Scala Gran Canaria, la sala que sacudió el entretenimiento
Ocio ·
Antonio López y Yeray Ceballo, los dos únicos supervivientes de la primera etapa del mítico local, rememoran sus inicios tras su reapertura impulsada por un grupo de inversores canariosFrancesc zanetti
Las Palmas de Gran Canaria
Domingo, 5 de octubre 2025, 23:54
Jerónimo Saavedra volvía a ganar las elecciones autonómicas un año después de que una sala impulsada por los hermanos catalanes Antonio y Ramón Riba Viladrosa iniciara en la zona de San Agustín su periplo con la intención de convertirse en un revulsivo del ocio de la emblemática zona turística del sur de la isla, que por entonces empezaría a consolidar lo que ha sido su imparable desarrollo urbanístico.
Corría el mes de marzo de 1985 cuando el joven madrileño de 24 años, Antonio López Crespo, se puso al frente como regidor de escena del espectáculo de variedades que inauguró Scala Gran Canaria, cuya entrada por entonces se vendía al precio de 4.950 pesetas, con cena incluida. López, que desde 1981 pertenecía a la plantilla de la mítica cadena que abriría primero en 1978 en el Paseo de San Juan de Barcelona -el mismo año el que una madrugada de un domingo unos desconocidos arrojaran cuatro bombas incendiarias contra el local- y luego, tres años más tarde, en Madrid, se trasladó a la isla en la que nunca antes había estado junto a su mujer, la bailarina inglesa Luisa Josey, con la que se asentó al año de llegar en una casa construida en un solar que adquirió en Playa de Arinaga.
«Scala Gran Canaria se convirtió en su época en el local más novedoso y asombroso de Canarias, que emulaba la grandiosidad de otros concebidos en Las Vegas o en París, con los populares Mouline Rouge o el Lido. Todos los decorados se movían por sistemas hidráulicos, contábamos con fastuosos vestuarios para el cuerpo de baile y los acróbatas húngaros, una pista de hielo de seis toneladas de peso, fuentes espectaculares de agua, cañones dirigidos de luz, más de 300 focos halógenos con una potencia de 300 mil kilovatios, una piscina y en sus números participaron un elefante, cuatro caballos, un vaca, un ternero, un tigre de bengala, un orangután, focas y perros afganos», recuerda ahora un López con 63 años edad, que de empezar como botones utilero en el local de Madrid, pasa a responsabilizarse en Scala Gran Canaria de 14 tramoyistas.
«Los espectáculos internacionales que se estrenaban se combinaron con la presencia de otros artistas canarios desde José Velez a Caco Senante, pasando por Manolo Vieira». La apertura del citado espacio sin duda representó en su día un hito en el mundo del entretenimiento vinculado a la oferta turística de calidad, pero lamentablemente cerró sus puertas apenas cinco años después de ser inaugurada. López tuvo que buscarse profesionalmente la vida entre 2015 y 2023 realizando giras como técnico en teatros nacionales e internacionales.
140.000 espectadores anuales
En 2024 Scala Gran Canaria reabre nuevamente sus puertas tras permanecer cerrada más de tres décadas en el mismo lugar donde se ubicó originariamente, junto al hotel Tamarindos de San Agustín (reconvertido hace un año en el Meliá Paradisus Gran Canaria), gracias al empeño de un grupo de inversores canarios que acometen en su interior de 1.800 metros cuadrados distribuidos en dos plantas (anfiteatro y patio de butacas), una profunda remodelación en la que ha primado la conservación de la esencia primigenia de algunos elementos de su diseño arquitectónico original.
Con capacidad para 710 personas y una plantilla de casi 200 empleados, Scala Gran Canaria se ha posicionado nuevamente como la más importante plataforma para el entretenimiento de primera clase en la isla. Ningún equipamiento escénico de carácter cultural de Canarias espera recibir los 140.000 espectadores anuales que la nueva propiedad aventura en esta nueva singladura que se ha reactivado con el Dinner Show 'Origen' y la otra electrizante oferta que se simultaneará en su cartelera, 'Vegas Rouge'.
«A nivel nacional, salvo el Benidorm Palace, no hay ninguna sala que contemple en nivel de equipamiento técnico de última generación que posee Scala, desde pistas móviles de 100 metros cuadrados y escaleras hidráulicas de 40 metros cuadrados a plataformas en el techo, pasando por montacargas y soportes audiovisuales y lumínicos», admite López, que mantiene un idilio con una de las tres antiguas centrales hidráulicas que aún se conserva fabricada por la empresa catalana Sogemo Ibérica, que se ha mantenido en su sótano como un vestigio histórico desde el principio y que funciona heroicamente a sus 41 años de edad, movilizando a través de sus pistones todos los escenarios y plataformas de 10 toneladas de peso del local.
Yeray y los galgos afganos
El otro único técnico que pervive de la primera etapa ochentera de Scala Gran Canaria es Yeray Ceballo Pérez, su director artístico. Siendo menor de edad, con 16 años, le proponen hacerse cargo de los cuidados de cuatro elegantes galgos afganos de cuatro meses traídos expresamente desde Moscú que formaban parte de uno de los números finales de uno de los espectáculos estelares de la sala protagonizados por unas glamourosas vedettes.
De tramoyista pasó luego al backstage en donde cuidó de las pedrerías de los lujosos trajes empleados, ayudante de escenografía, iluminación y regiduría hasta convertirse en director escénico. Ceballo, nacido en la Jurada de Carrizal de Ingenio, disfrutó de esa responsabilidad hasta que en 2005 la sala echó el cierre con su última producción, 'Arabian night'.
Tras trabajar como regidor principal en el Casino Meloneras con Carmen Mota, en varias productoras canarias como Clapso, el carnaval de Maspalomas con Interdance Canarias y algunas compañías de cruceros como la Royal Caribbean y Carnival Cruise. Yeray Ceballo explica que 'volvió a casa' cuando le proponen incorporarse a la nueva etapa de Scala Gran Canaria. «Regresé rejuvenecido, más preparado profesionalmente para asumir los desafíos tecnológicos que me exigía la dotación de una sala adaptada al siglo XXI. Cerré un círculo y mi ilusión y deseo es retirarme aquí», confiesa ahora con 43 años de edad.
«Recuerdo de joven que mis padres me hablaban de Scala. El primer espectáculo que vi se llamaba 'Viva Scala' y me marcó. Quién me iba a decir a mi entonces que terminaría luego trabajando en esta empresa. Muchos vecinos del sureste de la isla se emplearon en los complejos hoteleros, trabajaron el taxi o en la restauración. El turismo se abrió como una oportunidad de progreso. Que pudiera disfrutar de aquellos espectáculos me parecía de película y estaba ocurriendo a menos de 30 kilómetros de mi casa. Hablar de Sala Scala era hablar de lujo, exclusividad y espectáculo». Con aquellos galgos afganos trabajó dos temporadas y luego se quedó con ellos hasta que murió el más viejo de ellos, al que llamó Kabul. «Al llegar a mi casa mi madre me preguntó: ¿A dónde vas con esos caballos?». En Carrizal aún las personas que lo vieron crecer lo recuerdan como 'el niño de los perros'.
«Ni antes teníamos competencia en la isla ni ahora. No hay oferta como la que ofrece Scala Gran Canaria en la que se combina el espectáculo con la gastronomía», añade Ceballo, que compara el complejo proceso de rehabilitación del local con el delicado rescate de un lujoso coche de época. «Se trata de una pieza clásica del año 1987 que está funcionando de maravilla en un mismo espacio con las últimas herramientas del siglo empleadas en las grandes producciones mundiales», agrega.
El Dinner Show 'Origen', «un montaje de kilómetro cero que aborda la cultura de Canarias elevándola a través de la fantasía», como lo define Ceballo, abre esta nueva etapa. «No se puede replicar en otro lugar que no sea Canarias», advierte. «Ahora con la próxima producción 'Vegas Rouge' pretendemos que brille como una maravillosa apuesta artística que también explique al mundo que desde Canarias podemos acometer todo tipo de propuestas y que cualquier productora, sea nacional e internacional, puede aprovechar las opciones de nuestras excelentes instalaciones. El arte no tiene barreras», concluye Yeray Ceballo.