El secreto del éxito de un vino de altura
Bodega Bentayga ·
Los vinos Agala triunfan en las tres categorías del XXVII Concurso Oficial de Gran Canaria. «Esto supone un refuerzo a nuestro trabajo», destaca la gerente Sandra ArmasSecciones
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Bodega Bentayga ·
Los vinos Agala triunfan en las tres categorías del XXVII Concurso Oficial de Gran Canaria. «Esto supone un refuerzo a nuestro trabajo», destaca la gerente Sandra ArmasEn un lugar idílico, en Cuevas Caídas, barrio de Tejeda, casi a las faldas del Roque Nublo y con el Bentayga enfrente como fiel testigo, a 1.295 metros de altitud, en la ladera de la Caldera de Tejeda, dentro del paraje del Parque ... Rural del Nublo, Reserva Mundial de la Biosfera y en la vertiente suroeste descubrimos las claves del éxito de Bodega Bentayga, con sus vinos Agala, que en el reciente XXVII Concurso Oficial de Vinos de Gran Canaria, que impulsa la consejería de Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo, obtuvo los primeros premios en las tres categorías. Concretamente, el 'Agala/Altitud 1175', en el caso de los tintos jóvenes; el 'Agala/Altitud 1318', en el de blancos secos jóvenes/blancos fermentados en barrica, y el 'Agala/Altitud 1190 Dulcelena', en el de semisecos, semidulces, dulces y licorosos.
Juan Armas, alma mater de la familia, a sus 90 años de edad, está viendo hecho realidad un sueño. Su cariño por su Tejeda del alma y por sus tierras han hecho que hoy en día los vinos Agala tengan un reconocimiento enorme por la calidad del trabajo que ahí se realiza. Sandra Armas, gerente de la bodega desde el año 2009, reconoce que estos premios suponen «un refuerzo positivo y un estímulo al trabajo que realizamos».
Bodega Bentayga cuenta con 8,5 hectáreas de terreno, 7 en Tejeda y 1,5 en Artenara, zona que se quemó por el incendio y que se está recuperando. El camino para alcanzar el momento actual no ha sido nada fácil. «Costaba mucho al principio poder vender el vino. Algunas veces me quedaba sin argumentos, tratando de convencer al cliente, pero a base de insistencia se lograba», relata Sandra Armas. Y enmedio de estas dificultades, siempre en Gran Canaria el sector cargaba con el peso de que el vino tinto de la isla tenía la etiqueta de «cabezones y azufrados». Pero a base de mucho sacrificio y haciendo las cosas con una enorme profesionalidad, hoy las elaboraciones que se realizan en la isla están demostrando un altísimo nivel.
«Desde hace unos cinco años, más o menos, se ha notado el interés del propio grancanario por el vino de su isla, no solo al consumirlo sino también en venir a la bodega a conocerlo», resalta la gerente de Bodega Bentayga.
La labor que está realizando el Cabildo de Gran Canaria está siendo muy importante para el sector vitivinícola de la isla. Antonio Morales, presidente del Cabildo, ha destacado que «todas estas actuaciones, junto al esfuerzo de las mujeres y los hombres que cultivan nuestros viñedos y embotellan nuestros vinos, están permitiendo que Gran Canaria sea la única isla que crezca en superficie vitícola, unas 20 hectáreas en los 2 últimos años, mientras en el resto del Archipiélago hay una clara recesión». Y otro aspecto beneficioso para las bodegas de la isla es la Ruta del Vino de Gran Canaria, que ha provocado un enorme interés.
Desde el año 1996, Bodega Bentayga está ganando premios con sus vinos Agala. Tinto joven, tinto 6 meses en barrica, tinto crianza, blanco seco y blanco dulce son los productos que comercializa la bodega en Canarias. «Hay demanda nacional e incluso internacional, pero no hay producción suficiente para ello», recalca Sandra Armas. Con unas 20.000 botellas de media anual, el cambio climático se está convirtiendo en un quebradero de cabeza. «Estamos a la espera de lluvia», mientras estas últimas semanas hemos pasado en Canarias unas temperaturas más acordes al verano que a la estación actual.
Los viñedos se encuentran entre los 1.050 metros de altitud y los 1.318, mientras que la bodega está a 1.295 metros y es la de mayor altura de Canarias. «La orientación de las tierras, en la vertiente suroeste, presenta unas condiciones idóneas para el cultivo de la viña. A esto hay que añadir que normalmente tenemos una media de once horas de sol diaria, sin sombra, y el producto refleja la variedad que contiene este suelo volcánico en el que está», afirma Sandra Armas sobre las características de sus vinos. «Gustan a casi todos los paladares y son fáciles de beber», destaca. Desde hace once años, el enólogo de la bodega es el tinerfeño Daniel Viera, y de cara al futuro hay proyectos sobre la mesa que aún no se han materializado, como sacar un espumoso o la salida de un blanco crianza que se desgranó a mano durante la pandemia, en una barrica de 700 litros.
Ahora la planta está en la conocida como parada invernal, «porque se supone que estamos en otoño», recalca Sandra Armas de manera jocosa. Preparando el suelo, abonando, moviendo tierras para que se oxigene, etc. El trabajo en la finca no para hasta la poda en febrero y pensar en el próximo septiembre para la nueva añada. «Sacarle un poco más de rendimiento a cada parcela» es el objetivo de Bodega Bentayga.
Agala es una palabra aborigen de origen bereber que hace referencia a un monte alto, ahí se encuentra esta bodega que sitúa a los vinos de la isla en lo más alto.
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