San Pedro siente su Rama más auténtica
El Valle de Agaete vibró con su fiesta popular más especial. El calor dio una tregua para que el aroma a poleo, pino, eucalipto y retama volviera a extasiar a los cientos de vecinos que acudieron a honrar a su santo
Ronald Ramírez Alemán y Agaete
Viernes, 28 de junio 2019, 16:38
El Valle de Agaete se engalanó un año más para celebrar su fiesta más querida en su cita con la tradición con la Bajada de la Rama. La celebración, que comenzó el día anterior en el Pinar de Tamadaba con la despedida a los romeros que acudieron de madrugada a buscar el verde con el que horas después teñirían las calles del pueblo, tuvo ayer su día grande con las bandas de Guayedra y Agaete turnándose a lo largo de la jornada para amenizar el día más especial de San Pedro.
«Es la auténtica Rama, la que conserva las tradiciones de nuestros antepasados», exclamaba Laso González, vecino querido en el Valle que lleva 50 años haciendo sonar la caracola y rindiendo homenaje a un festejo familiar y autóctono. «Es una fiesta pequeña, pero es nuestra fiesta», insiste con orgullo. En esta ocasión, el sol lució radiante, pero no con la intensidad suficiente como para quebrar los ánimos de unos vecinos que, haciendo acopio de gorros de paja y cervezas refrescantes, rindieron pleitesía, una vez más, a San Pedro Apóstol.
Los papahuevos, elaborados durante meses por los propios habitantes del Valle, también bailaron y cantaron junto a los cientos de vecinos -niños, adultos y ancianos- al ritmo de la música. Todos respirando en armonía, locales y foráneos, el aroma a poleo, eucalipto, pino y retama que siempre impregna las calles de San Pedro los 28 de junio. «El sacrificio de subir al Tamadaba caminando para cortar la rama y luego entregársela a San Pedro es muy duro, pero como decimos aquí, la Rama es más que un sentimiento», relataba como emoción la alcaldesa del municipio, María del Carmen Rosario. Y este año, para orgullo de los agaetenses, no fue diferente.