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La Iglesia denunciará al Defensor del Pueblo las condiciones del centro de Barranco Seco

La Iglesia denunciará al Defensor del Pueblo las condiciones del centro de Barranco Seco

El Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Canarias considera que repite irregularidades que llevaron al cierre del campamento de Arguineguín, en particular detenciones que superan las 72 horas.

efe

Las Palmas de Gran Canaria

Viernes, 15 de enero 2021, 12:45

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El Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Canarias va a presentar una queja al Defensor del Pueblo sobre el nuevo centro de atención temporal de extranjeros (CATE) de Barranco Seco (Gran Canaria), porque considera que repite irregularidades que llevaron al cierre del campamento de Arguineguín, en particular detenciones que superan las 72 horas.

El letrado que asesora a este departamento del Obispado de Canarias, Daniel Arencibia, ha explicado a Efe que él puede documentar directamente el caso de un joven marroquí al que asistió para que pudiera salir del CATE de Barranco Seco después de nueve días, cuando nadie puede estar detenido en España más de tres si no es puesto a partir de ese plazo a disposición de un juez.

Arencibia subraya que le consta que no se trata de un caso aislado, pero, además, invita a hacer una operación matemática: si la última patera llegada a Gran Canaria (sin contar la de esta madrugada, con 18 ocupantes) fue rescatada el 10 de enero y traía a 40 inmigrantes, ¿cómo es posible que el CATE haya más de 200 hoy, cinco días después (250, ha confirmado a Efe Interior)?

Un portavoz del Ministerio ha reconocido a Efe que varias de los de los inmigrantes que están en este momento en Barranco Seco, en tiendas de campaña, llevan allí más de 72 horas, pero ha enfatizado que a partir de ese tiempo no están detenidos, sino que su estancia se prolonga por el protocolo de prevención de la covid-19, porque son «contactos estrechos de positivos».

Interior asegura que las personas que están en Barranco Seco -una instalación bajo custodia policial- están informadas de su situación «en todo momento» y saben que son libres de irse a partir de las 72, salvo que se les aplique una restricción de índole sanitario.

El letrado Daniel Arencibia lo pone en duda: «¿Si son libres, por qué ninguno sale a dar un paseo, por ejemplo, o a recoger la ropa de abrigo que algunas ONG han intentado llevar a la puerta de Barranco Seco durante la última semana, en pleno paso de la borrasca?»

Pero, además, recuerda que la instrucción del Ministerio del Interior que regula la custodia de detenidos (12/2009) obliga a cumplimentar un requisito formal que asegure que el afectado sabe que queda en libertad: «Se entregarán las pertenencias al detenido, firmando en los espacios establecidos al efecto el funcionario que lo pone en libertad y, de conformidad, el detenido», dice la orden.

El Secretariado de Migraciones de la Diócesis se pregunta si existe algún documento firmado por los inmigrantes que superan las 72 horas de estancia en el CATE de Barranco Seco donde conste que saben que están en libertad o reconozcan que siguen allí de forma voluntaria, hasta que se les asigne un recurso de acogida.

Y su abogado también cuestiona el argumento del protocolo covid-19, al que niega base jurídica, porque la orden de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias que habilitó a la Policía a retener a los inmigrantes para que guarden forzosamente la cuarentena se refiere, literalmente, a aquellos «que resulten casos confirmados de covid-19» (artículo primero), no a los contactos de positivos.

Letrados de la Iglesia ya se quejaron ante el Defensor del Pueblo de ese tipo de detenciones de más de 72 horas en el caso del muelle de Arguineguín (a través de la parroquia de Entrevías, de Madrid) y en el de la nave del puerto de Las Palmas de Gran Canaria (por medio del propio Arencibia), y en ambos casos Francisco Fernández Marugán les concedió amparo.

En el caso de Arguineguín, el Defensor pidió el cierre inmediato del campamento (algo que Interior cumplió en la misma semana) y en la nave de Las Palmas, puso en evidencia sus condiciones insalubres y exigió a la Policía «verificar que no permanecen en esas instalaciones más allá del tiempo imprescindible tras su detección, menores de edad, mujeres, solicitantes de protección internacional ni personas enfermas o con un perfil de especial vulnerabilidad, que deben ser trasladadas a recursos adecuados a sus circunstancias».

Pero la Iglesia no solo se queja del tiempo de detención, sino de las propias condiciones del campamento, donde los internos estos días están soportando mucho frío y humedad, en un barranco abierto en las afueras de la ciudad y sin más cobijo que una tienda de campaña y de las mantas que les repartió la Cruz Roja.

Así lo expresa el capellán del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco, Antonio Viera, que señala a Efe que el propio obispo, José Mazuelos, ha pedido visitar el campamento para conocer personalmente la situación de los inmigrantes, pero Interior no se lo ha autorizado.

Sí le permitieron, en cambio, a Mazuelos visitar el CIE, donde en este momento están retenidos con orden judicial 28 inmigrantes marroquíes que van a ser deportados en las próximas semanas.

«Yo mismo me acerqué allí durante las lluvias», relata el capellán, «y pude comprobar que todo estaba embarrado. Y sentí el frío que tienen que estar pasando allí los chicos. No son condiciones para tenerlos retenidos», añade.

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