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Hace 20 años, cuando estaba en todo su apogeo, a la Finca de San Rafael le llovían los pretendientes. Hoy, tras lustros de abandono y saqueos, han de ponerla a precio de saldo para que alguien siquiera se plantee comprarla. La hacienda agrícola más polémica de Telde, una extensa explotación agrícola, de 4 hectáreas, con casona incluida y en La Higuera Canaria, vuelve a salir a subasta, aunque esta vez sale por apenas 500.000 euros.
El conocido portal Subastas Trademat ya ha iniciado la cuenta atrás para volver a poner en el mercado las dos parcelas registrales que conforman esta propiedad y que forman parte del proceso de liquidación en el que ha entrado Equipo Diez de Gestión Inmobiliaria, su última propietaria, que pertenece al Grupo Santana Cazorla. Este concurso de acreedores lo tramita el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Las Palmas de Gran Canaria.
Está previsto que el plazo para la puja arranque a las doce del mediodía de este próximo lunes, 16 de diciembre, y que expire el 10 de enero de 2025 a la misma hora. En este caso, es el tercer intento, al menos que haya trascendido. El primero fue en verano de 2023 y su precio inicial se fijó en 5,5 millones pese a que su tasación ascendía a 11,4 millones de euros. Y el segundo, en torno a mayo de este año, redujo considerablemente la cantidad de partida a solo 2,2 millones.
Dado que en ambos casos la subasta resultó infructuosa, Trademat vuelve a la carga con un importe bastante más bajo, casi de saldo dadas las dimensiones de la hacienda. El portal se limita a destacar de la finca que «se compone de tierras labradías con arboles y una parte erial» y que contiene «casas y dependencias de labranza». El declive en el que se halla sumida es visible en las fotos que ilustran el anuncio.
Esta hacienda la adquirió el Ayuntamiento de Telde en 2004 en una polémica operación de permuta con Santana Cazorla que fue anulada por los tribunales en 2008. La constructora le había comprado la finca a la familia Benjumea por 2,5 millones y apenas tres semanas después se la intercambió al Ayuntamiento por parcelas en suelo urbano de Marpequeña valoradas en 6,3 millones. La finca tiene casi 50.000 metros cuadrados con una casona de 622 metros.
Cuando la justicia deshizo la operación, los solares de Marpequeña ya estaban construidos y en manos de terceros, y la finca, por su parte, en estado de abandono y vandalizada. Santana Cazorla nunca aceptó recuperarla si no se le daba en el estado en el que estaba, por lo que quedó en un limbo en el que lleva años.
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