Secciones
Servicios
Destacamos
La planta promovida por la empresa Conagrican, del Grupo Félix Santiago Melián, cerca del núcleo urbano de La Atalaya de Guía para convertir residuos agrícolas de plataneras, papayas y raquis y estiércol de vacuno en biogás y en compost «no tiene efectos adversos significativos sobre el medio ambiente y, por consiguiente, no debe someterse al procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinaria».
Así lo ha decidido la Comisión Autonómica de Evaluación Ambiental en base a la información facilitada por el promotor, el resultado de las consultas y la evaluación de los efectos ambientales. El acuerdo destaca «el impacto positivo principal del proyecto que supone la transición a una economía circular» al convertir residuos en un recurso con su uso eficiente y valorización energética evitando una gestión inapropiada. Además, la planta de biogás reduciría en más de un 80% la emisión de gases de efecto invernadero.
Su luz verde a esa planta de valorización de destríos agropecuarios permitirá el tratamiento anual de 500 toneladas de restos de papayas, 4.500 de restos de plátanos y raquis (el tronco de las manillas) y 14.370 de estiércol vacuno. La capacidad de tratamiento diaria de residuos orgánicos se estima en 74,5 toneladas.
Los promotores del proyecto, que cuenta con una subvención de 1,96 millones de euros del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), quieren iniciar las obras antes del verano y acabarlas el 30 de junio de 2026, un año después.
La energía eléctrica y el calor que genere la planta de biogás cubrirán su propio consumo y parte del que tiene la planta desaladora de agua de mar que la promotora explota en Roque Prieto. Ahora esa desalinizadora se autoabastece en un 40% con el aerogenerador que tiene en el extremo norte de la misma parcela. Con la electricidad del biogás la cobertura con renovables subirá al 65%. La planta de biogás y el aerogenerador compartirán la línea de evacuación al sistema eléctrico.
Al respecto, la empresa trabaja en un proyecto agrovoltaico piloto, consistente en la instalación de paneles solares sobre cultivos de plataneras, en Gáldar, que, de resultar satisfactorio, pretende extender a sus explotaciones agrícolas en La Atalaya. De ser así, la desaladora de Roque Prieto se abastecería de tres fuentes renovables, eólica, biogás y solar.
Del proceso de producción de biogás se obtendrán 17.131 toneladas anuales de digestatos, de las cuales 14.501 serán sólidos para compost y las restantes 2.630 serán líquidos para fertirrigación. Ambos se usarán en las explotaciones agrícolas del promotor. Así se sustituyen fertilizantes sintéticos por orgánicos que favorecen la captura de carbono en suelo.
Los restos de papayas, plátanos y raquis se transportarán desde cinco kilómetros y el estiércol, desde dos kilómetros. En el caso del estiércol la empresa negociará con distintas ganaderías el tratamiento de estos residuos y confía en ayudar de este modo a que vuelvan al norte de la isla.
El área que ocupará el proyecto, cuyo presupuesto ronda los 5 millones de euros, es de 9.830 metros cuadrados, la superficie edificada será de 5.770 y la altura máxima de la instalación, que corresponde al gasómetro del digestor, será de 14 metros.
El perímetro de la parcela donde se instalará la planta linda por el este con cultivos del promotor: invernaderos de papayas; y por el oeste con el depósito de agua generada en la desaladora de Roque Prieto, que está a una cota de altura superior (y de donde se transportará el agua para el suministro de la planta). En el extremo norte está el acceso a la parcela.
El informe favorable al proyecto del Ayuntamiento de Guía recomienda un estudio de la presencia del alcaraván (Burhinus oedicnemus distinctus), que el proyecto técnico incorpore las medidas de atenuación de impacto e integración paisajística (urbanización de zonas verdes y apantallamiento vegetal) y que se incorporen medidas atenuantes o correctoras del potencial impacto por olores debido al tránsito de camiones con estiércoles por La Atalaya.
El informe de Sanidad Ambiental, también favorable aunque con consideraciones, propone incorporar en el programa de vigilancia ambiental medidas preventivas para minimizar el impacto sobre la calidad del aire durante la fase de explotación y la realización de campañas de medición de olores en condiciones meteorológicas desfavorables que verifiquen que no existe exposición en la población, o en caso de existir, se ejecuten medidas adicionales sobre emisiones de olores.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.