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Medina repasó su relación con la fiestas y el barrio delante de la parroquia del Carmen, en la calle Benartemi. Arcadio Suárez

Un vínculo familiar con La Isleta profunda para el pregón de las Fiestas del Carmen

Inmaculada Medina repasó su conexión con el barrio portuario para dar inicio a una las celebraciones más esperadas del verano en La Isleta

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 6 de julio 2023

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La concejala de Coordinación Territorial, Aguas, Carnaval y Fiestas del Ayuntamiento capitalino, Inmaculada Medina, fue la encargada de leer la noche de este jueves el pregón con el que se inicia la presente edición de las Fiestas del Carmen, las más esperadas del verano en La Isleta, que se desarrollarán hasta el día 30.

Un acto en el que desgranó, en clave familiar, su vinculación con un barrio y una devoción que la han acompañado a lo largo de su vida. Así, la concejala, que reconoció el «honor» del encargo de pregonar estas fiestas, quiso que sus primeras palabras fueran para su hermano Paco Medina Montenegro, «una persona a la que quiero y a la que debo, en gran medida, ser quien soy y estar hoy aquí».

Comienza una nueva edición de las Fiestas del Carmen

«Mi hermano Paco y mi vinculación a La Isleta forman un todo, él nació y se crió en gran parte aquí, dedicando toda su vida, sus desvelos y su amor a las calles, vecinos e instituciones isleteras, reivindicando con orgullo la pertenencia al que sigue siendo el lugar con mayor idiosincrasia y sentido de comunidad de toda la ciudad», señaló antes de iniciar un relato en el que describió lo que la une al barrio.

«Mi conexión con este barrio marinero y estas fiestas carmelitas es en inicio familiar y hoy también devocional», expuso

La alcaldesa arropó a la pregonera. Arcadio Suárez

Así, señalo que «mi madre y los Montenegro eran oriundos de Juan Rejón, La Carretera, La Naval y la calle Faya; mi padre y toda su familia de La Isleta profunda, los Medina y los Samper. Mis hermanos Marisol y Paco nacieron y crecieron aquí trayendo consigo a Ciudad Alta el carácter, el arraigo y la identidad isletera, determinantes en mi vida».

Medina recordó que «siete fuimos los hijos e hijas de aquellos isleteros que mudaron sus vidas a Ciudad Alta, sin olvidar jamás sus orígenes porteños, a los que volvían, especialmente, en temporada de fiestas, tiempo en el que mis hermanos y yo nos engalanábamos para salir, guapitos y guapitas, al Corpus, Los Dolores y, sobre todo, La Naval y el Carmen».

La pregonera dijo que «fue gracias a las fiestas en honor a la patrona de los marineros como, junto a mi madre, nació mi amor por el barrio de La Isleta y sus vecinos y vecinas, acudiendo desde niña cada 16 de julio al encuentro de la Virgen y, por lo tanto, al encuentro de La Isleta».

A continuación explicó que «año tras año, por tradición, recorríamos de manera programada durante la procesión las casas de nuestras familias». Un «peculiar peregrinaje» en el que no faltaba la visita al «tío Juan Samper», conocido como 'El Sargento', «que representaba a la perfección la capacidad de resiliencia y el tesón de quienes son de La Isleta», a «Dominguita, la mujer del Capitán Guale, una mujer que personificaba el amor, la bondad y la generosidad que también identifican a los isleteros», a «tía Saro, que vivía en la calle Fontanales y acabábamos en casa de los tíos Paco y Paca, padres de José Antonio y Sindita».

En esta «última estación», comentó, «nos quedábamos a ver pasar a la procesión religiosa, reuniéndonos en la azotea para, con emoción, admirar desde las alturas a La Señora, como la llamaba mi padre».

La Virgen del Carmen bajó ayer de su camarín. Arcadio Suárez

Medina señaló que la imagen les guiaba hasta la iglesia ante la que anoche pregonó, donde se unían al resto de asistentes «que se convertían en un solo pueblo bajo la mirada de la patrona».

«Este sentimiento de comunidad, de tripulación que viaja y rema unida frente a la adversidad en un mar bravío a veces en calma, pervive inmutable en el corazón de La Isleta» expuso sobre algo que ha podido vivir «en primera persona, recibiendo el cariño y el abrazo de sus vecinos y vecinas, que me han acogido como una isletera más, abriéndome sus casas como vivo cada 15 y 16 de julio en la calle Malfú mientras confeccionan alfombras en honor a nuestra señora».

Dijo que La Isleta «es el lugar donde existe la mayor conciencia de convivencia ciudadana, donde todo se comparte y donde nadie deja de ser atendido. Gracias a quienes viven en lo que yo llamo, con mucho cariño, La Isleta profunda. Gente entregada a los demás en casos de necesidad».

Destacó que el barrio «sigue honrando su pasado y a la Virgen que la protege, bordando sobre el blanco de su bandera el amor de Dominguita, la resistencia de Juan Samper, la bondad de Paco y Paca, la hospitalidad de los vecinos y vecinas de la calle Malfú, el compromiso de Don Agustín, la vocación de futuro de Alexander y la Comisión de Fiestas, y la devoción al progreso del barrio de mi hermano Paco». Y se despidió dando las gracias a su familia, compañeros y vecinos.

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