El 'navegante' Agustín Reina atraca para siempre en su polígono de Arinaga
Cabildo y Ayuntamiento acompañan a Ecoaga y a su familia en el homenaje a uno de los empresarios impulsores del área fabril. Se descubrió un busto suyo
«Para él hubiera sido un orgullo, de verdad». Mari Pepa Verge del Castillo resume así cómo habría vivido su marido, el empresario Agustín Reina Martinón, el homenaje que este jueves le brindaron sus otrora compañeros de fatiga y de lucha en el polígono industrial de Arinaga, en Agüimes. «Aquí podremos venir a visitarla cuando queramos. Este busto es un orgullo para la familia, podemos venir a verlo cada vez que queramos». Y no pudo seguir. La emoción apagó sus palabras.
Su testimonio recoge el sentimiento de orgullo y agradecimiento con el que la familia de Reina asistió ayer al acto de descubrimiento en una rotonda del conjunto escultórico obra de Chano Navarro, encargado y sufragado por Ecoaga, entidad de conservación del polígono de la que este empresario fallecido en 2004 fue su primer presidente. Está compuesto por un busto en bronce que emerge de un bloque de piedra de cantería de Arucas de 6.800 kilos de peso y 2,5 metros en su parte más alta.
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Fue un acto sencillo que contó con la compañía y el arrope, entre otros cargos públicos, del presidente del Cabildo, Antonio Morales, exalcalde de Agüimes, y también del regidor actual del municipio, Óscar Hernández. También acudieron los presidentes de Aenaga, Cornelio Suárez, y de Ecoaga, Juan Acosta, que coincidieron en subrayar lo merecido de este homenaje para quien les antecedió al frente de ambas organizaciones.
«Lo conocí en mis primeros años en la alcaldía cuando él también asumía por primera vez la puesta en marcha de una asociación de empresarios en el polígono, de apenas cuatro o cinco empresas y donde no había nada», recordaba este jueves Morales.
«Era un hombre bregado, y una persona generosa»
«Esto era un erial, pero nos propusimos hacer llegar el valor estratégico que tenía, entre el sur y la capital, nos tuvimos que pelear muchísimo para conseguir esta hermosa realidad». De Reina dice que era «un hombre bregado, que ponía toda la carne en el asador, una persona generosa, afable, con enormes prontos cuando se frustraban algunos retos», esbozó entre sus recuerdos.
De esas peleas de las que habla Morales se acuerda bien su viuda. «La gente se metía con él, le decía, estás loco, meterte en Arinaga, allí no hay sino viento, pero él era un navegante, decía: tiro para adelante y tiraba». Por eso en la placa reza esa expresión que tanto le definía: navegante no solitario.
El alcalde actual subraya que su principal legado es que «tuvo la visión» de apostar por que empresarios y administración pública trabajasen de la mano. «Fue su mayor apuesta y ha logrado implantar un modelo que ha creado escuela y ha sido replicado».
El escultor, precisamente, tuvo en cuenta todo ese bagaje para crear la obra que perpetuará su memoria. «Fue un reto porque fue una persona muy significativa, tanto por su dimensión social, por ser impulsor del polígono y del muelle de Arinaga, como por su dimensión personal, porque fue una persona muy querida, muy generosa».