El albergue de los sintecho se muda a un antiguo colegio

El albergue para alojar a los sintecho, abierto por iniciativa municipal en los inicios del confinamiento al que obligó la covid-19, había estado ubicado hasta ahora en la cancha cubierta del pabellón deportivo de Jinámar. Fue una solución de urgencia que dio resultado y que evitó que ninguna de estas personas durmiera en la calle. Pero con la llegada de la nueva normalidad y el reinicio de las actividades deportivas, el gobierno local, que estaba y está decidido a mantener operativo este servicio, ha optado por reubicarlo. El destino elegido es el antiguo RAM del colegio Pedro Lezcano, también en Jinámar, en las instalaciones que durante años sirvieron de sede a otro proyecto social municipal, Educere.

El edil de Servicios Sociales, Diego Ojeda, informa de que el traslado se hizo efectivo este pasado miércoles y que las nuevas dependencias reúnen incluso mejores condiciones que las habilitadas con urgencia en el pabellón deportivo, apenas 10 días después de que el Gobierno central decretara el estado de alarma. «Es un recinto más acogedor en el que, además, hemos colocado separadores para aislar un poco cada cama y lograr así que cada usuario gane cierta intimidad».

Avanza que se han ocupado tres aulas del antiguo RAM que han sido readaptadas para albergar 25 plazas de alojamiento, de las que, añade Ojeda, a día de hoy están ocupadas 24. Uno de los usuarios se ha mudado a un servicio similar que gestiona la Fundación Yrichen, en San Antonio. Y hay al menos otros dos, que son extranjeros, que han manifestado su deseo al Ayuntamiento de regresar a los países de donde vinieron. Uno es un senegalés que llegó a la isla desde Nápoles (Italia) para una gestión personal y que se quedó atrapado en Gran Canaria cuando la península itálica cerró sus fronteras a los vuelos del exterior por la covid. Y el otro es otro italiano que también desea regresar a su país. Con la nueva ordenanza municipal, el consistorio, explica el concejal, cuenta con vías con las que poder ayudarles y gestionarles la salida de Gran Canaria.

En principio, el Ayuntamiento gestiona el albergue de forma directa a través de Asidma, que es la empresa a la que el gobierno local contrató este servicio con carácter de emergencia, en marzo pasado. Lo asisten tres auxiliares sociosanitarios, una coordinadora del área, y un vigilante jurado. En todo caso, aclara Ojeda, tanto esta fórmula de gestión, como esta nueva ubicación, tendrán carácter provisional. El Ayuntamiento definirá en breve el modelo final con el que funcionará el centro y le buscará una sede definitiva, que, a juicio de Ojeda, pasará por unas instalaciones que deberán ser rehabilitadas y reformadas de forma expresa para adecuarlas a las necesidades de un servicio de esta naturaleza, destinado al alojamiento de personas.