La lluvia de enero regó la cumbre quemada en 2019 con 14 millones de metros cúbicos

Las precipitadas registradas durante el pasado mes de enero en la superficie afectada por los grandes incendios forestales del verano de 2019, en la cara oeste de las cumbres, sumaron un volumen de 14 millones de metros cúbicos, el equivalente a llenar 2,5 veces la presa de Chira o más de 10 la de Ayagaures.

Según los datos proporcionados por el portal HD Meteo Gran Canaria y analizados por la consultora Xestac Solutions para el proyecto Fénix Gran Canaria, en los 103,9 kilómetros cuadrados por los que corrieron las llamas en agosto de 2019 se acumularon 133,31 litros por metro cuadrado de lluvia en el primer mes del año.

En realidad, esas precipitaciones se limitaron a 12 días de los 31 del mes, el que abrió el año 2021 y los transcurridos entre el 6 y el 16, siendo especialmente copiosas durante el paso de la tormenta Filomena.

Así, las lluvias más intensas en la zona quemada se registraron dos días consecutivos del temporal, el 7 y 8 de enero, con 34,6 y 34,4 litros por metro cuadrado, respectivamente.

De los 14 millones de metros cúbicos de agua que llovieron en las casi 104 hectáreas perimetradas, 7 millones cayeron en la cuenca de La Aldea, la más beneficiada y la que más embalses tiene en la zona quemada en 2019. De hecho las lluvias rebosaron el 16 de enero la presa de Siberio, con 4,35 millones de metros cúbicos de capacidad, y al acabar el temporal habían llenado al 70% de media las 3 grandes presas del barranco, Siberio, Parralillo y Caidero de La Niña.

Otros 5 millones de metros cúbicos cayeron en la cuenca del barranco de Agaete y 1 millón tanto en la de Azuaje como en la de Moya. En ellas solo el embalse de Lugarejo recogió algo, aunque entró más volumen de agua con las precipitaciones de la semana pasada en las cumbres de la isla.

Las precipitaciones que dejó Filomena entre los altos de Cueva Corcho, Los Moriscos, Artenara y Tamadaba, aproximadamente, son las más abundantes registradas en la zona quemada desde que se produjeron los incendios ya que las de la temporada de lluvias de 2019-2020 fueron casi nulas.

Las estimaciones de lluvias caídas en enero se basan, entre otros datos, en los registros de la media docena de estaciones meteorológicas localizadas en el área afectada por el fuego, de las 75 que hay en la isla, entre ellas la de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) que tiene un radar de previsión.

Roberto Castro, de Xestac Solutions, destaca que tras padecer un último invierno «bastante seco», la vegetación de las zonas quemadas en el verano de 2019 está rebrotando «y está primavera será cuando se verá la explosión» forestal.

Por su parte, Fénix Gran Canaria, un proyecto de concienciación y educación forestal preventiva nacido como alternativa complementaria a las acciones de reforestación, mantiene que «gracias a estas lluvias se acelerará el rebrote de la vegetación y el incremento germinativo de muchas especies».