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La renovación de las parejas reproductoras de perdiz roja (Alectoris rufa) que el Cabildo de Gran Canaria ha iniciado en su granja cinegética del Corral de Los Juncos va viento en popa. Ya se han formado unas 300, que ponen huevos antes que las anteriores, y el pasado diciembre se llevaron los primeros 500 ejemplares fruto de la renovación a los jaulones/voladeros de adaptación al medio de la finca de Tirma.
Aunque todavía no se han hecho liberaciones -siempre tras la temporada cinegética, en diciembre- para reforzar las poblaciones silvestres de esta especie en la única isla canaria en la que se caza (en otras es la moruna), su cría está dando buenos resultados.
De los 3.000 huevos incubables comprados en junio de 2022 por 12.000 euros en la granja El Carbonero de Órgiva, en la sierra de Granada, y trasladados en barco nacieron más de la mitad en las incubadoras de la cumbre, donde se ha ido afinando la alimentación y el tratamiento sanitario que precisan. La finca granadina tiene certificado de garantía genética de la Junta de Andalucía y da los mejores resultados de España, destaca María Matilla, responsable de la gestión cinegética del Cabildo.
La renovación de las parejas reproductoras fue exigida por el Gobierno canario en 2021 debido a los altos índices de hibridación y consanguinidad detectados en las parejas anteriores, cuya liberación autorizó excepcionalmente poco antes de la llegada de los huevos.
Los ejemplares nacidos de las nuevas parejas todavía son insuficientes para repetir las liberaciones anteriores a la renovación, de 3.000 a 4.000 perdices anuales, pero Miguel Romero, técnico de caza del Cabildo, considera que en las dos próximas temporadas se alcanzarán otra vez las cifras anteriores a 2021. De momento en 2023 se cedieron las primeras 150 a la Federación Insular de Caza para sus campeonatos y en 2024 se espera aumentar esa cantidad a entre 400 y 500, las que se les daban antes.
Las nuevas perdices rojas son «más pequeñas, más silvestres y más delicadas, pero con una alta capacidad de adaptación al medio», detalla Matilla. En el medio natural, los machos empiezan el cortejo en enero, siguen en febrero y se aparean con las hembras en marzo. De abril a mayo se ponen los huevos, entre uno y dos al día y de 10 a 18 por temporada. La incubación en individuos silvestres puede ser algo más larga que en los criados en granja, en todo caso de entre 21 y 23 días, incluso 24.
La perdiz roja pueden vivir entre 10 y 12 años, aunque en la naturaleza bastante menos, y en la granja las reproductoras se mantienen unos tres años aproximadamente y cada año se sustituye un porcentaje.
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