccionarán con el oxígeno, consumiéndolo y provocando la casi desaparición del mismo justo en las aguas más próximas a la lava, lo que tambien afectará a los organismos presentes», añade.

En cuanto a la fauna marina, en un primer momento, la brutal llegada de la lava arrasará en este punto de la costa todo lo que no pueda moverse. «La bajada del ph y el shock térmico explicó la mortandad que se produjo en El Hierro», explica el oceanógrafo. En todo caso, el científico aclara que la erupción volcánica, a medio plazo enriquecerá estas aguas. «Las erupciones no solo destruyen, sino que, junto a cosas malas, traen elementos muy ricos, sobre todo hierro y otros nutrientes. Con la erosión y la disolución, estos elementos pueden ser asimilados por los organismos que se asienten allí. En los terrenos volcánicos el hierro se va liberando en el agua y estará disponible para los organismos», asegura el científico.

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