«Lo único eficaz es eliminar el plástico de un solo uso, lo demás es marear la perdiz»
Entrevista ·
Manuel Maqueda, profesor de Harvard y experto en economía circular insta a poner la economía regenerativa en el centro del discursoManuel Maqueda es profesor de economía circular aplicada y de economía regenerativa en la división de enseñanza continuada de la Universidad de Harvard (EE UU). Y está considerado también un experto en contaminación por plásticos. No en vano, es cofundador de organizaciones como Plastic Pollution Coalition y SUPER, una entidad sin ánimo de lucro que permite a las empresas eliminar los plásticos de un solo uso. Estuvo esta semana en el 16º Seminario Internacional de Comarcas Sostenibles, donde impartió la ponencia 'Mirando el mundo como un ecoisleño'.
- Parafraseando el título de su charla, ¿cómo mira al mundo un ecoisleño?
-El ecoisleño es el buen ancestro o que lleva la sostenibilidad en su ADN. El ecoisleño vive en alianza con los sistemas vivos de su isla para crear valor abundante sin extraer recursos ni generar residuos, respetando la capacidad de carga de la isla y dejando una isla mejor a las generaciones futuras.
- Desde el punto de vista de la economía circular y de la regenerativa, ¿vivir o gestionar en una isla es un riesgo o una oportunidad? Dicho de otro modo, ¿son más las amenazas o las oportunidades?
–La amenaza sólo es oportunidad si no dejamos que se cumpla. Desgraciadamente no vamos por ese camino ahora mismo. Vemos las orejas al lobo, pero muchos no se lo tomarán en serio hasta que no nos muerda la yugular.
– ¿Qué margen de acción tiene una isla para cambiar las cosas si la mitad del problema, como usted ha dicho, se genera por el modelo intensivo de producción? En una isla como esta, todo o casi todo lo producen otros, fuera de aquí.
–Está claro que sin autonomía hídrica, alimentaria y energética el futuro de una isla es muy cuestionable. Habría que empezar por ahí, por lo más esencial
–Por lo que sabe de esta isla, ¿en qué cree que Gran Canaria va por el buen camino?
–No conozco a fondo la realidad de Gran Canaria, pero veo proyectos piloto e iniciativas visionarias, como la estrategia Gran Canaria Circular 2030, el Salto de Chira o el Banco Español de Algas. También es muy loable el genuino interés por diseminar el conocimiento y realizar formación en economía circular a través de eventos como este.
–¿Conoce algún caso práctico de ecoisla en el que podría mirarse Gran Canaria?
–Más que una ecoisla que lo haga todo muy bien tenemos decenas de islas que hacen alguna cosa muy bien. Mientras Curaçao se enfoca en autonomía alimentaria, Samsø se enfoca en energías renovables, y Malta innova en gestión circular del agua. Por ello la fusión de conocimiento y el intercambio de buenas prácticas entre islas son esenciales.
–El Cabildo lleva años implantando políticas con las que aspira a avanzar hacia un modelo de ecoisla. Como experto en la materia, ¿qué medidas efectivas exigiría ese reto? ¿Cuáles serían los ingredientes de la receta?
–Yo pondría el pensamiento ecoisleño, es decir, la economía circular y regenerativa, en el centro de los planes de formación de todos los niveles educativos, escuelas profesionales, formación de funcionarios, ingenieros, arquitectos, empresarios y cuadros directivos. También en el discurso mediático, cultural y artístico. Hay que lograr un nivel de conocimiento, consenso, sagacidad y alianza proactiva a la altura del enorme reto que tenemos.
–Para llegar hasta aquí ha podido ver que la comarca está repleta de aerogeneradores y de campos de placas fotovoltaicas, fruto de años de apuesta por descarbonizar la energía. Pero ya muchos de esos molinos se han quedado obsoletos y los están reemplazando por otros. ¿Es eso compatible con el cambio de modelo que usted defiende, de pasar de una economía lineal a una economía circular?
–Los modelos lineales jamás funcionan. En lo posible, los componentes y materiales de las infraestructuras futuras de una isla deben extraerse de los componentes y materiales de las infraestructuras del presente, los cuales ya fueron pagados a precios de ayer. Esto es lo que tiene sentido, económico y ecológico.
-¿Y qué le tiene que decir a los que se quejan del impacto paisajístico de todas esas infraestructuras?
–Quejarse es fácil. Les preguntaría qué soluciones proponen. También qué hacen para regenerar la isla, qué compran y qué hacen en sus casas cuando nadie les mira. El paisaje está degradado y mutilado sobre todo por otras causas de sobra conocidas y de las cuales nos beneficiamos todos. Ahora conviene trabajar juntos para innovar hacia modelos de riqueza y progreso que no pongan en riesgo la existencia futura en la isla.
–¿Puede haber economía circular y regenerativa en una isla en la que entran anualmente 4 o 5 millones de turistas?
–El problema no es tanto el turismo, sino cómo se hace el turismo. También es un problema la falta de alternativas para crear riqueza y empleo más allá del turismo. De hecho, creo que la respuesta a esta pregunta la conocen todos los canarios con dos dedos de frente, aunque pocos se atrevan a verbalizarlo. El modelo turístico canario actual es inviable. Es un gigante con pies de barro que debe renovarse.
–Usted lleva años concienciando sobre el daño del plástico al planeta, al medio ambiente en general y también a la población humana. Y como usted ya hay mucha gente concienciada, pero, sin ir más lejos, y por poner un ejemplo muy gráfico, el agua se sigue vendiendo embotellada en plástico en los supermercados y los clientes la siguen comprando. ¿A quién cabe pedirle responsabilidades?
–Como usted dice, esas condenadas botellitas se venden, pero también se compran. Cada vez que se señala a alguien con el dedo hay tres dedos señalándole a uno mismo. Haga la prueba. Las responsabilidades hay que mirarlas todas sin excepción.
–Esta comarca lleva a gala su apuesta por el reciclaje del plástico. Ahora ha implantado un sistema, Reciclos, para incentivar que la ciudadanía use más el contenedor amarillo, pero usted ha dicho que está demostrado que esta política no es efectiva, que no se recicla la mayor parte del plástico. ¿Qué medidas recomendaría a estos tres municipios para que contribuyan a reducir de verdad el consumo de plástico?
–Llevamos 40 años tropezando en la misma piedra. Crear sistemas para que la gente se sienta mejor cuanto más residuos plásticos genera es justo lo contrario a lo que deberíamos hacer -especialmente en una isla. Poner plástico en el contenedor amarillo no implica contratos firmados garantizando la trazabilidad y el reciclaje efectivo -ni hay multas a los fabricantes en caso de incumplimiento, o penas de cárcel en caso de fraude. En el mundo real lo único eficaz es eliminar el plástico de un solo uso en origen, lo demás es marear la perdiz.Experto en economía circular, ve visionarias iniciativas como el Salto de Chira e insta a poner la economía regenerativa en el centro del discurso