Tiempos del sur y brisa marina para el primer vino espumoso blanco
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Adal Álvarez se estrena en la Feria Km0 de San Bartolomé con dos caldos burbujeantes y naturales elaborados según el método ancestral, del siglo XVISecciones
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Adal Álvarez se estrena en la Feria Km0 de San Bartolomé con dos caldos burbujeantes y naturales elaborados según el método ancestral, del siglo XVINecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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Con vistas a Meloneras, de la que solo les separa kilómetro y poco, con tiempo del sur y bañada por una brisa marina nocturna. Es ahí donde crece la uva que ha dado lugar al primer espumoso blanco de Gran Canaria, que, además, ha sido elaborado por un método natural y muy antiguo, el método ancestral, que data del siglo XVI. La finca, de 10.000 metros cuadrados y en Lomo los Azules, en San Bartolomé de Tirajana, dedica más de 7.000 metros a un viñedo de 2.600 plantas de malvasía volcánica que se ha convertido en la fábrica de ilusiones de un joven viticultor, Adal Álvarez Vega, de 35 años.
Su nombre salió a relucir en la presentación de la primera Feria Km0 que organiza el Cabildo en San Bartolomé de Tirajana. Fue la comidilla de los amantes del buen vino. Su espumoso blanco despierta interés por original y diferente. Es más, al propio Adal no le suena que haya otro caldo similar en el mercado que se produzca en Gran Canaria. Lo tiene a punto, pero no llegará a tiempo para poder venderlo en la feria, que tendrá lugar los días 2 y 3 de marzo. Eso sí, lo dará a probar, para ir abriendo boca. En mes y medio ya tendrá para vender.
Casi toda la producción de este espumoso blanco la tiene ahora en fase de maduración en rima, es decir, embotellado y en posición horizontal. Es uno de los pasos que exige este método ancestral al que se acoge Adal, una fórmula que le garantizaun vino natural y muy auténtico, sin artificios.¿Por qué? Porque no se le añade nada al vino, ni azúcar ni levaduras, para conseguir las burbujas, como se hace, por ejemplo, para producir cava o champán. Basta con embotellar el caldo poco antes de que fermente para que acabe el proceso en la botella y en rima. La consecuencia es que el gas no encuentra escapatoria y crea las burbujas.
Álvarez ha hecho esta apuesta al socaire de una corriente cada vez más pujante entre los consumidores de vino que abogan por los llamados Pét-Nat, caldos que no se filtran ni se clarifican ni tienen añadidos. «Su sabor es más auténtico; esta fórmula consigue que agarren todos los matices de la tierra y el sitio donde crece la uva», apunta Adal, que defiende este método porque permite explotar al máximo las singularidades de los vinos canarios, únicos en el mundo.
Titulado en Mantenimiento Industrial, llegó a la viticultura casi por casualidad. No tiene antecedentes en la familia que le sirvieran de inspiración. Todo empezó porque trabajó durante un tiempo en una empresa del sector agrícola y eso le permitió conectar con el mundo del campo. Y de la mano de un amigo que a su vez conocía a un enólogo se fue introduciendo en el apasionante y adictivo universo de la producción vinícola.
La aventura arrancó hace cinco años cuando unos tíos suyos le permitieron recuperar esta finca para la agricultura y la llenó de vides plantadas en vaso. Aquí está su viñedo, pero carece de bodega, de ahí que también haya sido clave el apoyo que ha recibido de los tres hermanos de Bodegas Lava, donde embotella su vino.
El primero, un blanco seco, que llamó 'Tiempo del Sur' por razones casi obvias, dado el contexto geográfico y climático del cultivo, lo sacó en 2022. Casi se lo han quitado de las manos. Y en 2023 se animó a dar el paso con el espumoso blanco, que luce en su etiqueta el nombre de 'Pumpkin', con la apostilla de Nat (la referencia al método ancestral) a modo casi de apóstrofe. Calabaza en inglés. «Se lo puse a raíz de una broma del grupo de amigos a los que di a probar el vino por primera vez», se explica. «Para poder optar a una subvención que daba el Gobierno canario tuve que plantar calabazas; así que a uno de ellos se le ocurrió pintarme en la botella el nombre de calabaza en inglés».
Lanzado a esta aventura, Adal se ha animado a embotellar también un rosado espumoso, elaborado igualmente mediante el método ancestral. En ese caso, no ha usado uva propia, sino de una finca de Lomo de Pedro Afonso, una fórmula que está permitida. Compró 400 kilos de listán negro con los que ha producido 'Pump', con el Nat de apóstrofe. En este caso, el nombre, en inglés, alude a la burbuja que lo convierte en un espumoso. Y no contento con eso, probará con un tinto, de listán negro, también de uva comprada, solo que de San Mateo.
Tres de sus botellas, menos la del rosado, se producen en el marco regulatorio de la Denominación de Origen Gran Canaria, y en el caso concreto del vino que sale de la uva de su finca es el fruto de un cultivo en el que, como precisa Adal Álvarez, no se usan químicos. Precisamente estos días anda enfrascado en la dispersión de picón o gravilla por toda la finca. Este cultivo está sometido a muchas horas de sol al día y confía en que la técnica del acolchado o 'mulching' le ayude a que el suelo retenga algo de la humedad que se genera durante la noche.
De su espumoso destacan su acidez, que le proporciona un sabor fresco en garganta que Adal ve ideal para una tierra tan cálida como la canaria. Además, sus vinos tienen menos graduación de la habitual, otra de sus apuestas. Ahora confía en que tenga aceptación. Por lo pronto, lo distribuye con Torna Distribución, que ya se lo está moviendo también por restaurantes. Los que quieran adquirirlo en tienda lo encontrarán en Canary Wine, la vinoteca del Mercado de Vegueta, en la capital.
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