Tributo de San Mateo al abuelo materno del poeta José Martí
La plaza del barrio de La Bodeguilla, donde nació en 1791, estrena una escultura en honor del padre de la madre del mártir de la Independencia de Cuba, Antonio Pérez Monzón, que en 1842 partió rumbo a La Habana
El abuelo materno del poeta, político, diplomático, ensayista, periodista y filósofo José Martí, mártir de la Independencia de Cuba, ya tiene una escultura en su honor en el barrio en el que vino al mundo el 29 de enero de 1791, La Bodeguilla de San Mateo.
Antonio Pérez Monzón consiguió evitar las labores agrícolas propias de la niñez de aquella época aprendiendo el oficio de zapatero, pero no trabajó mucho tiempo en esta profesión porque siendo joven se incorporó al ejército en Gran Canaria y luego sirvió en Tenerife.
Fue en esta isla donde conoció a Rita María Liberata y de esa unión nacería Leonor Pérez Cabrera, la madre del Apóstol de la Independencia de Cuba, el 17 de diciembre de 1828.
No fue hasta el 16 de noviembre de 1842 cuando, acompañado de la familia, partió rumbo a la isla caribeña para incorporarse a la Brigada de Artillería de La Habana. Y en Cuba se retiró como teniente después de más de 43 de carrera militar.
El abuelo materno de José Martí fallecería en La Habana a finales de la década de 1850, por lo que pudo conocer a su nieto, nacido el 28 de enero de 1853. Su esposa Leonor también murió en la capital cubana, el 19 de junio de 1907.
De la figura de Antonio Pérez Monzón no existen imágenes, pero sí una breve descripción física registrada en su expediente militar y reproducida por el investigador Leopoldo de la Rosa Olivera en un artículo divulgado en la Revista de Historia Canaria en 1980: (…) medía cinco pies y dos pulgadas (155 centímetros); de pelo negro, color trigueño y ojos melados. La nariz proporcionada, la boca regular y la frente espaciosa.
El artículo refleja también que «sabía leer y escribir», que el 10 de mayo de 1824 se reenganchó al ejército por otros ocho años y que cuando nació la madre de José Martí, en 1828, tenía ya el grado de sargento.
Se sabe, además, que el 13 de junio de 1833, por Real Orden, recibió la Cruz honorífica de doña María Isabel Luisa y que su traslado a Cuba ocurrió por petición propia que le fue concedida el 8 de septiembre del año 1842.
La escultura en su honor, titulada El abuelo de Martí, ha sido diseñada por el escultor y director de la Escuela Luján Pérez, Orlando Hernández, y en palabras de l concejal de Cultura del Ayuntamiento de San Mateo, José Déniz, «es mucho más que una obra artística: es un gesto de memoria, un puente entre continentes, una semilla sembrada en acero y piedra para que las nuevas generaciones no olvidemos los lazos directos que nos unen con los capítulos más trascendentales de la historia de América».
La escultura —realizada en acero corten calado e inoxidable, con base piramidal anclada al suelo— evoca la emigración con una maleta y unos zapatos en movimiento, mientras que los rostros y palabras de Martí, tallados en sus costados, recuerdan la vigencia de su pensamiento. Acompaña a la pieza una placa conmemorativa en piedra, obra del maestro artesano Adolfo Armas Luján.
El proyecto ha sido promovido por el Cronista Oficial de Santa Brígida, Pedro Socorro, y cuenta con el respaldo de la Consejería de Cultura del Cabildo. Forma parte de la primera Ruta Martiana de Canarias, integrada en el programa internacional COMEX Global, que enlaza con futuras rutas en Santa Cruz de Tenerife, Cuba y Estados Unidos, conectando a través de la cultura los puntos cardinales de la vida de José Martí, una de las figuras más relevantes de la historia de América de finales del siglo XIX y principios del XX.