Las Palmas de Gran Canaria
Vuelve un clásico de la Navidad: los ladrones de pascuasHan desaparecido casi 700 flores de las que el Ayuntamiento ha plantado en las zonas ajardinadas de la ciudad para estas fiestas
La Navidad es una época plagada de tradiciones, que se cumplen escrupulosamente año a año. Sucede con tantas cosas que dan cuerpo a las vivencias más íntimas en el seno de las familias. Y también ocurre en lo colectivo, en el ceremonial popular de las fiestas. Pero no todo es bonito como el regreso a casa a por un cacho de turrón. El incivismo también se reproduce cada diciembre, y tienen en el robo de flores de pascua, uno de sus clásicos firmes cada Navidad.
Eso ha vuelto a suceder en la Navidad palmense, en la que ya han desparecido prácticamente 700 ejemplares de las zonas ajardinadas de la ciudad. Las flores de pascua plantadas a lo largo de la masa verde de la capital se han ido reduciendo durante las semanas que se han sucedido desde el pasado 20 de noviembre, fecha en la que la Concejalía de Parques y Jardines puso en marcha el dispositivo para sembrar de rojo el verde ciudadano.
El despliegue fue numeroso y todavía luce. Se situaron en toda la ciudad unas 23.300 unidades de flores de pascua, además de tener la contrata –FCC– una dotación extra previendo, como se ha cumplido, que muchas de estas unidades serían arrancadas de los paterres.
Este clásico navideño se ha vuelto a repetir y ha dejado la imagen, en casi todos los lugares de Las Palmas de Gran Canaria en los que se han plantado pascuas, la herida en la tierra de la flor arrancada. Un conjunto visual en el que junto a algunas de estas flores se puede comprobar el agujero de lo que fue la presencia de la flor en el lugar.
Los espacios de los que más flores de pascua han desaparecido desde el pasado 20 de noviembre son el parque de Las Rehoyas y el parque de Santa Catalina. De allí han sido arrancadas en algunas tiradas más de 50 ejemplares en las últimas semanas, flores que en muchas ocasiones acaban siendo vendidas en la calle por los encargados de su sustracción.
En el caso de Santa Catalina no solo se trata del parque en sí mismo, las paelleras ubicadas en la zona o las distintas calles que limitan con el emblemático centro de la capital también han sufrido el robo frecuente de estas plantas durante el último mes, periodo de tiempo en el que llevan situadas en las calles acompañando la decoración navideña de la ciudad para estas fiestas.
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Y es que, además, estas zonas sufren el asalto a sus pascuas de manera recurrente. Una vez repuestas por el servicio vuelven a desaparecer. En el estadillo que lleva la empresa encargada de las pascuas se comprueba cómo de frecuentes son estos asaltos. Sirva como ejemplo el los ejemplares sustraídos en las Casas Consistoriales de Santa Ana, donde se registraron 20 robos el 23 de noviembre, 30 el 29 del mismo mes o 50 el pasado 11, ya del mes de diciembre.
Ante ese escenario poco se puede hacer por parte del área de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía, Accesibilidad, Parques y Jardines y Agricultura, Ganadería y Pesca, que es el extenso nombre al que responde la concejalía que, liderada por Gemma Martínez Soliño, de Unidas Sí Podemos, tiene la responsabilidad en este caso.
Desde este sector del gobierno de la ciudad se pide colaboración a la ciudadanía para evitar este quebranto al patrimonio colectivo, pero esta situación ya viene con raíces de muchos años atrás y no se ha podido revertir.
Pese a todo, se siguen reponiendo y no está en el plan más inmediato dejar de utilizar estas tradicionales flores como elemento para engalanar la ciudad cuando llegan las fiestas, a priori, más entrañables del año.