Tejeda impulsa un modelo ejemplar de vivienda pública integrada en el paisaje
El Ayuntamiento inicia el proyecto de construcción de 17 viviendas públicas en El Curato con un enfoque innovador, sensible con el territorio y adaptado a las necesidades de la población local
Tejeda, uno de los municipios más singulares y valorados del interior de Gran Canaria, sigue apostando por un desarrollo urbanístico que respeta su historia, su paisaje y su gente. El nuevo proyecto de urbanización y construcción de 17 viviendas públicas en la zona de El Curato es una clara muestra de esta voluntad institucional. Con esta actuación, el Ayuntamiento responde a una necesidad real de vivienda, especialmente para jóvenes, familias y personas mayores del municipio que desean quedarse a vivir en su tierra. Pero no se trata solo de construir casas: el proyecto ha sido concebido para integrarse con la máxima delicadeza en el paisaje agrícola y natural que caracteriza a Tejeda.
El Curato es una zona de transición entre el núcleo histórico y el entorno rural, donde los bancales, muros de piedra y la topografía escalonada han definido durante siglos el modo de habitar y cultivar. Cualquier intervención en este espacio debía ir más allá de los estándares convencionales de urbanismo. Por eso, el proyecto propone un modelo que respeta profundamente la forma de construir tradicional del municipio, pero adaptado a los retos actuales. Se realiza una arquitectura respetuosa con un diseño que no busca imponerse al entorno: las viviendas no rompen la escala rural, no sobresalen en altura ni alteran la estructura topológica adaptándose y apoyándose en el terreno.
Las viviendas se organizarán en plataformas escalonadas que respetan el trazado de los antiguos bancales. En lugar de modificar el terreno, el diseño lo asume. Esta elección no solo conserva el carácter paisajístico del lugar, sino que también reduce la necesidad de grandes movimientos de tierra, con el consiguiente ahorro económico y ecológico. Además, se ha descartado cualquier intento de urbanización intensiva o estandarizada. Las calles siguen las curvas de nivel, los muros se construirán con piedra del lugar, el mobiliario urbano será discreto y respetuoso, y los espacios comunes permitirán el tránsito peatonal sin perder la esencia rural.
Las cubiertas inclinadas de teja, los patios interiores, los jardines con vegetación autóctona y las fachadas de escala amable configuran un conjunto que se mimetiza con el entorno sin enfrentarse a él.
Todas las viviendas serán de planta baja, lo que facilita su uso por personas mayores o con movilidad reducida. Cada vivienda contará con un pequeño espacio ajardinado o patio, lo que permite un contacto directo con el aire libre, ya sea para cultivar un pequeño huerto, disfrutar del clima o simplemente compartir tiempo con la familia. La sencillez formal y constructiva de las viviendas no impide que estén diseñadas con estándares actuales de calidad. Gracias al uso de sistemas prefabricados y materiales eficientes, se logrará una alta calificación energética, lo que supondrá un ahorro para las familias y un menor impacto ambiental.
Una de las decisiones más relevantes desde el punto de vista paisajístico ha sido la renuncia a construir aparcamientos soterrados. En su lugar, se plantea una solución de aparcamiento en superficie, con materiales naturales, zonas verdes y una disposición que no rompe con el entorno. Esta «infraestructura blanda» permite, además, adaptarse al futuro: si cambian las necesidades de movilidad o se reduce el uso del coche, estas zonas podrán reconvertirse fácilmente en espacios peatonales, zonas de juego o pequeñas plazas. La flexibilidad del diseño es una apuesta clara por un urbanismo a largo plazo en contraposición con soluciones rígidas.
El diseño -desde la elección de materiales hasta la orientación de las viviendas- está pensado para consumir menos energía, generar menos residuos y favorecer el confort natural. El uso de módulos prefabricados en seco permitirá reducir el impacto de la obra sobre el entorno durante la fase de construcción. No habrá grandes grúas ni estructuras invasivas. Se trata de construir con inteligencia y con respeto al entorno acorde a su alto valor paisajístico. El diseño también incluye sistemas pasivos de ventilación y protección solar, lo que permitirá reducir el uso de climatización artificial. Las zonas verdes, tanto privadas como comunes, ayudarán a regular la temperatura y a mejorar la calidad del aire.
Este proyecto no es una importación genérica, ni una copia de modelos ajenos a nuestra realidad. Ha sido diseñado teniendo en cuenta el clima, la cultura constructiva, la escala humana y el espíritu del lugar. Y, sobre todo, ha sido concebido para las personas que viven aquí. La promoción pública de estas viviendas es una inversión en futuro: un intento de frenar la despoblación, de facilitar el acceso a la vivienda digna y de crear comunidad. Pero también es una declaración de principios sobre cómo afrontar la construcción en un entorno tan especial como Tejeda.
El Ayuntamiento considera que este proyecto no solo servirá para dar vivienda a 17 familias, sino que puede convertirse en una referencia sobre cómo construir en el medio rural canario. Se trata de demostrar que es posible hacer arquitectura contemporánea sin romper con el territorio; que se puede crecer sin destruir; y que el desarrollo puede ir de la mano del respeto. Por todo ello, esta iniciativa es mucho más que una operación inmobiliaria. Es un gesto de cuidado hacia el paisaje, hacia la gente y hacia la identidad profunda del municipio.