Piernavieja da el pistoletazo a las fiestas de El Pajar
El coordinador general de Ceisa hizo hincapié en los fuertes lazos que vinculan al barrio tirajanero con la empresa cementera
El coordinador general de Ceisa, Claudio Piernavieja, reivindicó en su pregón de la noche de este viernes en las fiestas de Santa Águeda, en El Pajar (San Bartolomé de Tirajana), los estrechos lazos que unen a este pueblo y a la fábrica que regenta esta empresa cementera en este mismo pago.
Hizo hincapié en que el más importante de sus interlocutores, aparte del Cabildo, el Ayuntamiento, Hacienda o la Seguridad Social, es «el pueblo», y que de todos los permisos y certificaciones con los que cuenta esta empresa, aquel del que se sienten más orgullosos es la «licencia social» que le otorgaron los pajareros.
Piernavieja repasó algunas de las iniciativas que prueban la implicación de Ceisa con el barrio, entre las que citó la rehabilitación de la ermita, el campo de fútbol o el parque infantil. «Esperemos que nos dejen seguir tejiendo juntos nuestro futuro», dijo en alusión, sin citarla, a la decisión del Gobierno canario de suspender su solicitud para seguir operando en el muelle anexo al pueblo.
«Soy consciente del orgullo y, por qué no decirlo, la envidia que generamos en ocasiones por tener este vínculo, esta unión natural e indestructible, por mucho que más de uno se proponga romper«, enfatizó. »Perdónenme un símil muy de nuestro sector, yo creo que aquí hay unos buenos cimientos, bien sólidos, ¡con mucha puzolana!«.
Aunque Claudio Piernavieja no nació en El Pajar, dijo que tras 25 años en la empresa se siente un pajarero más, hasta el punto de que se refirió a este barrio y a Ceisa como sus otras dos grandes familias, aparte de la biológica. Muy someramente recordó sus inicios en la fábrica, en el verano de 1998, cuando, entonces como becario, se convirtió en un experto en grapar albaranes. O el paso por este pago, hace muchos años, de uno de sus antepasados, Víctor Grau-Bassas (hermano de su bisabuelo), antropólogo, etnógrafo y médico catalán, uno de los fundadores de El Museo Canario, que estuvo por esta zona costera para estudiar sus costumbres y tradiciones.
Habló de estas fiestas y de cómo implican a todos, contó varias anécdotas, como la del niño Amir y el cuadro que pintó dedicado a la fábrica, y sacó pecho del trabajo conjunto y los buenos resultados de la exposición 'Un pueblo, una fábrica, tejiendo juntos nuestra historia'. Sus últimas palabras fueron para anunciar una próxima jornada de puertas abiertas en la cementera para los vecinos de El Pajar y para lanzar un 'Viva Santa Águeda', que sirvió de preámbulo a un vídeo homenaje a los vecinos de este pueblo.
