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Una de las alumnas da los últimos retoques a su historieta. ARCADIO SUÁREZ

Viñetas y trazos para la integración en Vecindario

Solidaridad. El proyecto 'Érase otra vez...' trabaja la perspectiva antirracista en una formación sobre dibujo de cómic en IES | Los resultados, «muy sorprendentes»

Gaumet Florido

Santa Lucía de Tirajana

Domingo, 3 de diciembre 2023, 01:00

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A Carla le llama la atención la hipocresía de los que llaman ilegales a las personas inmigrantes y luego, en su vida cotidiana, «hacen un montón de cosas que sí son ilegales». Esta es justo la idea que esta alumna de 4º de la ESO del IES Doctoral intentó reflejar en la viñeta con la que participa en el proyecto 'Érase otra vez...', una iniciativa del área de Solidaridad del Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana. Carla andaba dándole los últimos retoques.

Carolina Bonino, ilustradora, viñetista y humorista gráfica, asesoraba a otras dos alumnas. Debían visibilizar, mediante viñetas y en una historieta, situaciones del día a día en la que se incurren en prácticas racistas. En otra mesa, otro humorista gráfico, Jesús Verdú Medina, más conocido como J. Morgan, colaborador de CANARIAS7, escaneaba los trabajos y les sugería arreglos digitales.

Arcadio Suárez

La del miércoles fue la última sesión de las 8 que Bonino y Verdú impartieron en este instituto. A ellos les tocó formarles en la parte técnica del taller. «Les hemos hecho una iniciación al dibujo humorístico y les hemos enseñado a hacer viñetas, dibujar personajes, animales, la rotulación, el encuadre...», explicó Verdú. Otra especialista, Melinda Decker Pajunen, activista antirracista y formadora, les dio algunas claves sobre el racismo y sobre cómo identificarlo.

8 sesiones a 150 alumnos de los 7 institutos de Santa Lucía

Bonino y Verdú, por un lado, y Decker, por el otro, conforman los dos pilares de este proyecto, que ya va por su segunda edición y que, como explica su coordinadora, la técnica municipal de Solidaridad, Yenifer Galván Medina, busca «integrar la perspectiva antirracista en una formación sobre realización de viñetas».

Dirigido al alumnado de Secundaria, se ha estado desarrollando en el primer trimestre y han participado 150 alumnos de los siete institutos de Santa Lucía. Queda una segunda parte en enero de 2024, 6 sesiones más donde cada grupo consensuará viñetas colectivas antirracistas que luego formarán parte de una exposición.

Arriba, Jesús Verdú, y debajo, Carolina Bonino y Yenifer Galván. Arcadio Suárez
Imagen principal - Arriba, Jesús Verdú, y debajo, Carolina Bonino y Yenifer Galván.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Jesús Verdú, y debajo, Carolina Bonino y Yenifer Galván.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Jesús Verdú, y debajo, Carolina Bonino y Yenifer Galván.

¿Y con qué objetivo se imparte el taller? Lo explica la edil de Solidaridad, Ofelia Alvarado. «Pretendemos la mejora de la convivencia intercultural y trabajar temas como la migración y el antirracismo». Apunta que se animaron con una segunda edición tras el «éxito» de la primera, durante la que comprobaron que la «implicación y el trabajo de expertos viñetistas propiciaron la participación y el estímulo del alumnado».

Precisamente por eso, esta vez la formación se ha centrado en estudiantes de Formación Profesional Básica y de Diversificación Curricular, aquel que precisa de cierto refuerzo. «Estamos muy contentos, porque el proyecto les ha servido de estímulo, para su crecimiento personal y su autotestima», subraya Verdú. «Ese es el valor añadido de este proyecto; el objetivo final no es solo acabar con un dibujo que esté mejor o peor, sino que lo importante es el proceso», reflexiona.

Arcadio Suárez
Imagen principal - Viñetas y trazos para la integración en Vecindario
Imagen secundaria 1 - Viñetas y trazos para la integración en Vecindario
Imagen secundaria 2 - Viñetas y trazos para la integración en Vecindario

Han ganado, por tanto, en el terreno más personal, pero también se han dotado de nuevas herramientas para identificar el racismo y contribuir a su erradicación. Esa ha sido la tarea, precisamente, de Melinda Decker, que asegura haberse encontrado un alumnado, en general, muy receptivo e implicado. Las únicas resistencias las encontró en aquellos a los que les costaba admitir ese racismo que no se ve o que se ha normalizado. «Como en el lenguaje, en expresiones, por ejemplo, como la de trabajas más que un negro», explica Decker.

«Más que un proyecto educativo, es un experimento social»

Los resultados, según Bonino, han sido «muy sorprendentes y muy positivos». Para esta experta, «el dibujo es cuestión de práctica; en lo que han demostrado ser superingeniosos es en las ideas y conclusiones a las que han llegado por sus propias experiencias». Como la de Beatriz, que recreó una escena en la que un niño niega prejuicios raciales pero se lava las manos tras tocar una muñeca negra. O la de Gabriela, que ejemplificó el racismo hacia los asiáticos por los recelos sobre lo que comen.

«Más que un proyecto educativo, esto es un experimento social», subraya Bonino.

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